lunes, 23 de marzo de 2015

Placa del Monumento a los Fueros y Vascoiberismo


1. Placa en caracteres ibéricos del Monumento a los Fueros
Si os fijáis en la frase en vasco, os he señalado en rojo la sílaba [GU] y en la placa del Monumento a los Fueros, he subrayado en blanco los signos ibéricos equivalentes. 



Lengua vasca:
"GU EUSKALDUNOK 
BESTE JAUN EZTEGU JAUNGOIKOA BAIZIK, 
ATZEKOARI OSTATUA EMATEN DEGU ONIRIZKERO 
BAINO EZTEGU NAI AIEN UZTARRIA JAZAN.
ADITU EZAZUTE ONDO, GURE SEMEAK"


Traducción al español: 
"Nosotros los vascos, 
no tenemos más señor que Dios. 
Al extranjero le damos acogedora hospitalidad, 
pero no queremos soportar su yugo. 
Oidlo bien, hijos nuestros".

A todos los pamploneses nos ha llamado siempre la atención la placa, escrita en caracteres ibéricos, del Monumento a los Fueros (por cierto, Iñaki, el próximo 4 de junio ¿lo inauguramos?)
Don Martín Larráyoz nos enseñó, con 14 ó 15 años, a escribir nuestros nombres en el alfabeto ibérico, ya que había una correspondencia entre nuestras letras y las ibéricas.
Es pues una pequeña engañifla, ya que es tan sólo la transcripción a caracteres ibéricos de las letras (y alguna sílaba) de las palabras vascas. Por supuesto, si un ibérico lo leyera (y estuviera bien hecha la transcripción), lo pronunciaría correctamente, pero no se enteraría de nada ya que son palabras vascas escritas con caracteres ibéricos.

2. El Vasco-iberismo
Hace unos días estuve en una conferencia sobre Julio Caro Baroja y su relación con José Miguel de Barandiarán. Siempre que hay algo sobre el madrileño afincado en Vera de Bidasoa (hoy, desgraciada y  oficialmente, sólo Bera), acudo de mil amores, porque este hombre ha supuesto mucho en mi formación y en mi visión ideológica.
Aún recuerdo con emoción las visitas (1.1 Vivencias personales) que le hacíamos allá por los años 80. Y sus vídeos (imágenes de su hermano Pío) de "Navarra, cuatro estaciones" siempre han estado muy presentes en este blog.
En aquella conferencia Asier Barandiarán Amarika nos habló del agradecimiento que manifestaba Julio hacia José Miguel y nos proporcionó una serie de materiales y textos (que tengo idea de traer al blog próximamente) de carácter etnográfico.
Y también surgió alli el tema del Vascoiberismo. En 1979 publicó Caro Baroja un amplio estudio sobre "La lengua vasca y el vasco-iberismo". Fue precisamente él quien acuñó el término "Vasco-iberismo" para designar a la hipótesis defensora de que el vasco es hoy el único resto de una lengua, el ibero, hablada antiguamente en toda la Península Ibérica, tesis ligada en ocasiones a la idea de la existencia de una unidad peninsular en época primitiva que identifica vasco con ibérico y gozó de gran prestigio hasta bien entrado el siglo XX (como ejemplo, la propia placa del Monumento, de 1903).
Os pongo este enlace para que os deis cuenta del increíble parecido entre ambos, al menos en los numerales.
Tiene gracia (especialmente desde Sabino Arana), pero si esta hipótesis fuera cierta, los vascos seríamos los primeros españoles, y quienes con más verdad encarnamos los versos de Gabriel Celaya, vasco, español y comunista:
Somos bárbaros, sencillos./Somos a muerte lo ibero/que aún nunca logró mostrarse puro, entero y verdadero.
El vascoiberismo habla de un parentesco filogenético entre el vasco y el ibero y, en su versión extrema, pretende traducir los textos en lengua ibera a través de la lengua vasca. 
Otros, no tan radicales, reconocen ciertas afinidades entre ambas lenguas, especialmente con la variante vasca más antigua, la lengua aquitana, y creen que vasco e ibero pertenecen a la misma familia.
Pero muchos autores consideran que las afinidades entre ambas lenguas no se deben a un parentesco familiar (misma lengua, hijas de una lengua común...) sino a mutuas influencias por su proximidad geográfica (ejemplo actual: "huelga" en vasco es "greba", copiado del francés "grève").
Esto último pensaba yo: que el parecido entre el ibero y el vasco no era filogenético (misma familia) sino superficial (proximidad geográfica).
Hasta que en el diálogo posterior a la conferencia se levantó un señor del público y nos explicó algunas de las inscripciones ibéricas (desde el Algarve hasta Aquitania, pasando por Andelon (Andelos) y Pamplona) traducidas por él desde la lengua vasca, el euskera, en sus 20 años de investigación. Y que, aunque esta hipótesis fue criticada por Antonio Tovar, él (Luis Ignacio Azcona Ezcurra) defendía apasionadamente su vigencia, aportando datos tan bonitos como que el ibero está en el lon del nombre de Pamplona y de Andelon.



Algunos comentarios de Face

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya me ocupé de este tema en mis Historias del Viejo Pamplona -antes ya lo habían hecho Arazuri, Galbete y otros eruditos locales- y anoté que la inscripción que redactó en su día el P. Fidel Fita, ilustre miembro de la Real Academia de la Historia, merecía mucho más crédito y respeto que el que le dedicaron algunos críticos posteriores, que en mi opinión sabían bastante menos que él. En estos temas en que la mitología se puede entrelazar y confundir peligrosamente con la Historia, conviene tener claro quien sigue las pautas y criterios de la segunda o de la primera. Y el P. Fita sabía de qué hablaba, sobre todo teniendo en cuenta la época en que vivió.
Otro abrazo ibérico o incluso vascoiberista.
Juan Martinena