domingo, 28 de mayo de 2017

El día 3, con camisa interior, por si refresca

El día 3, con camisa interior, por si refresca
Son muchos los escritos de Manuel Sarobe Oyarzun en Diario de Navarra, concretamente en la sección "Cartas de los lectores". Toca temas muy variados y ayer trató el de la manifestación del 3 de junio. Con su amenidad habitual nos cuenta los nervios que está pasando el Cuadri y las diferentes opciones que podemos tomar los ciudadanos. Me ha encantado la 4ª: "la de quienes, si hace buena tarde, se animen sencillamente a dar un garbeo para pulsar el ambiente, con la chaquetica a mano,  por si refresca...". 
Yo llevaré, porsiaca, camisa interior. Roja y con el escudo de Navarra

Los nervios del cuatripartito
De los nervios. 
Así están los del cambio y sus voceros ante la manifestación prevista para el próximo día 3, a juzgar por la virulenta reacción contra sus promotores, a quienes han tachado de ultras, extremistas, desestabilizadores, indignos, cerriles, fanáticos, casposos y no sé yo cuántas cosas más. 
“Ea, ea, ea, el cuatripartito se cabrea”. 
La reacción es tan gruesa que se torna en todo un acicate para acudir a la marcha. 
Con lo elegante que hubiera sido afrontar el envite, de tener una mínima cintura democrática, replicando algo así como “creemos que no hay motivos para convocarla, pero respetamos su derecho a discrepar”. 
El hecho es que les incomoda sobremanera que haya navarros dispuestos a defender su bandera. 
Toda una provocación, al parecer, en una tierra que desde hace décadas inundan periódicamente de ikurriñas foráneos llegados en autobuses para celebrar con toda libertad 'aberriegunas' (aburregunas, diría yo) y demás actos de exaltación patriótica abertzale. 
Bueno, pues ahora, por una vez, nos toca a los demás. 
No seré yo quien a estas alturas sugiera a mis conciudadanos lo que han de hacer, porque los considero suficientemente juiciosos para tomar sus propias decisiones, todas ellas respetables. 
1. La de quienes opten por quedarse en casa entendiendo que el cuatripartito no representa ninguna amenaza para nuestros signos identitarios. 
2. La de los que por el contrario consideren que la derogación de la Ley de Símbolos busca menoscabar la bandera de Navarra al pretender que comparta edificios oficiales con enseñas ajenas. 
3. La de aquellos que -¿por qué no?- añadan al motivo anunciado para salir a la calle su enfado con el gobierno de Barkos por otros asuntos tales como el sartenazo fiscal que les ha dejado temblando, la denegación de una beca o el abandono por parte de esta coalición de trogloditas de proyectos clave para nuestra prosperidad. 
4. O la de quienes, si hace buena tarde, se animen sencillamente a dar un garbeo para pulsar el ambiente, con la chaquetica a mano,  por si refresca...
Solo una cosa deseo:  que se sientan libres para hacer lo que les salga de las mismísimas narices. 
Sin dejarse amedrentar. Sin pedir permiso a nadie. Sin verse obligados a justificarse. Ignorando la intimidatoria campaña de la que podríamos denominar “eusko Stasi”, que se cree legitimada para husmear entre quienes se han adherido y repartir carnets de buenos o malos manifestantes.
El cuatripartito se ha afanado en perseguir los vestigios del franquismo -lo cual aplaudo- pero se ha centrado en lo inocuo, como son los restos mortales y las piedras. En lugar de ello o de querellarse contra quien lleva cuarenta años muerto, propongo que hagan algo más valiente: combatir los tics fascistas todavía latentes. 
Los que evidencian por ejemplo quienes, emulando a Fraga, siguen creyendo que la calle es suya. Porque contra el totalitarismo se lucha más eficazmente profundizando en valores democráticos como la libertad -incluida la de expresión- que abriendo tumbas.
Luego está la defenestrada Pérez -qué boda sin la tía Juana- que propuso una contramanifestación en protesta contra la corrupción. Precisamente ella, condenada por haber sido contratada ilegalmente por papá y mamá. Hay que echarle valor. Sería bueno que el tetrapartito nacionalista extrajera alguna enseñanza de este episodio. Nadie discute su legitimidad para hacer propuestas, pero hay temas en los que se ha de ir con cuidado. No pueden pretender cambiar en dos años diez siglos de historia. Y hacerlo, además, por la puerta falsa y sin consultar al pueblo soberano. 
Eso no, como, mal que les pese, tendrán ocasión de comprobar el próximo día 3.
Manuel Sarobe Oyarzun 

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