domingo, 15 de junio de 2025

Adiós a Miguel, el decano de los castañeros

Miguel Martínez (padre), gran castañero y mejor persona DEP Foto Silvia Hernández Jiménez
En la locomotora-castañera se puede leer: "las mejores castañas asadas / Aquí / Fundada en 1925". Ha cumplido pues cien años.
Miguel Martínez Ochoa, que durante 50 años estuvo al frente de la locomotora de la calle Comedias, fallece a los 85 años
Cristina Aguinaga DN 07/06/2025
Miguel Martínez Ochoa, el pequeño de los seis hijos del matrimonio formado por José Martínez Llorente y Felipa Ochoa Caballero falleció el sábado día 7 en Pamplona a los 85 años de edad. Pamplonés de la “avenida Jarauta”, era la segunda generación de una familia de castañeros y fue el primero en alcanzar el medio siglo en las calles de la capital navarra. 50 temporadas de repartir el codiciado fruto de otoño y también sonrisas y palabras amables a los que como él trabajaban en la calle o se acercaban al puesto a comprar. 

Castañeros en Otoño, por Mariano Pascal
Homenaje al castañero Miguel Martínez Ochoa en noviembre de 2007 JAVIER SESMA
Cuando Iñaki Lacunza compuso “Castañeros en Otoño”, dejó fijada en una canción el diapasón con el que la ciudad de Pamplona se mueve cada año.
Y ahora, que nos toca visitar la tómbola y renovar el abono para disfrutar de días de feria y toros, nos ha dejado Miguel Martínez, el castañero de Comedias.
Cuando éramos críos, a comienzos de los ochenta, no recuerdo que hubiera otro castañero en la ciudad. Y Miguel era para nosotros algo más que una autoridad, un futbolista o un ciclista. Era "el castañero de la locomotora". Todavía recuerdo, camino de las clases de natación del colegio, cuándo me enteré que Andoni, mi compañero de clase de 2º de EGB, era su hijo.
Miguel, en su puesto de castañas de Comedias.
archivo (jorge nagore)

Con los años y la amistad familiar, fuimos conociéndole a él. A la persona que se ocultaba bajo la bonhomía de las canas, el delantal y los pantalones azul Vergara con los que atendía la castañera. Una actividad familiar mucho más amplia que un negocio.
Sus análisis de los hábitos de la ciudad, que según él tanto habían cambiado con la entrada de España en la Unión Europea, su aguante en las conversaciones con tanto paseante con ganas de hablar, su detalle, siempre desde la discreción, de guardar algunas castañas calientes para el mimo o el artista callejero que anduviera cerca en las frías tardes del otoño.
El Ayuntamiento de Pamplona lo convirtió en pregonero de la Navidad, coincidiendo con sus 45 años en la castañera. De aquel momento, en un escenario que parecía enorme en la plaza consistorial, me quedo con la mirada de Miguel camino del atril.
Miguel, sin la castañera como parapeto, caminaba con la mirada del niño al que lo dejan por primera vez en los pasillos del colegio el primer día de clase. Lo observaban en su caminar los Pastores de Belén, que cantaban a continuación, con la misma mirada de admiración con que los niños mirábamos la castañera. Miguel, dio un pregón lleno de naturalidad. Estuvo cumbre.
Miguel nos ha dejado y la vida sigue en la rueda pamplonesa de la canción de Iñaki Lacunza. La misma que con tristeza y naturalidad, marca que los hijos entierran a los padres y los nietos a los abuelos.
A Andoni, su sucesor en la calle Comedias, le caen hoy (11 de junio) 51 castañas ¡Una docena de felicitaciones desde aquí

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