miércoles, 25 de octubre de 2017

Arbeloa: Qué se enseña y se aprende aquí (1)

Mapamundi de Euskal Herria (por favor, no se ría)
Los discursos en el Congreso de los Diputados del diputado de Ciudadanos, Toni Cantó, sobre el adoctrinamiento de los niños en las escuelas catalanas le han hecho recordar a Arbeloa un par de artículos que, con el título de “Qué se enseña y se aprende aquí”, publicó en DN los días 16 y 17 de febrero de 2004, casi 14 años antes y con UPN en el Gobierno.
Se queja Víctor Manuel en el artículo de ayer -también en DN- de que “nadie salió a acompañarme, y tampoco a corregirme o rebatirme.  A nadie le importó un comino.”
Ciertos los primeros enunciados, pero totalmente falso el último: a muchos nos importó en su día y, ahora que tenemos los medios, sacamos de la hemeroteca ambos artículos, empezando hoy por el del 16.02.2004.

Qué se enseña y se aprende aquí
La España de Podemos (hundirla)
Una familia amiga de la Cuenca de Pamplona, sabiendo que desde hace años me preocupo de “qué se enseña y se aprende aquí”, frente a una indiferencia general de los responsables de la educación, me trae uno de los textos que su hija Petri estudió el curso pasado en un colegio público.
Leo el volumen de cabo a rabo. Lo leo y lo vuelvo a leer, y una vez leído y releído, consulto con algunas personas doctas algunos extremos en los que puedo tener duda. Se titula “Ingurunea”, que podemos traducir literalmente como contorno, derredor, y, más formalmente, como medio ambiente o entorno. En portada interior se precisa un poco más: “Inguruaren ezaguera” (conocimiento del medio o del entorno). Pertenece al ciclo tercero (“hirugarren zikloa”) de la Educación Primaria (“lehen hezkuntza”).
No se olvidan de Petilla
El libro de texto, 202 páginas, editado por Elkarlanean argitaletxea (editorial) de San Sebastián, e impreso en Gráficas Lizarra, de Estella, lleva fecha de 2002, se enriquece con muchos dibujos, fotos y mapas en color, y tiene como autores a Jaione Lasa, Manuel Arregi y Txiliku; el dibujante es Luis Astrain, y los mapas son obra de Joxemari Telleria, Luis Astrain y Elhuyar.
Está dividido en seis capítulos: 
1) “Planeta urdina” (el planeta azul): el universo, la tierra en el universo, cambios de la superficie terrestre, etc. 
2) “Ikertzaileak gara”(somos investigadores): materia, materia y energía, las máquinas… 
3) “Bizitza: beteten ez den soka”(la vida que no continúa sólo mirando): animales y plantas, reproducción de plantas, animales y seres humanos, ecosistemas… 
4) “Europan zehar” (a través de Europa): mapas y planos, continentes y océanos, relieve de Europa, montes y llanuras, clima… 
5) “Ecutan ordaindu, mesedez”(en euros, por favor): población, Estados de Europa, economía y sus sectores, unión europea… 
6) “Eta atzerrian, zer?” (¿y en el extranjero, qué?): razas, culturas europeas, pueblos europeos, prehistoria, los primeros pobladores de Euskalerría, los monumentos prehistóricos, Euskalerría en tiempos de los romanos, la edad media, la batalla de Roncesvalles, el reino de Navarra, América antes y después de la colonización, Europa en el siglo XV, los euskaldunes en el mundo, Bilbao puerto mercantil, el carlismo y los fueros, la nueva sociedad, las primeras técnicas…

Los protohistóricos mapas de Euskalherria
Dejo por ahora el comentario sobre las tres primeras partes, donde, al igual que en las restantes, los dibujos, las fotos y los mapas es lo que más atrae la atención del lector. En la página 11 aparece, en pequeño tamaño, “Euskal Herria Europan” (Euskalerría en Europa), con un espacio en rojo que comprende, naturalmente, la actual Euskadi, Navarra y lo que los nacionalistas vascos llaman Iparralde (Norte), al estilo de los jacobinos franceses del XVIII.
Tras los mapas físicos, orográficos, fluviales y climáticos -donde sí aparecen algunos montes, cabos, golfos y ríos de la Península Ibérica-, aparece el mapa de los Estados de Europa, en el que “Espainia” es uno de ellos, con su capital “Madril”, sus habitantes, superficie, etc. Muy deficiente es el mapa de la Europa industrial, en lo que atañe a España, donde la “mancha” fabril no cubre, por ejemplo, los espacios de Vigo, Valladolid-Palencia, centro de Cantabria, Álava, Navarra, Zaragoza, o La Rioja…, y sí, en cambio, Asturias, como si el mapa estuviera dibujado hace sesenta años.
Si se cumpliera los deseos del independentismo
“Los pueblos de Europa” tienen también su mapa, el mapa de la “Europa de los pueblos” (“herrien Europa”), que, se añade con chunga, “pocas veces hemos visto”. Y, como era de esperar, el espacio geográfico de España se divide entre “Espainia”, Galicia (G), Euskalerria (EH) -que incluye, como siempre, Navarra y el País Vasco francés-, y Cataluña-Valencia-Baleares (HK), que quiere decir Pueblos Catalanes. ¿El criterio de “pueblo” es la cultura? Si, como dos páginas antes se reconoce, la cultura de un pueblo la componen la lengua, las costumbres, creencias, tradiciones, maneras de vivir y otras especificidades, ¿qué cultura existe en Euskadi, Navarra o la Comunidad Valenciana y Baleares?
Aquí pasan de Petilla
Más curiosamente aún, Francia aparece dividida entre Bretaña, Córcega, “Frantzia”, y casi la mitad inferior del País vecino marcada por la sigla “OK”, que significa Occitania, o región de la antigua lengua de “oc”. ¡A eso llaman “pueblo”! ¡Si los de Niza, Tolón, Marsella, Tolosa, Pau, Dax o Burdeos se enteran!
En el primer párrafo de esa página se dice con toda intención que muchos de los territorios europeos “piden ser dueños de su cultura y de su organización política”, lo que provoca conflictos (“gatazkak”) en más de una ocasión. Y se citan los casos de Irlanda del Norte, Chipre, Córcega, Euskalerría, Kosovo y Cataluña. “Los asuntos de las naciones dentro de los Estados, de los pueblos y culturas disminuidos (minorizados) existen también en esta Europa unida o en camino de unirse”. La actual Unión Europea no entusiasma precisamente a los autores del libro.

Los vascos, solos y únicos
Para mostrar a los primeros pobladores neandertales se dibuja de nuevo el mapa de la Euskalerria oficial y se apuntan algunos de los yacimientos protohistóricos descubiertos en ella, como los de Isturitz, Urbasa o Murba. No se mencionan, en cambio, yacimientos vecinos, famosos en la historia de la humanidad y del arte mundial, pero que están un poco más allá o un poco más acá de esa rígida frontera nacionalista: los cercanos de Atapuerca o Altamira, sin ir más lejos.
Cultura ibérica en Beire, corazón de Navarra
El mapa correspondiente a la época de los romanos señala el territorio de los autrigones, caristios, várdulos, vascones y aquitanos, que desbordan visiblemente el espacio de la oficial Euskalerria, pero no se citan otros pueblos colindantes, excepto los berones, y ya veremos por qué. Los autores no deben de estar informados sobre los descubrimientos ibéricos-celtibéricos de los últimos años en Viana, Echauri, Andelos o Aranguren, todos ellos en la Navarra media, y deben de pensar aún que aquí hubo sólo vascones.
Los mapas de los tiempos de los primeros bárbaros, de los visigodos o de los árabes mantienen siempre el mismo mapa oficial nacionalista, de modo que el alumno se acostumbra sin duda a pensar que ese mapa llega desde la protohistoria, y que, como dice el axioma sabiniano, ¡ahí siempre hubo un pueblo, unido y compacto, sin mezcla ni confusión, el pueblo vasco que habló siempre el euskara, en pelea continua con los demás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jesus M Astiz
Excelente testimonio, del que doy fe, a mi también me dieron clase con ese mapa delimitando “Euskadi”, pero uno ya estaba “vacunado”. Y a todo lo dicho añadiría que en el ámbito del turismo, el nacionalismo tiene un nivel de infiltración muy alto y han ido haciendo su labor en la base, oficinas de turismo y guías de cuevas, museos y otros lugares donde los términos empleados en las disertaciones incluyen todo tipo de expresiones nacionalistas. Y todo ello con UPN o PSN en los gobiernos. Así que en lo que ahora tenemos alguna responsabilidad deben reconocer los que han tenido funciones de gobierno. Así que reconocer los errores, propósito de la enmienda y a trabajar por recuperar nuestra esencia histórica en honor a la verdad.