Hace ahora un mes, el 27 de diciembre de 2013, se nos fue mi tía Visitación Belzunegui, Sor Margarita, la Chonchona.
Así la llamaba mi madre y los demás hermanos, y así la hemos llamado los sobrinos.
Así la llamaba mi madre y los demás hermanos, y así la hemos llamado los sobrinos.
1. Alegría
La
Chonchona era una mujer risueña, una persona que disfrutaba del tipo de vida
que ella había elegido y de la vida en general. Mujer de sonrisa permanente, se
le iluminaba aún más la cara cada vez que venía a vernos a Pamplona o cuando la
íbamos a visitar.
Y hasta tenía un punto de coquetería:
- ¡Patxi, a que estoy bien guapa!
- Y cada vez más joven - le contestaba yo
Y hasta tenía un punto de coquetería:
- ¡Patxi, a que estoy bien guapa!
- Y cada vez más joven - le contestaba yo
2. Franqueza
No
tenía pelos en la lengua y tampoco se andaba con rodeos. Te decía lo que
pensaba, y era mejor darle la razón porque no merecía la pena ponerse a
discutir y a reñir. Te sonreía, te cogía del brazo y asunto arreglado.
Me recuerda mi hermana que una vez que tenía que ir de compras, en vez de acompañarla mi madre (a quien le encantaba quedarse en casa), le dijo a mi padre: "¡Anda, Prisci, acompáñame a comprar una faja!"
Me recuerda mi hermana que una vez que tenía que ir de compras, en vez de acompañarla mi madre (a quien le encantaba quedarse en casa), le dijo a mi padre: "¡Anda, Prisci, acompáñame a comprar una faja!"
3. Servicio
Asistiendo
a los enfermos hasta los 84 años. Y cuando ya no podía salir, atendiendo a las
monjas enfermas de su Comunidad.
Dicen que el mejor predicador es Fray Ejemplo. La vida de Sor Margarita fue el sermón mejor echáu de lo que es la entrega a los demás, a los más mecesitados.
Dicen que el mejor predicador es Fray Ejemplo. La vida de Sor Margarita fue el sermón mejor echáu de lo que es la entrega a los demás, a los más mecesitados.
Algunos recuerdos
Aprovechando
que estaba haciendo la mili en Monte La Reina (Zamora), fui a verla (verano del 70 ó 71)
cuando ella estaba en Ávila.
Fuimos
también a verla a Orense.
Una
vez me porté muy mal con ella. Me pidió dinero para unas zapatillas y yo pensé que
intentaba darme pena, y no se lo di.
Me arrepentí enseguida. A
la siguiente visita, sin que me pidiera nada, le di buena paga y cinco litros
de pacharán hecho por mí. Aquel año (88-89) me salió todo: me saqué el EGA
(título de lengua vasca) y conseguí el traslado a Pamplona.
En
la siguiente ocasión que nos vimos, me explicó que habían rezado por mí todos
los días y, además, con mucha alegría, pero que no les diera más pacharán
porque habían acabado todas medio diabéticas.
Me contó una vez que, cuando
salía del convento para pasar la noche en casa de una persona enferma, un joven
bastante pasao por lo que habría
consumido, se metió burlonamente con ella. La Chonchona no se arredró, sino que
le dijo que iba a cuidar a una persona que bien podría ser su madre y que, como
ésta lo viera en ese estado tan lamentable, le iba a dar muchísima pena. El
chaval se avergonzó y se fue ¡dándole las gracias!
¡Chonchona, un lujo haber tenido una tía como tú!
¡Chonchona, un lujo haber tenido una tía como tú!
Agosto del 86. Iglesia de Cemboráin. Con cuñados (Marisol y Prisci) y sobrinería |
Carta de la Superiora Provincial
Nos ha llegado a la familia de la Chonchona esta carta de Sor Rosario Segurola, Superiora Provincial, escrita el mismo día del fallecimiento de nuestra tía, el 27.12.13. Dice así:
JHS
SIERVAS DE MARIA
MINISTRAS DE LOS ENFERMOS
CURIA PROVINCIAL
C/ Santa Lucía, 34
39003 — SANTANDER
Telf. 942 — 21 68 01
Fax 942 — 36 08 58
E-mail
procastillasdm@planalfa.es
Comunidad de Siervas de
María
P.C.
"Mi alma espera en
el Señor,
mi alma aguarda al Señor
más que el centinela la aurora"
(Sal.
129)
Santander, 27 de
diciembre de 2013
Muy amadas Madre y
Hermanas en el Señor:
Reciban un cariñoso
saludo, en este tiempo gozoso en el que continuamos celebrando la Navidad de
nuestro Señor, al tiempo que les comunico que en la mañana del día 27 de
diciembre, a las 9,00h, el Señor quiso llevarse para seguir celebrando la
Navidad en el cielo a nuestra querida SOR MARGARITA BELZUNEGUI SARASA, desde la
enfermería de nuestra casa de La Coruña, cuando contaba con 94 años de edad y
77 en nuestra Congregación.
Casa Macaya, donde nació la Chonchona. El Pintas y el Chocolá. La Higa sin antena |
Nació nuestra querida
Hermana en Cemboráin, pueblo situado en la Provincia de Navarra, del matrimonio
formado por Don Tomás y Doña Bárbara, el día 17 (el 7, según Benita Belzunegui)
de Septiembre de 1919. Al día siguiente de su nacimiento, fue regenerada con el
Sacramento del Bautismo, recibiendo el nombre de Visitación, haciendo honor a
la Patrona de su pueblo, la Virgen de la Visitación. Cuando todavía era muy
pequeña, el 17 de noviembre de 1922, recibe el Sacramento de la Confirmación.
Sin duda Navarra ha sido una tierra fértil en la que el Señor se ha fijado,
sembrando el don de la vocación religiosa en numerosos pueblos y familias, y
entre otras, esta de nuestra querida Hermana, donde el Señor escogió para Sí,
como Siervas de María, a dos de sus miembros, a su hermana Sor Visitación,
fallecida en la Provincia de Cataluña, y a Sor Margarita. El 4 de Junio de
1936, cuando todavía no había cumplido los 17 años, queriendo responder
generosamente a la llamada del Señor y siguiendo los pasos de su hermana,
ingresa la joven Visitación como Postulante en la casa de Pamplona, donde hace
el Noviciado, tomando el Santo Hábito el día 12 de diciembre de este mismo año.
Tras los dos años de esta primera etapa formativa, pide ser admitida a la
Profesión Temporal que emite el 13 de diciembre de 1938, siendo trasladada
entonces a nuestra Provincia de Castilla, donde llega con destino a Palencia el
día 16 de este mismo mes y año, comenzando su labor apostólica, derrochando
caridad con los enfermos. Un año más tarde es enviada a la casa de San
Sebastián, donde permaneció hasta ir a la Tercera Probación a Azpeitia, donde
hizo sus Votos Perpetuos el 13 de diciembre de 1944, tras lo cual partió
destinada a Bilbao, donde los Superiores viendo sus buenas cualidades, le
encomiendan el servicio de Ecónoma, no fácil en aquella época de gran escasez,
desempeñando también este cargo en la casa de Salamanca, cesando en el cargo en
el año 1958. Años más tarde, la obediencia le encomendó nuevamente esta tarea
en distintas comunidades de la Provincia (Segovia, Ávila...) y, al
cesar, fue trasladada a la casa de Orense en el año 1989, ejerciendo en todas
ellas con solicitud nuestro caritativo ministerio de servicio a los enfermos y
a los pobres, derrochando con ellos el amor que recibía de Dios, extendiendo su
apostolado también a las familias. Estuvo asistiendo hasta los 84 años, ya que
por su edad tuvo que dejar de salir fuera, pero entonces se dedicó a atender
con la misma solicitud y cariño a las Hermanas enfermas que había en la
Comunidad. Era muy laboriosa y, en sus noches de vela, entretenía su tiempo, especialmente,
en hacer ganchillo, haciendo verdaderas maravillas, sobre todo en bonitos
manteles para el altar que se lucen en varias de nuestras Capillas.
Juanito, Ramona, Eloy, María y Chonchona; Tomás, Bárbara (madre), Benita, Tomás (padre) y Luis María |
Su carácter fuerte es
suavizado con su alegría, haciéndose de buena convivencia para con todas. Le
gustaba amenizar las fiestas de comunidad, haciéndolo con gracia y entonando con
soltura las bonitas jotas navarricas con las que ella tanto disfrutaba. Siempre
se destacó Sor Margarita por su proceder con rectitud en todo momento, poniendo
al servicio de la Comunidad las buenas cualidades con las que el Señor le había
dotado, siendo responsable en los cargos que la obediencia le encomendó, devota
de la Virgen y de nuestra Santa Madre, sumisa y dócil con los Superiores,
generosa y atenta con las Hermanas.
Con el paso de los años
se iba produciendo el consiguiente deterioro, notándose en ella cierta
desorientación en algunos momentos y los achaques propios de la edad, teniendo
que caminar, en un primer momento, ayudada del andador y, últimamente, en la
silla de ruedas, siendo atendida en todo por la Madre y las Hermanas, aunque
ayudaba en cuanto podía. En el mes de Junio debido al cierre de la casa de
Orense, Sor Margarita fue trasladada a la enfermería de La Coruña, donde se
adaptó con toda normalidad, mostrándose agradecida a todo cuanto se le hacía y
disfrutando de la compañía de las Hermanas, con quienes charlaba animadamente y
con quienes rezaba con frecuencia el rosario por tantas necesidades de nuestro
mundo y de nuestra Congregación, especialmente en este tiempo por el fruto de
los Capítulos.
El día 13 de este mes
había celebrado con gozo sus Bodas de Brillante, para lo que se fue preparando
con ilusión y con frecuencia decía que quería celebrar dichas Bodas. Para este
día la Comunidad le preparó una sencilla fiesta, uniéndose a su acción de
gracias a Dios por tanto don recibido y dando también gracias a Dios por su
vida entregada en Él a los hermanos. En todo momento seguía el ritmo
comunitario de la enfermería y nada hacía presagiar un final tan rápido e
inesperado. Había pasado la noche con total normalidad y cuando la Hermana le
estaba levantando para ir a misa, le dijo que parecía que se mareaba, por lo
que la sentó en la silla y fue a avisar a la Madre y a otra Hermana para que le
ayudara y poder acostarla de nuevo. Tras tomarle las constantes, vieron que
todo estaba normal, aunque su T.A. (tensión arterial) era un poco baja. Cuando
más tarde acudieron a ver cómo se encontraba, ella les dijo que ya estaba bien,
que la levantaran para ir a misa; pero la Madre, notando algo en ella, prefirió
llamar una ambulancia con el fin de trasladarla a urgencias; y cuando la
ambulancia estaba ya en casa, vieron el cambio de Sor Margarita, quien en
breves instantes, mientras la Comunidad estaba en la Eucaristía, entregaba de
forma sosegada y tranquila su alma en manos de Dios, que la acogía para darle
la corona de gloria, precisamente en este día de San Juan Evangelista, dentro
de la octava de Navidad, para que continúe celebrando la eterna Navidad en el
Cielo, contemplando, cara a cara, al Dios Amor, que aquí contemplamos
veladamente. Que el ejemplo de fidelidad y entrega de nuestra querida Hermana,
nos ayude a caminar con gozo y esperanza, manifestando a cuantos nos rodean el
Amor de Dios, que en estos entrañables días se hace tan cercano.
Agradeciendo las
oraciones que eleven por su eterno descanso y deseándoles una FELIZ Y SANTA
NAVIDAD y un PRÓSPERO AÑO NUEVO, se despide, su afma. Hna. en el Señor:
Sor Rosario Segurola
S.
de M.
Superiora Provincial
6 comentarios:
Enhorabuena y gracias,
VM.
Yo siempre la ví feliz y coqueta, muy coqueta. Hasta le gustaba hablar de un pretendiente que la perseguía por San Sebastian. Ella era guapa; Ramona, bonita.
Ramón Mendiburu
Hace años publicaron en el Noticias una foto sanferminera en la que aparecía la Chonchona, vestida de Sierva de María, atravesando la plaza del Castillo, en contraste con unos pamplonicas en pleno ambiente festivo. Ignoro si pretendían ridiculizar, pero les mandé una carta, que publicaron, en que resaltaba el carácter, no sólo servicial de Chonchona, sino animoso y festivo. Me imagino que allá arriba se estará riendo de la foto y lo poco que le conocía el periodista en cuestión.
sí, sí! me acordaba y la busqué tanto en mis carpetas como en el Google. No la he podido encontrar, pero seguiremos en ello. A ver si conseguiste que la retiraran!
Las dos fotos están muy bien y me traen gratos recuerdos, pero a la foto de delante de la puerta de la Iglesia le tengo un cariño especial, no sólo porque está Amelíe sino también porque la saqué yo y arranqué de los concurrentes sus mejores sonrisas y fotogenias, dicho sea con toda humildad en honor a la verdad.
Y esa foto que sacaste será también una de las últimas de nuestro padre en público.
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