La creadora de esta monumental escultura de papel es Kim Graham |
Con el reportaje de Jesús Rubio sobre los 'hombres verdes' aparecidos en el Claustro; con las sabias explicaciones de Clara Fernández-Ladreda; y, sobre todo, con las fotografías (haz favor de pinchar en todas) de Pachi Calleja -quien tuvo que hacer un trabajo complicado en condiciones no muy cómodas-, fue tanto lo que disfruté ayer domingo que no puedo menos que compartirlo con todos vosotros. Gracias, DN.
Ekaitz Santazilia (¡cómo no!) y Alfredo Igartua completan esta entrada en sus comentarios de Facebook
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La
Catedral tiene hombres verdes
La
restauración del claustro ha dejado más visibles las figuras de
los ‘green men’, rostros humanos cubiertos de vegetación que a
veces les sale de la boca o las orejas. En el siglo XIII, cuando se
construyó, era un modo de decoración
JESÚS
RUBIO Pamplona
Clara Fernández-Ladreda con la foto del green man que está dentro del dosel, el ‘tejadillo’ sobre la cabeza de la Virgen de la Epifanía, arriba. CALLEJA |
No se
puede decir del todo que nadie conociera a los hombres verdes de la
Catedral de Pamplona. Al fin y al cabo, llevan ahí siete siglos,
imperturbables. Pero lo cierto es que apenas un puñado de expertos
saben de su existencia. Tampoco se pueden decir que hoy sean verdes.
Como casi todo en la catedral han tomado el tono de la piedra,
aunque en algunos quedan rastros de color, de dorados... Pero es
probable que cuando se esculpieran fueran bien verdes, para que todos
los vieran. Son los green men, los hombres verdes de la Catedral de
Pamplona.
Las cabezas-flores que adornan una arquivolta de la galería norte del claustro. CALLEJA |
Hace unos meses, la felicitación navideña de la Capilla
de Música de la seo pamplonesa sacaba un poco del anonimato a estos
green men, que no son otra cosa que rostros humanos llenos de
vegetación. Incluía una fotografía de la decoración de una
arquivolta de la galería norte del claustro de la catedral, unos
rostros de ojos bien abiertos y cubiertos de hojas que han quedado
más visibles durante los trabajos de restauaración que se acometen
en este lugar. “No son exactamente green men, sino cabezas-flores”,
matiza Clara Fernández-Ladreda Aguadé, profesora de Historia del
Arte en la Universidad de Navarra y una de las personas que mejor
conocen el claustro gótico de la Catedral.
LAS MÉNSULAS DE LA CAPILLA BARBAZANA Están situadas a varios metros de altura. Son en realidad un green men (dcha) y una green woman (izda), una mujer verde, que son menos frecuentes. CALLEJA |
Sí son green men, o
mejor una pareja de hombre verde y mujer verde, dos ménsulas que se
encuentran en la Capilla Barbazana, probablemente los más conocidos
de todos porque son los más visibles, aunque estén a varios metros
de altura.
En el centro de la figura se puede ver un rostro de cuya boca salen ramas y que está rodeados de uvas y hojas. CALLEJA |
No como el hombre verde que se esconde en un dintel de la
puerta del Amparo, que se reconoce, y tampoco es fácil, cuando el
experto le dice al profano que mire bien, que está ahí (justo en el medio). Y mucho
menos, el que, bien oculto, adorna la clave de una pequeña bóveda
dentro del dosel que cubre la escultura de la Virgen de la Epifanía.
“Ese sólo se puede ver bien desde un andamio”. Todos esos son
los green men que se esculpieron a la vez que se construía el
claustro gótico, entre 1280 y 1330.
Green-man sepulcro Sánchez de Asiáin |
Pero aún existe otro, tampoco
muy conocido y más tardío, de entre 1360-1370: la figura pintada, y
no esculpida, de un rostro de ojos y boca abierta, rodeado de hojas,
que adorna la parte superior de la tumba del obispo Sánchez de
Asiáin. “Hasta ahora sólo se conocían los de la Capilla Barbazana y
quizás un poco los de la arquivolta. El resto eran prácticamente
desconocidos”, reconoce Clara Fernández-Ladreda.
Sin embargo, no
es extraño que los hombres verdes hayan poblado la Catedral
pamplonesa. Son figuras comunes en toda Europa, aunque son
especialmente comunes en Francia, Inglaterra y Alemania, donde se
pueden encontrar en muchos templos e iglesias.
Desde
los romanos
Molins nos presenta este green man de la Capilla de San Fermín |
En realidad, los hombres verdes se remontan hasta los
romanos, hasta las máscaras de hojas que utilizaron como elemento
decorativo desde el siglo I en los llamados frisos habitados, que
decoraban con elementos vegetales salpicados por figuras animales y
humanas. “Es posible que estas máscaras fuesen una derviación de
las cabezas de Medusa, caras de las que brotaban serpientes, y de las
cabezas de Océano, que en casos como el disco de plata de Mildenhall, mezcla las hojas de acanto que constituyen la barba con
delfines”, explica la profesora de la Universidad de Navarra.
Pasados los siglos estos adornos pasaron a los templos católicos
como una forma más de decoración. Fernández-Ladreda refiere el
caso de la tumba de San Abre en San Hilario el Grande de Poitiers (s.
IV o V), decorada con motivos tomados de tumbas paganas, entre ellas
una cabeza de hojas, o los capiteles que coronan los pilares del
santuario de la catedral de Tréveris, reaprovechados de un templo
romano. “Su empleo en una de las más importantes iglesias de
Alemania facilitó sin duda la su introducción de este motivo en
la decoración medieval”.
LA PUERTA DEL AMPARO El hombre verde está en el dintel de la puerta, su cubierta superior, mirando hacia abajo. CALLEJA |
Al cabo del tiempo, hacia el siglo X,
estas formas cambiaron de significado y pasaron de ser un mero adorno
a ser demoníacas, a ser símbolos del pecado. “Rabano Mauro, un
teólogo y intelectual de la primera mitad del siglo IX, dictaminó
que las cabezas de hojas representaban los pecados de la carne o de
la lujuria.” Eso no impidió que se siguieran usando. Y con la
eclosión del gótico, en el siglo XIII, cuando se construyó el
claustro pamplonés, esas cabezas de hoja se hicieron más
naturalistas, sobre todo en Francia, y se convirtieron en lo que los
expertos identifican como green men. Los hay en los que lo humano y
lo vegetal parecen fundirse, como ocurre en las ménsulas de la
Capilla Barbazana, y otros, como el de la Puerta del Amparo, en los
que lo vegetal y lo humano se mantienen separados, por muy
entrelazados que estén.
Puerta del Amparo, Dormición de María |
Fernández-Ladreda cree que los green men
de la catedral pamplonesa se colocaron allí porque los escultores
los consideraban un bonito detalle decorativo. Salvo las ménsulas de
la Capilla Barbazana, donde otros motivos advierten de pecados con
historias moralizantes. Allí, en lo alto de esa Capilla se puede ver
la escutura de una mujer que amamanta dragones o la figura de un
ciervo, que recuerda la
fábula
de uno de estos animales, embelesado con sus grandes y bellos cuernos
y decepcionado de sus delgadas piernas, hasta que un día, cuando le
persigue un cazador, sus cuernos le traicionan porque se le enredaron
en un árbol. Una historia con moraleja: prefiere lo útil a lo
bello.
La Catedral de Pamplona, todas las catedrales, están llenas
de historias. “Hay que imaginar todas estas esculturas pintadas en
colores vivos”. Porque así se veían, y los que entraban en la
Catedral podían ‘leer’ los mensajes que hoy se nos hacen
extraños. Eran los tiempos en que los green men eran, de verdad,
verdes.
La decoración que muestra a Aristóteles montado por Filis. CALLEJA |
Aristóteles
dominado y Virgilio desnudo, otras historias de la Catedral
En las decoraciones del claustro se narran historias moralizantes, que eran muy conocidas en la Edad Media
El
claustro de la Catedral de Pamplona da para muchas historias.
Incluso, como dice Clara Fernández-Ladreda, para fábulas
“picantes”, que además protagonizan personajes bien conocidos.
Por ejemplo, mirando bien la foto de al lado, se puede distinguir en
la decoración un hombre a cuatro patas, como suele decirse.
Incluso se puede ver sobre él a una mujer que le domina. Pues bien,
se trata de nada menos que Aristóteles, el filósofo griego,
protagonista de una leyenda inventada que trataba de advertir a los
hombres del peligro que tenía el encanto de algunas mujeres. La
fábula en realidad cuenta la trampa que le tiende al viejo filósofo
Filis, una cortesana de la que andaba enamorado su pupilo Alejandro
Magno. Como Aristóteles había reprendido a Alejandro por distraerse
demasiado con las cortesanas, Filis decide dejarle en evidencia
seduciendo al filósofo, que cae prendado de la mujer, tanto de que
no duda en dejarse montar como si fuera un caballo cuando ella
se lo exige. Ahora Alejandro es quien le recrimina a Aristóteles;
éste se arrepiente y le advierte sobre el amor. “Si de un viejo
filósofo puede hacer un loco, a qué extremos no puede conducir a un
joven príncipe”, le vino a decir.
En un capitel no muy lejano en
el claustro, se puede ver con cierta claridad a un hombre desnudo en
una cesta. De nuevo hace referencia a un hombre ilustre de la
Antigüedad, el poeta Virgilio, autor de la Eneida, que se convierte
también en protagonista de una leyenda moralizante y probablemente
falsa, pero
bastante conocida en la Edad Media. De nuevo advertía contra los
deseos físicos y las mujeres atractivas. Según esta historia,
Virgilio se enamoró de la joven Lucrecia, que era la hija del
emperador. Esta pareció darle esperanzas e incluso le citó en su
casa. Sólo que tenía que colarse durante la noche, subido en una
gran cesta que ella alzaría desde la ventana. Virgilio le creyó a
pies juntillas, tanto que se montó a la cesta desnudo. Sin embargo,
Lucrecia solo le subió hasta la mitad de la pared y le dejó allí
atrapado, para que fuese descubierto durante el día.
La máscara frondosa de la portada de Santa María de Olite. |
Los
‘Green Men’ de otras partes de Navarra: Olite, Ujué,
Eristain...
Los
hombres de la primavera o máscaras frondosas se hallan en distintos
lugares de la Comunidad foral
Los
green men eran una decoración más o menos habitual durante la Edad
Media, así que no resulta extraño que estas figuras se puedan
encontrar en otras zonas de Navarra.
Clara Fernández-Ladreda
considera que el más interesante es probablemente el que adorna la
fachada de la iglesia de Santa María la Real de Olite, una máscara
“frondosa” en la que las hojas le salen al hombre de la boca y le
cubren la frente y las orejas.
El green man de Eristain, pintado en lo alto del muro. |
También hay hombres verdes,
denominados también allí hombres de la primavera, en la
iglesia-fortaleza de Ujué, en concreto dos ménsulas en la zona de
contrafuertes, y en Pamplona, en la iglesia de San Saturnino, en una
de sus claves.
Otro llamativo hombre verde es el de la iglesia de
Eristain, en la Valdorba. Aunque Fernández Ladreda no ve del todo
claro que sea un green man, sí reconoce que ese rostro pintado en el
interior del templo puede tener hojas a los lados.
Lo que sí refuta
es que se trate, como han dicho algunos, de una representación del
Basajaun.
Ekaitz Santazilia Hola:
Completemos la lista de hombres verdes navarros.
He podido fotografiarlos en una ventana del patio interior de la casa de Fray Diego de Estella, en los escudos del antiguo ayuntamiento de Estella, en la puerta de la iglesia vieja de Aldaz, en la puerta de la iglesia de Larumbe, en la de Larragueta, en la de San Martín de Tours en San Martín de Unx, en la de Belascoáin, en canecillos del monasterio de la Oliva, en una puerta y una ventana en San Miguel de Aralar, en un capitel de la iglesia de Arbizu, en la puerta de Zamarce, en la fachada de una casa en Lacunza y en Santa María de Olite.
Tengo que comprobar si los hay en el Convento Santo Domingo de Estella y en Santa María de Viana.
Un saludo.
Ekaitz Santazilia Y creo recordar que hay otro en un capitel del refectorio de la catedral, entrando a la derecha, sobre la puerta de acceso a la cocina. Me extraña que no lo hayan mencionado en el artículo. Igual estoy equivocado...
Ekaitz Santazilia Hola:
Completemos la lista de hombres verdes navarros.
He podido fotografiarlos en una ventana del patio interior de la casa de Fray Diego de Estella, en los escudos del antiguo ayuntamiento de Estella, en la puerta de la iglesia vieja de Aldaz, en la puerta de la iglesia de Larumbe, en la de Larragueta, en la de San Martín de Tours en San Martín de Unx, en la de Belascoáin, en canecillos del monasterio de la Oliva, en una puerta y una ventana en San Miguel de Aralar, en un capitel de la iglesia de Arbizu, en la puerta de Zamarce, en la fachada de una casa en Lacunza y en Santa María de Olite.
Tengo que comprobar si los hay en el Convento Santo Domingo de Estella y en Santa María de Viana.
Un saludo.
Ekaitz Santazilia Y creo recordar que hay otro en un capitel del refectorio de la catedral, entrando a la derecha, sobre la puerta de acceso a la cocina. Me extraña que no lo hayan mencionado en el artículo. Igual estoy equivocado...
1 comentario:
Hola:
Completemos la lista de hombres verdes navarros.
He podido fotografiarlos en una ventana del patio interior de la casa de Fray Diego de Estella, en los escudos del antiguo ayuntamiento de Estella, en la puerta de la iglesia vieja de Aldaz, en la puerta de la iglesia de Larumbe, en la de Larragueta, en la de San Martín de Tours en San Martín de Unx, en la de Belascoáin, en canecillos del monasterio de la Oliva, en una puerta y una ventana en San Miguel de Aralar, en un capitel de la iglesia de Arbizu, en la puerta de Zamarce, en la fachada de una casa en Lacunza y en Santa María de Olite.
Tengo que comprobar si los hay en el Convento Santo Domingo de Estella y en Santa María de Viana.
Un saludo.
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