Plaza del Castillo. 22 de diciembre de 1966 |
Actualización Navidad 2016
No puede haber Noche-Buena sin villancicos, y quiero dedicar éste, aunque ambientado en Pamplona, a los padres del Colegio Público Puente la Reina, que intentan convencer a los profes de sus hijos de que el Olentzero y el Nacimiento bien pueden convivir armoniosamente a la entrada del centro.
Leí ayer, con estupor, en DN, que el claustro del Colegio Público Puente la Reina ha decidido, unilateralmente, sin contar con los padres, quitar el Nacimiento de la entrada del centro, entrada que hasta ahora compartía con el Olentzero. Y es que “El claustro de profesores entiende que el Nacimiento es un símbolo religioso y que como tal ha de estar expuesto en la clase de religión”.
Me gustaría recordarle a ese triste claustro censurador que el belén, además de un símbolo religioso, es un símbolo cultural, de la cultura de Puente la Reina, de Navarra, de España, de Occidente... desde hace muchos siglos y es una tradición bellísima que desean mantener los padres -sean o no creyentes- porque la recibieron de sus antepasados y la quieren transmitir a sus hijos. Y esa cultura, esa tradición, no debe quedar recluída en las sacristías o en las catequesis. Lo mismo que la jota no debe recluirse en las academias, sino que tiene que cantarse en la calle. Porque es nuestra cultura.
Y hay más: si el nacimiento no pinta nada en la entrada del centro por ser un símbolo religioso, ¿qué pinta la asignatura de religión en un centro público? Sean consecuentes y elimínenla de entre las materias que ofertan. Pero entonces se quedarían sin clientela y sin trabajo, ¿verdad?
Y tiene gracia que dejen en paz a Olentzero, que lleva en Puente, como máximo, 50 años de existencia, y que -según Caro Baroja- "es una carbonero... que, ante la noticia del nacimiento de Jesús, baja a los hogares cristianos en Bera, en Lesaka...". Así pues, no hay Olentzero sin Nacimiento, sin Natividad, sin Navidad.
No me cabe en la cabeza que unos profesores no conozcan el abc del origen del Olentzero en Navarra. A no ser que quieran reinventarlo:
Pero si ese triste claustro insiste en que le parece menos religiosa, más educativa y -sobre todo- más guay la tradición del Olentzero, les pido que no sean machistas y pongan al lado del carbonero a su novia Mari Domingi. No sea que se enfaden las y los feministas.
Bueno, pasemos a asuntos que merecen la pena, porque los villancicos, además de ser cultura genuina, nos hacen felices:
No puede haber Noche-Buena sin villancicos, y quiero dedicar éste, aunque ambientado en Pamplona, a los padres del Colegio Público Puente la Reina, que intentan convencer a los profes de sus hijos de que el Olentzero y el Nacimiento bien pueden convivir armoniosamente a la entrada del centro.
Leí ayer, con estupor, en DN, que el claustro del Colegio Público Puente la Reina ha decidido, unilateralmente, sin contar con los padres, quitar el Nacimiento de la entrada del centro, entrada que hasta ahora compartía con el Olentzero. Y es que “El claustro de profesores entiende que el Nacimiento es un símbolo religioso y que como tal ha de estar expuesto en la clase de religión”.
Me gustaría recordarle a ese triste claustro censurador que el belén, además de un símbolo religioso, es un símbolo cultural, de la cultura de Puente la Reina, de Navarra, de España, de Occidente... desde hace muchos siglos y es una tradición bellísima que desean mantener los padres -sean o no creyentes- porque la recibieron de sus antepasados y la quieren transmitir a sus hijos. Y esa cultura, esa tradición, no debe quedar recluída en las sacristías o en las catequesis. Lo mismo que la jota no debe recluirse en las academias, sino que tiene que cantarse en la calle. Porque es nuestra cultura.
Y hay más: si el nacimiento no pinta nada en la entrada del centro por ser un símbolo religioso, ¿qué pinta la asignatura de religión en un centro público? Sean consecuentes y elimínenla de entre las materias que ofertan. Pero entonces se quedarían sin clientela y sin trabajo, ¿verdad?
Y tiene gracia que dejen en paz a Olentzero, que lleva en Puente, como máximo, 50 años de existencia, y que -según Caro Baroja- "es una carbonero... que, ante la noticia del nacimiento de Jesús, baja a los hogares cristianos en Bera, en Lesaka...". Así pues, no hay Olentzero sin Nacimiento, sin Natividad, sin Navidad.
No me cabe en la cabeza que unos profesores no conozcan el abc del origen del Olentzero en Navarra. A no ser que quieran reinventarlo:
Bueno, pasemos a asuntos que merecen la pena, porque los villancicos, además de ser cultura genuina, nos hacen felices:
***
Nada más bonito que felicitar las navidades con un viejo villancico, de esos que cantábamos de niños.
Y si, además, lo interpreta la Pía Unión de Pastores de Belén, de Pamplona, mejor que mejor.
El colmo de la felicidad es, al menos para los hijos de la Vieja Iruña, si muchas de las imágenes que lo acompañan son de la antigua Pamplona, de cuando los guardias de tráfico estaban rodeados de botellas y cajas de bebidas (entonces no había controles de alcoholhemia), o de cuando en la Cabalgata nos asustaban unos indios, o negros, muy feroces.
Mi buen amigo Perry me ha proporcionado este bellísimo villancico tan popular y he disfrutado tanto que no puedo menos que compartir el vídeo, hecho en Desolvidar, con mis lectores. Y mi deseo es que vosotros también lo compartáis con vuestros amigos, especialmente con los pamploneses que están fuera.
Mi buen amigo Perry me ha proporcionado este bellísimo villancico tan popular y he disfrutado tanto que no puedo menos que compartir el vídeo, hecho en Desolvidar, con mis lectores. Y mi deseo es que vosotros también lo compartáis con vuestros amigos, especialmente con los pamploneses que están fuera.
¡Vamos,
pastores, vamos! (La gitanilla)
Vamos,
pastores, vamos,
vámonos a
Belén;
a ver en
aquel Niño
las
glorias del Edén.
A ver en
aquel Niño
las
glorias del Edén.
las
glorias del Edén,
las
glorias del Edén.
Yo, pobre
gitanilla,
al Niño le
diré,
no la buenaventura,
que eso no puede
ser;
le diré me
perdone
lo mucho que
pequé,
y en la mansión
eterna
un “laíto” me
dé,
un “laíto” me
dé,
Sí, sí…
Vamos,
pastores, vamos…
Ese precioso Niño,
yo me muero por
él;
sus ojitos me
encantan,
su boquita
también;
el padre le
acaricia,
la madre mira
en él;
y todos, extasiados,
contemplan
aquel Ser,
contemplan
aquel Ser.
Sí, sí.
Vamos,
pastores, vamos…
6 comentarios:
AMIGO PATXI, QUE TENGÁIS UNOS FELICES SATURNALES EN LA IRUÑA ZARRA Y BERRI.
UN ABRAZOTE DE OSO
Emilio Meseguer Endériz
Esta mañana hemos podido escuchar a los pastores de Belén en la iglesia de San Miguel y desear una muy feliz Navidad a Pedro Manso, quizás el pamplonés más polifacético. Estar con los pastores es como estar en el cielo, en ese pedacico de cielo que es el portal con las glorias del Edén y con Desolvidar, que nos desempolva los mejores recuerdos con particular brillo.
Patxi, en cada entrada te superas.
Has elaborado un delicioso vídeo con unas entrañables imágenes, como la de los chavalicos de la Meca o la de un Baltasar con un sospechoso parecido con Fernando Lizaur, hace ya unos cuantos años. Y pensar que algunos nos quieren cambiar a Baltasar! Imágenes de la vieja Iruña que trato de identificar, los salvajes de la comitiva que como bien dices nos asustaban, pero que tenían para los niños un atractivo inusitado, en fin, el viejo villancico tantas veces cantado con mis padres y hermanos en aquella cocina de la calle Compañía alrededor del brasero.
Enhorabuena y un abrazo de Navidad, querido Patxi.
Anamary
Emilio, sabes que sé quién fue tu abuelo. Y viniendo de su nieto, te agradezco en el alma ese abrazote de plantígrado.
Echenique, gracias de corazón. Tú sabes que sin ti, Desolvidar sería un simple desempolvar. Desolvidar es encontrar la verdad: la aletheia de los griegos. Mil gracias
Camp Anamary a: qué razón tienes en lo del sospechoso parecido de Fernando Lizaur!. Hoy a los pamploneses nos toca sacarle la cara, cuando algunos (perdón, algun@s), en aras de no se qué lucha contra el racismo, lo quieren ningunear.
Para que te hagas una idea de la gilipollez de ciertas personas, hoy he visto este letrero: LOTERÍA DEL NIÑ@, sí, con la arroba del tonto de turno.
¡Sin palabras!, perdón, sin palabr@s
Publicar un comentario