Fabricio Potestad y Maite Esporrín: de la mano de Bildu, ¿no al fascismo? |
Miramos -quizás, demasiado de lejos- lo que ocurre en el PSOE y en el PSN. Sumidos en una profunda crisis -en Navarra desde hace muuuuchos años-, se ven actitudes y comportamientos en los que uno no acaba de reconocer al Partido Socialista.
Cuando la dirección del PSN se ve obligada a desautorizar a su concejal de Alsasua en temas que para un demócrata son sagrados...
Cuando algunos de sus militantes airados son capaces de
calificar de “fachas” a los miembros de la Gestora elegida por el Comité
Federal...
Cuando
en muy poco tiempo se ven bandazos desconcertantes...
A
ver si estas navidades se abre un tiempo de reflexión, de tranquilidad, y dejan de montar el
belén.
Porque
Navarra y España no se entienden sin un Partido Socialista fuerte y claro,
sobre todo claro.
Nos gustáis así
Inma Jurío, Diciembre 2016
Mari Carmen Ochoa, Septiembre 2014
Un daño irreparable provocado desde dentro (por Julia Navarro)
Hay
amplios sectores de la familia socialista que se han podemizado hasta el punto
de hacer que su partido sea irreconocible.
Los
dioses ciegan a los hombres a los que quieren perder. Y eso es lo que pienso
cuando desde la lejanía observo cuanto viene sucediendo en el PSOE.
En
realidad no reconozco al PSOE. O mejor dicho no reconozco a este PSOE al que el
paso de Pedro Sánchez por la secretaria general ha dejado como un solar.
No
reconozco a un PSOE en que algunos de sus militantes, airados, son capaces de
calificar de “fachas” a los miembros de la Gestora elegida por el Comité
Federal.
No
reconozco a este PSOE indisciplinado que quiere parecerse a Podemos olvidándose
de su propia historia.
Por
eso me parece acertado que en estos días los dirigentes y militantes más
templados estén dándole vueltas a que en el próximo congreso se debe decidir un
modelo de partido que responda a la realidad del siglo XXI. Un modelo, al decir
de algunos, que no sea ni presidencialista ni asambleario. Un modelo en que el
secretario general tenga contrapesos bien definidos.
No
es tarea fácil conseguirlo sobre todo, porque como digo, hay amplios sectores
de la familia socialista que se han podemizado y que parecen encantados en eso
de estar en asamblea permanente para decidir, (entiendan la “boutade”) hasta
qué marca de bolígrafos deben utilizar.
En
fin, para estos sectores eso de la democracia representativa es una antigualla, habida cuenta de que las nuevas tecnologías han cambiado casi todos los
paradigmas de nuestra sociedad y cualquiera se puede permiten opinar cada
minuto del día sobre todas las cosas.
Yo
no sé si estos grupos airados que claman por que se celebre el congreso del
partido ¡ya!, que insultan a la Gestora y le niegan legitimidad, son conscientes
del daño irreparable que están haciendo a su partido. Más bien parece que están
empeñados en su “voladura”, y lo peor es que no les importa, porque se consideran
los únicos guardianes de la democracia interna, denostando el comportamiento del
resto de la organización que acepta las reglas del juego que siempre han
imperado en el PSOE.
Realmente
me parece admirable la paciencia y mano izquierda de Javier Fernández que tiene que llevar las riendas de este PSOE en medio de tantas turbulencias.
Y
hace bien la Gestora en negarse a convocar el congreso para pasado mañana, como
piden esos grupos enfurecidos que destilan tanto odio en sus manifestaciones y
que parecen niños pequeños, inmersos en una pataleta permanente.
La
fecha prevista por la Gestora para la celebración del congreso es allá para
junio, tiempo prudencial para ir trabajando en nuevas propuestas programáticas
y de modelo de partido.
Ya
sé que es mucho esperar que los “sanchistas” actúen con responsabilidad, pero
deberían pararse a reflexionar un segundo, sólo uno, para darse cuenta de
que están haciendo un daño irreparable al partido al que dicen querer defender.
En realidad al PSOE habría que defenderle de ellos.
En realidad al PSOE habría que defenderle de ellos.
Julia
Navarro es comentarista política
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