Aunque la carátula de este disco es de 1966 (San Sebastián, sello Columbia), las dos primeras canciones están registradas em la Biblioteca Nacional ya en 1964.
Como casi siempre, son interpretadas por los Montejo, con José Novo al acordeón.
Tengo que reconocer que, de mis quince añicos, tan sólo recuerdo el estribillo de No hay por qué llorar.
5.1 No hay por qué llorar (descargar letra)
Un corrido en el que nos cuentan una historia bastante surrealista, en la que destaca por su gracia el nombre de la suegra, Dinamita, y la razón de apodo tan curioso: "a veces estallaba sin razón y sin motivo":
A pesar de que 1964 y, en general, los Años'60 sean considerados como un periodo de Guerra Fría, José Novo nos habla en este tango de una guerra abierta: pueblos arrasados, desolación... También de la amenaza de las armas de destrucción masiva, preparadas por sabios sin escrúpulos. Nos habla Novo de los rusos y de los yanquis, término bastante peyorativo (quizás por exigencias del guión). Y al final acaba echando la culpa de toda esta sinrazón a la ausencia de Dios por la falta de fe.
En este chachachá asistimos a un diálogo chispeante de una parejita que se plantea los problemas del matrimonio y de la venida de los hijos. Al final llegan a la sensata conclusión de que lo mejor es no dejarse enredar por los chismes y que, en cuanto vaya a empezar una disputa, lo mejor es acabar con ella dándose un besito. ¡Por supuesto!
En este calipso José Novo nos presenta el ambiente del trópico con su cañaveral, el palmar, hasta un cafetal, y con los negros y, sobre todo, mi negra bailando este ritmo caliente, caliente.
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