Hacia los 17-18 años leí El Universo, de Isaac Asimov. Lo que entendí -creo que fue allí- sobre el Agua (luego entenderéis por qué la escribo con mayúsculas) me ha perseguido toda la vida.
Ayer H2O nos hizo una bellísima y generosa visita en forma de nieve, una buena excusa para agradecer y reflexionar:
Ayer H2O nos hizo una bellísima y generosa visita en forma de nieve, una buena excusa para agradecer y reflexionar:
- agradecer a nuestra madre Agua que -aunque Enrique nos haya avisado- siempre nos sorprenda con la belleza de su blanco manto
- reflexionar sobre aspectos y características de la molécula de H2O que, desde que leí a Asimov, me tiene abducido.
1. Cosas de Prisci
A pesar de que no era, lo que se dice, 'un bebedor' (bebía 'el revueltico', oséase, vino con gaseosa), mi padre solía decir: "más vale vino maldito que agua bendita". Se lo perdonamos porque lo preparaba con mucho cariño y siempre bien fresquico.
Yo, que sí soy bebedor (pero por prescripción facultativa), digo: "bendito vino y, más aún, bendita agua"
Siempre he alucinado con la importancia que tiene para la vida y con los disfraces tan variopintos en los que se nos presenta la humilde molécula de H2O.
2. Planeta Agua y 'aquanos'
Hay quien dice que a nuestro planeta, en vez de 'Tierra', se le debería llamar 'Agua'. Por lo menos, ése sería el nombre que le pondría un extraterreste al acercarse a nuestro hogar.
Tampoco a nosotros los humanos ('humus', tierra) nos han puesto bien el nombre. Deberíamos llamarnos 'aquanos' (seres de agua, 50-75% de agua en nuestro cuerpo.
3. Formatos del agua
H2O y luz del sol haciendo de las suyas en Gallipienzo |
Además de los tres estados (sólido, líquido -ríos, lagos, mares...- y gaseoso) son sorprendentes los formatos en los que se nos presenta, bien ella sola o en combinación con otros elementos: rocío, escarcha (cencelladas...), niebla, nubes (con yo qué sé cuántos tipos), lluvia, nieve, granizo, arcoiris y muchos otros juegos con la luz...
4. La rebeldía del agua
Pero hay otra característica del agua que la hace casi única en la naturaleza y gracias a la cual se mantiene la vida (incluida la nuestra) en este planeta. Tengamos en cuenta que el agua en estado líquido es condición necesaria para la vida.
Gotas de rocío suspendidas de una telaraña. |
La mayor parte de las sustancias se dilatan con el calor y se contraen con el frío. Pues el agua (por ejemplo, la de los océanos), es rebelde, no sigue la norma general, y con el frío, al convertirse en hielo, sufre un aumento de volumen cercano al 9%, lo que explica que el hielo flote.
El hielo flotante en el océano aísla las capas más profundas. Gracias a ello, las aguas profundas no suelen congelarse, ni siquiera en los climas más gélidos del planeta.
Cuando llegan épocas más calurosas, el hielo flotante recibe el calor del Sol y vuelve al estado líquido rápidamente, prosiguiendo, así, el ciclo del agua y, con él, el de la vida.
5. Si el agua no fuera rebelde
Veamos, por el contrario qué ocurriría si el agua no tuviera la propiedad de dilatarse al convertirse en hielo.
Si el agua, como la inmensa mayoría de sustancias, se contrajera al helarse, aumentaría su densidad, disminuiría su volumen y el hielo se iría al fondo del océano, dejando desprotegida la capa superior que seguiría su misma suerte. Cada invierno, nuevas capas de hielo irían al fondo. Cada año habría menos agua en estado líquido y, al final, toda el agua del planeta (sólo se libraría, al principio, las aguas subterráneas, 1% del total) se congelaría, lo que acabaría con cualquier tipo de vida en el planeta.
Así pues, entenderéis que termine como he titulado: "Sencilla molécula de H2O: ¡Muchas gracias por tu rebeldía!"
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