jueves, 14 de julio de 2016

Guti, esta noche ahí estaremos!


Desde 1980 el Guti ha estado subiéndose en el Pobre de Mí a la fuente de Neptuno, en la Plaza del Consejo, para dirigir -con su gorra de conserje y su batuta- el coro, primero familiar y luego popular, que se resistía a dar por terminados los sanfermines. El 14 de Julio pasado, muy oportunamente (falleció el martes 17 de mayo de 2016), cedió gorra y batuta a la Cofradía de San Saturnino que esta noche continuará la tradición que instauró hace 36 años Francisco Javier Gutiérrez García, el Guti. 
Allí estaremos para recordar a un pamplonés entrañable, entonando las viejas canciones de nuestra tierra y la habanera que le dedicó otro pamplonés entrañable: Iñaki Lacunza:



Y El Guti                                                                                    por José Miguel Iriberri
Conferencia de Savater, 25.02.16
Como todos no caben y puede que alguno no llegue al 14 en condiciones, vamos a ver quién es el cofrade de San Saturnino que salta mañana a la fuente de Neptuno, levanta al cielo la batuta del Guti y dirige la coral familiar de padres, hijos, abuelos, nietos, primos, sobrinos y demás parientes; amigos, conocidos, encontradizos y alguno que pasaba por allí, todos entonando el “pobre de mí”, por cierto con una alegría que se da de gorrazos con la pena porteña de la letra.
Esta espuela de las fiestas en la plaza del Consejo -casera, sin subvención, por supuesto, ni programa, ni más orden que la improvisación de hace ya la tira de años- estrena mañana director en la cofradía de San Saturnino. El Guti, que hasta el año pasado se ponía de pie encima de la fuente y de la noche, les dio el relevo, la batuta, no sé si la gorra también, y desde luego todo el empuje propio de uno de esos ciudadanos que hacen Sanfermines y hacen ciudad. En los últimos años, El Guti saltaba a la fuente a base de voluntad, más que de fuerza, y esta primavera saltó al cielo de Sanfermines, del que tiene las llaves el maestro Turrillas. Por ahí lo imaginó Ramón Aguinaga en el adiós de sus amigos.



Pero el libro de estilo avisa que, en la crónica de fiestas, las necrológicas no pueden llevar luto. Pues eso. Podría parecer que lo del Guti tampoco era para tanto. En realidad, cualquiera se sube a la fuente, se feria una gorra, levanta un palico y se arranca con el No te vayas de Navarra, ni de la plaza, Uno de enero, dos de febrero, Pobre de mí, pobre del vino que vende Asunción, y vamos a cantarle a la fiesta un réquiem hasta reventar. Todo eso, cualquiera. Luego, claro, hay que tener alma llanera, quiero decir sanferminera. Y amigos. Sobre todo, amigos. Muchos amigos. Esa es la cuestión hamletiana: tener o no tener (amigos). Y ganárselos. Y conservarlos.
Los Sanfermines de 2016 empezaron por El Tuli y terminan con El Guti. Yo no les llamaría castas, porque hoy en día el término está devaluado, huele a rancio y suelta caspa. Clásicos. Son dos clásicos de Pamplona y de las fiestas de Pamplona. Hablo de ellos en casa y la familia me dice que espabile; que aprenda, porque se me está pasando el ajoarriero sin darle un palo al agua de las fiestas. Ingratos. ¡Como si no puntuaran las horas que meto en la cola de los churros de Paulina!

Último encierro
impresionantes caídas al final del trayecto, en el Callejón y entrada al ruedo

Programa completo 

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