Carlos Sempere presenta sus obras sobre los Picos de Europa
El artista lleva cuarenta años recorriendo la zona montañosa para plasmar el paisaje en distintas estaciones
‘Viaje por los Picos de Europa’ es la cuarta exposición en Pamplona del pintor alicantino afincado en Asturias
CRISTINA ALTUNA Pamplona
JESÚS GARZARON |
Tras cuatro décadas con los Picos de Europa como protagonistas indiscutibles de sus obras, todavía no ha llegado el momento de abandonarlos. Ni se ha cansado de pintarlos ni le han dejado de inspirar en los más de 2.000 cuadros que atesora sobre este macizo montañoso.
Pero el artista Carlos Sempere (Alcoy. Alicante, 1958) no los pinta a partir de una fotografía u otra imagen. Lo hace al natural y es, posiblemente, el último pintor que los recorre caminando y que se instala durante semanas en una cabaña para plasmar todo aquello que le rodea. Sea la estación que sea, haya deshielos o tenga que ayudarse de los piolets para abrirse camino entre metro y medio de espesor de nieve.
El pintor de los Picos de Europa, como se le conoce artísticamente, expone en Pamplona. En concreto, en la Galería Michel Menéndez que, como no podía ser de otra manera, llena sus paredes de lienzos sobre los Picos de Europa, a los que se suman pinturas que evocan distintos paisajes de amapolas, otra de las “debilidades artísticas” de Sempere, según confiesa el pintor. “Para pintar, necesito sentir. Y si siento debilidad por los Picos de Europa, mi segunda pasión son los campos de amapolas. Tengo adoración por los rojos”.
Viaje por los Picos de Europa es el título de la cuarta exposición de Carlos Sempere en Pamplona.
Y es también un simbolismo sobre su recorrido vital que comenzó tras una decisión inesperada que le hizo abandonar su Alcoy natal para irse a vivir a Potes (Cantabria) y a Pola de Siero (Asturias) después, para pintar en los Picos de Europa tras ver una postal que le trajo un amigo de su viaje de novios.
Porque lo que vio en aquella imagen le gustó, un paisaje tan gris y atractivo como distinto a la luminosidad y calidez de su tierra mediterránea. Ese constraste fue suficiente para que decidiera dar un nuevo rumbo a su situación personal y profesional. “En Alcoy ganaba bastante dinero haciendo reproducciones de gente famosa. Pero cuando vi las postales, abandoné todo lo que tenía, incluso me divorcié. Llevaba un año casado y no era feliz, así que cogí mi furgoneta y me marché. Cambié aquella vida por pasar cinco años durmiendo en la furgoneta, lavándome en el rio y cambiando cuadros por comida. Todo por aprender y ser feliz en los Picos de Europa”.
Pintura naturalista
Sempere no concibe pintar un paisaje sin estar allí, sin ver cómo cambia el clima, la luz y el color según la estación en la que se encuentre, sin recorrer los Picos de Europa en sus vertientes de Asturias, Cantabria y León. Todo ello lo plasma en unos lienzos en los que puede destacar el verdor de los bosques, los prados en flor y las aguas cristalinas, pero también las montañas nevadas y los cielos encapotados y nublados.
Aunque la naturaleza le ofrece distintos opciones de luz y color, el artista maneja una paleta de colores en la que predomina el gris. “El sol mío es gris, tiendo a ensuciar el blanco. No sé tratar los colores luminosos, colores limpios. El norte de España es gris, el sol no brilla con la luminosidad del Mediterráneo y me he acostumbrado a pintar así”.
Respecto a su estilo, el artista busca rápido una definición. “Mi pintura es naturalista. Pero nunca llego a plasmar en el lienzo todo lo que percibo. Si viviera 14 vidas, no podría pintar todo lo que veo. No hay nada mejor en este mundo que ver dónde se esconde el lobo y cómo transcurre el tiempo, metido en una cabaña, aislado, y yo solo en plenos Picos”.
Acostumbrado a que le pregunten si no se aburre de pintar siempre las mismas montañas, Sempere lo tiene claro. Ni se cansa, ni sus lienzos se repiten. ”Pintar es una necesidad psicológica y fisiológica, influye el estado de ánimo. Yo no pinto todos los días, sino cuando me nace. Hay que hacerlo cuando estás inspirado, cuando estás enamorado. Es como una mujer. Si no estás enamorado no puedes besarla, no puedes amarla. Yo vine a los Picos de Europa y me enamoré. Llevo cuarenta años viviendo en ellos y aquí me quiero morir”.
+ ‘Viaje por los Picos de Europa. Galería Michel Menéndez (c/San Antón, 61). Hasta el 17 de octubre.
Horario: martes a sábado, 11.30 a 14 y 18.30 a 21 h. Festivos, 12 a 14 h.
No hay comentarios:
Publicar un comentario