Gaceta.es
Lunes, 16. Marzo 2015 - 10:40
El sanguinario etarra
mató al concejal del PP en San Sebastián hace 20 años tras meses de acoso y
amenazas.
Hoy es un día duro para los familiares de
Gregorio Ordoñez, Fernando Múgica y el resto de víctimas de Valentín Lasarte.
El etarra arrepentido Valentín Lasarte, condenado a unos 400 años de cárcel por una decena de atentados (entre ellos colaboró en el asesinato del dirigente vasco del PP Gregorio Ordóñez), ha salido este lunes definitivamente de la cárcel de
Zaballa, en Nanclares de la Oca (Álava), tras cumplir casi 19 años en prisión.
A las 8.25 horas el preso ha
cruzado la puerta de la cárcel, donde le esperaba su pareja y madre de su hijo
de corta edad. Ambos han subido a un
coche ocupado por otra persona y han salido del recinto penitenciario.
Lasarte ha quedado en libertad después de que la sección
tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional aprobara el pasado 27
de febrero su licenciamiento al descontarle de la condena total las redenciones
penitenciarias extraordinarias.
El ya expreso participó en siete atentados
mortales, en dos como autor material y en otros cinco como cooperador necesario.
Apretó el gatillo la noche del 27 de julio de
1994, cuando se encontró casualmente con el empresario José Manuel Olarte, que cenaba con amigos en un restaurante de San
Sebastián y, al reconocerlo, fue a su casa, cogió una pistola y volvió al local
para asesinarlo.
También fue el autor material de la muerte del
jefe de la Policía Municipal de San Sebastián, Enrique Nieto, perpetrado el 8 de julio de 1995, que
falleció cuatro meses después tras una larga agonía.
Además, colaboró y facilitó información en los
asesinatos del empresario José Antonio Santamaría; del sargento de la Guardia Municipal de San
Sebastián, Alfonso Morcillo; del presidente del PP de Gipuzkoa, Gregorio Ordóñez; del brigada del Ejército Mariano de Juan Santamaría,
y del histórico militante socialista Fernando Múgica.
Fue condenado asimismo por otros atentados como
el ametrallamiento del cuartel del Ejército del barrio donostiarra de Loyola
(22 de mayo de 1995); el lanzamiento de dos granadas contra el Gobierno Civil
de Gipuzkoa, en San Sebastián (19 de julio de 1995); el ataque al cuartel de la
Guardia Civil en Arnedo, en La Rioja (17 de agosto de 1995) y el atentado
contra la residencia de mandos del Ejército en San Sebastián en junio de 1998.
Lasarte fue uno de los primeros presos de ETA
que aceptó un puesto de trabajo en la cárcel en contra de las consignas de la
organización terrorista.
Su alejamiento de la disciplina etarra
se hizo evidente con su expulsión del colectivo de presos de ETA el 4 de enero
de 2010.
Un año después, el 28 de enero de 2011 fue
trasladado desde la prisión de El Dueso, en Cantabria, a la de Nanclares de la
Oca, en Álava, donde entró a formar parte de la llamada "vía
Nanclares", destinada a presos de ETA arrepentidos, que renunciaban a la
actividad armada y que han mantenido encuentros con sus víctimas.
Durante el juicio al etarra Juan Ramón
Carasatorre, con el que participó en el
asesinato de Enrique Nieto, pidió a ETA que se disolviera y abandonase las armas.
Dentro de su proceso de reinserción, Lasarte se entrevistó en junio de 2012 con Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP de San Sebastián, Gregorio Ordóñez. Tras hablar con él en la cárcel alavesa, ella dijo
que probablemente el preso estaba arrepentido por el crimen pero recalcó que no
puede perdonarle "jamás" porque el que tiene que hacerlo -su hermano-
está muerto.
Además, antes de su excarcelación, Lasarte ya había disfrutado de varios permisos, y abonó
pequeñas cantidades de dinero para afrontar las responsabilidades civiles
derivadas de sus condenas.
Durante esos permisos se le ha visto en
compañía de su pareja y empujando un carrito de bebé en la localidad navarra de
Lodosa, en cuyo cuartel de la Guardia Civil acudía a firmar sus permisos
penitenciarios.
2 comentarios:
Cuánto sería suficiente?
Yo no lo sé, Quién puede saberlo?...19 años son muchos años. 6395 días son muchos días¡ sin ver la luz, sin perspectiva de poder volver a verla en vida, o con posibilidades de disfrutarlos con salud y en todo su sentido.
Para los allegados directos de esas víctimas, está claro que son pocos. Nadie quisiera ver libre al asesino de su padre, hermano, amigo..Otra cosa es la sociedad civil y política que eran, eramos, sus otras victimas...
A éstos últimos pertenecemos el resto y nos toca también manifestarnos en el sentido de la liberación de asesinos como Lasarte y otros tantos. Estamos en tiempo de administrar la victoria sobre ETA y no solo sobre ETA sino sobre el último baluarte de los movimientos revolucionarios del siglo XX y sobre las ideas extendidas desde el marxismo, el anarquismo, etc acerca de la necesidad de la violencia para hacer nacer un mundo nuevo, una nueva nación, en definitiva el paraíso en la Tierra. Ideas que tanto daño han hecho a la humanidad y que tanto ha costado desenmascarar,
En lo referente a la salida éstos presos de la banda terrorista de las distintas maneras en las que se está haciendo, unas son más indignas que otras. Pero en conjunto para la sociedad civil, para sus otras víctimas, no es otra cosa que administrar la victoria de ésta sobre un enemigo que un día pareció invencible y al que parecía que había que ofrendar algo irrenunciablemente nuestro para aplacarlo.
Está claro que su derrota no oculta el hecho de que aún persistan rescoldos de su antigua militancia, ni del hecho de que ETA formalmente no se haya disuelto. Lo que ha quedado disuelta y aplazada a la eternidad es la posibilidad misma de conseguir por esa vía ninguno de los objetivos que perseguían, ¡ninguno¡. Lo cual no quiere decir como algunos inmediatamente deducirán que algunos o muchos de sus planteamientos no estén ahora siendo reivindicados por otros o incluso por más de los que anteriormente los defendían. Pero está claro que no es lo mismo.
Como bien decía hace unos días un escritor catalán: “si no estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias reclamando la independencia, mas vale que lo dejemos estar...” Pues eso, habrá algunos que sigan creyendo y suspirando por la independencia de su “amada Euskalherría” pero más les vale comprarse unos cuantos kleenes para enjugar sus lágrimas, ya que no tardaran demasiado en ver cómo la gente va empezando a cansarse de tanta jerga nacionalista y de tanto mirar fuera para resolver problemas que tienen la solución dentro de casa.
Esa es la victoria que buscábamos y el resultado de tanto dolor y sacrificio. De eso si que podemos sentirnos orgullosos todos los demócratas. Por eso ahora, pienso que no es momento de mirar para atrás y ver que, pudimos haber vencido de otra manera, más limpia, sin trapos sucios que airear entre los defensores de la democracia y ante sus enemigos recalcitrantes... Y creo que, si miramos la historia con un poco de benevolencia, observaremos que hay pocas victorias limpias, y pocas derrotas que no tengan su resquicio de esperanza o al menos algo de nostalgia para los vencidos...
firmado "El hijo de Dorm"
El sistema penitenitenciario español es de chiste....la legislacpcionn jurídica de este pais es la culpable.....un abrazo ALMA
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