sábado, 30 de marzo de 2019

El doctor Juaristi, por S. Martín Cruz

Clínica San Miguel y chalets, de Leoncio Urabayen 1920 ca, vistos
desde el arranque del Camino del Cementerio (hoy Avda Bayona)

La invitación, gentileza de Jose Castells Archanco
El doctor Juaristi,  que ha salido en este blog con motivo de la Clínica San Miguel y Los sucesos de Vera de Bidasoa, siempre me pareció una personalidad muy interesante (basta ver la invitación). Pero ese interés se transformó en rendida admiración cuando Salvador Martín Cruz (VICTORIANO JUARISTI SAGARZAZU Y SU TIEMPO) me dijo un día: "Don Victoriano es, quizás, el personaje más brillante de la Pamplona de la primera mitad del siglo XX".
Este próximo Martes 12 de noviembre, a las 19,30 horas, en los salones del Nuevo Casino Principal, la Peña Pregón en colaboración con el Ateneo Navarro, el Colegio de Médicos de Navarra y el Nuevo Casino Principal organiza un recuerdo a Victoriano Juaristi.
Recuerdo y homenaje al que se suma Desolvidar, recogiendo este artículo de Salvador, publicado recientemente en la revista Pregón, de la que Juaristi fue asiduo colaborador.

Victoriano JUARISTI SAGARZAZU 
D.Victoriano pintado por Berrueta hacia 1907
Posiblemente Victoriano Juaristi Sagarzazu (1880-1949) sea el personaje más brillante de la Pamplona de la primera mitad del siglo XX. Médico, conferenciante, escritor, esmaltador, escultor, pintor, músico, hasta escribió partiendo de las recetas de su mujer un libro de cocina que firmó como de Adriana de Juaristi. A lo que habría que añadir que fue cofundador de la primera clínica quirúrgica de Pamplona, la Clínica de San Miguel, cofundador y primer Presidente del Ateneo Navarro de 1932, Presidente del Colegio de Médicos de Navarra de 1931 a 1946 y Miembro de la Comisión de Monumentos y del Consejo Navarro de Cultura, posteriormente Vocal de la Institución Príncipe de Viana, Académico de las Reales Academias de Medicina y Bellas Artes y un larguísimo etcétera en el que pueden inscribirse su amistad, entre otros, con los pintores Salís, Berrueta y Montes Iturrioz, la familia Baroja o Gregorio Marañón. 

Sí, La amplitud de su currículo es tal como para sorprender (dio más de cien charlas y conferencias, escribió varias novelas y centenares de artículos en revistas y periódicos, realizó una importante colección de esmaltes e incluso escribió un libro para la colección LABOR, titulado: Esmaltes. Con especial mención de los españoles. Además, realizó varios monumentos tales como el de Ibañeta en recuerdo de Roldán, el de Viana en el de César Borgia, el de Teobaldo I de Champaña de la Taconera de Pamplona o el de Santa Teresa de Jesús del Convento de la Encarnación, de Ávila. Compuso hasta tres zarzuelas. Y todo ello sin descuidar su trabajo de médico y cirujano; como lo demuestra el haber operado a más de un millar de navarros, ser autor del primer manual de cirugía escrito en el país vasco, publicado en 1921, y hasta haber opositado a la Cátedra de Cirugía de Madrid). 
Salvador Martín Cruz, recogiendo un galardón
Y sin embargo esta ciudad, Pamplona, en la que se afincó allá por el año 1920 y en la que moriría en 1949, hace tiempos le olvidó, creyendo que, con dar su nombre a una de las calles de su callejero, en San Jorge, ha cumplido con su reconocimiento y su memoria. Y eso que fue el más importante animador cultural de la ciudad durante una veintena larga de años y, sobre todo, el médico-cirujano que la sacó de la Medicina tercermundista de sangradores y curanderos, terminando con historias tales como las del cólico miserere, el garrotillo, el tabardillo, el aire o la perlesía.
Supongo que...

  • el hecho de haber nacido en San Sebastián pesó demasiado en las consideraciones de algunos; 
  • el no ser nacionalista y ser el vascuence su primera lengua, en las de otros; 
  • y ser un hombre profundamente liberal en las de los que vendrían después. 

Tanto, por lo que se ve, como para que el público homenaje que debía haberse concertado entre todos no haya tenido lugar (pero, Salvador, ¿verdad que ahora sí? )
Salvador Martín Cruz

viernes, 29 de marzo de 2019

Monte más alto desde el Redín

Pincha para ver mejor
Nacido en Dormitalería, mi lugar diario de ocio fue el Redín hasta los 10 años (1950-60). 
Siendo las murallas de este baluarte un buen mirador, pronto me interesé por el nombre de los montes visibles desde allí.
Higa de Monreal e Izaga 
sobre todas se levantan
y se ven sus altas cumbres 
desde muy larga distancia.
Así dice un viejo poema (1867) que nos enseñaron nuestros padres, nacidos en Cemboráin, a la vera de ambas impresionantes peñas.
Así que, supongo que fueron, a una con San Cristóbal, los primeros montes que conocí por su nombre y que cierran el panorama por el sudeste.
El siguiente tuvo que ser el que yo llamaba "el monte del sombrero", que resultó ser el Cabezón de Echauri -al oeste-, nombre gráfico por el que lo conocemos en Pamplona.
Mi hermano mayor, Carlos, llamaba "la silla de Pilatos" a esa especie de M (eme mayúscula) que forman Peña Leziza y la cumbre de San Donato.
Churregui, Gaztelu, San Miguel de Aralar y, sobre el Santuario, el Archueta, la Trinidad de Irurzun (Erga)... son montes muy vistosos y con nombres muy sonoros que pronto aprendí y que cierran el arco por el noroeste.
Y mi hermano Ramón me dijo, no hace mucho, que el Lacarri -al nordeste- era el primer 'mil' más cercano a Pamplona.
Pues bien, de todos ellos el más alto era San Donato, cuya altitud era muy fácil de recordar ya que coincidía con el año del descubrimiento de América: 1492.
Esa fue mi creencia hasta una fría mañana de enero de 1984, cuando tenía ya 34 años.

Visita al Caballo Blanco (Sr. Roca)
Uno de los tres fue el responsable
El 2 de enero de 1984 (así se señala en la diapositiva y en mi libretica, a ellas dedicada) acudí al retrete ('lugar de retiro') del Caballo Blanco. En aquella época (luego ya vi que lo cambiaron) el servicio tenía un estrecho ventanuco, una especie de saetera, que daba al Este.
Mientras regaba las plantas del jardín del Sr. Roca, algo llamó mi atención. En el horizonte, un puntito blanco se clavó en mi retina. Era una mañana de invierno luminosa, con la atmósfera transparente, sin neblina. Quizás fue la estrechez del campo visual, obligada por aquel ventanuco, pero aquella mañana de enero me percaté de lo que en 34 años no había visto nunca. Nadie me lo dijo. Lo descubrí yo solo, con la ayuda de la saetera del Caballo Blanco.
Sabía que era un pico de Pirineos, pero aún no tenía el gusto de conocerlo.
Salí de aquel bendito retrete y saqué una diapositiva que titulé así:
Caja 29 Navidades Enero 84
Redín 1ª diap. hacia Pirineos
Fue la 1ª de un montón de diapositivas que me fueron acercando a mi destino.
Ya en casa, tracé en el Atlas de Navarra una linea (ver foto final) que me llevaba inexorablemente hacia un pico del Pirineo oscense: Peña Forca, que pronto se convertiría en un viejo amigo.
Peña Forca desde el monte Violeta
Progresivamente, fui haciendo diversas excursiones para poder fotografiarla desde los diversos hitos de esa línea.
Ayer encontré en una cajita la selección de ese montón de diapositivas. Quiero ahora digitalizarlas para poder ofrecéroslas aquí mismo.
Pero, de momento, hoy tenemos que conformarnos con Google Earth y, aunque no tiene la misma calidad que las diapositivas, sí que puede darnos una idea del trabajo gozoso que hice hace  35 años.
Y en este acercamiento a Peña Forca, ninguna compañía mejor que Edvard Grieg: En la gruta del rey de la montaña, fragmento de Peer Gynt
Os aconsejo verlo en pantalla completa.

Éste es el mapa con las lineas que tracé -con Peña Forca como destino-. Fue una excusa perfecta para hacer excursiones por lugares de Navarra que me maravillaron:
Actualización
1. Como me han bloqueado otra vez en Face, no puedo responder a la pregunta de Mariano Pascal. Lo hago aquí:
Mariano Pascal Hola Pachi Mendiburu Belzunegui, muy útil la información! no sabía qué pico era!!
Una curiosidad, alguna vez escuché que desde la iglesia de Olza el pico más alto que se ve, es el mismísimo Bisaurin ¿puede ser?
Pachi Mendiburu Belzunegui Yo creo que sí. Si paseas del Redín por la Ronda Barbazán y subes al baluarte del Labrit (el Biru; antes estaba siempre abierto), van desfilando por ese pasillo diferentes picos y, por supuesto, también el Bisaurín. También se ven desde Santa Lucía, donde la actual cárcel, y mejor que desde el Redín. Voy a comprobar lo que dices de Olza
2. Muy a tener en cuenta la webcam de la Catedral, situada en el torreón prismático de la Capilla Barbazana y que, apuntando hacia el este, nos puede dar imágenes sorprendentes de esa zona del Pirineo oscense.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Asirón espía a Enrique Maya

¿Alguien me lo puede explicar?: DN 26.03.19 Tras quitar las placas decorativas, 
se ha vuelto a colocar el pavimento de madera en la pasarela.  JESÚS CASO 
Anunciábamos hace dos semanas el calendario de Abaurrea:
Hoy miércoles, 13 de marzo de 2019, comenzarán a retirarse las placas metálicas, un trabajo que afectará al tráfico y que, según el calendario elaborado desde el área que dirige Joxe Abaurrea, concluirá el viernes 22 de marzo, de manera que el lunes 25 podrá comenzar el desmontaje de la pasarela. 
Pues bien, el martes 26.03.19 se podía leer en DN: "Tras quitar las placas decorativas, se ha vuelto a colocar el pavimento de madera en la pasarela". 
Si fuera 28 de diciembre, lo entendería: nos están tomando el pelo.
Actualización 28.03.19 Explicación y cambio de calendario, al final

Las fotos de Rompetechos
Abaurrea, comparando con el puente de Génova
El día 8 de marzo (pincha para verlo completo) publicaba Enrique Maya en su muro de Facebook:
"La voluntad del pleno está clara: NO al desmontaje de la pasarela del Labrit. A ver qué hace ahora Asirón."
Y un tal 'Joseba Iruña' le torpedeaba con imágenes del deterioro que sufría la pasarela.
Armado de paciencia, don Enrique le explica:
Enrique Maya Miranda "Que las chapas inferiores (no estructurales) hay que sustituirlas nadie lo discute. Lo que no se puede es desmontar la pasarela entera por eso. De hecho, los operarios, los arquitectos, todos están trabajando encima de la pasarela sin adoptar las medidas de seguridad que serían necesarias si todo estuviera tan mal como dicen. Los vehículos siguen pasando por debajo. El que ha hecho las fotos ¿desde dónde las ha hecho? Estaría bien que contestases a eso, Joseba..."
Y el tal Joseba responde, acompañando de más imágenes impactantes:
Joseba Iruña 9 años después de su inauguración, alguien puede creer que es algo normal? Que es una estructura fiable? Y no se ha deteriorado de un día para otro.
Don Enrique, que ya  comienza a sospechar:
Enrique Maya Miranda Todo lo que sacas son fotos del forro no estructural. Quien serás, Joseba Iruña, que tienes fotos que otros no podemos tener porque no podemos pasar a sacarlas..
Y Jorge Tudanca lo confirma:
Jorge Tudanca Martinez Esas fotos las ha colgado Rompetechos en su muro de Facebook

Cuando todo un alcalde se dedica a espiar y torpedear lo que un concejal de la oposición publica en Facebook, es que -además de ser un chismoso- está muy preocupado.
Y motivos tiene:

Iremos a lo tribunales si siguen adelante con la idea de desmontar la pasarela del Labrit. De momento, como todavía no existe un expediente que avale ese desmontaje, hemos presentado un requerimiento ante el propio ayuntamiento y una petición ante Príncipe de Viana. Si no, iremos al Juzgado

Entrevista a Maya
Creo que es interesante escuchar la entrevista que han hecho a Maya en la COPE sobre la pasarela del Labrit:


Importantísimas novedades en el DN de hoy Jueves, 28.03.19:

"Navarra Suma", por Chon Latienda

https://twitter.com/inaki_iriarte/status/1110429251193442304
La buena noticia es que Navarra Suma e Iñaki suma... y sigue.
La mala, que nadie puede confiar en el PSN:
Frente al bloque independentista, Navarra Suma agrupa a quienes deseamos una Navarra diferenciada dentro de España. En teoría, el PSN debería estar en el mismo barco, pero estando Sánchez de por medio y después de lo de Guecho, (¡no hay deguecho!) donde -estando en el ministerio de Defensa- unieron sus votos a independentistas y antisistema, la confianza que inspiran es nula.

Navarra Suma (Chon)
Las alianzas electorales han dejado de ser patrimonio del independentismo. 
Ha nacido Navarra Suma, agrupación electoral formada por los partidos UPN, PP y Ciudadanos, y teniendo en cuenta la airada reacción de los partidos del cuatriparido, la primera impresión es que ha sido un acierto. 
Cualquier votante de los partidos que -por separado- integran Navarra Suma, le pondrán alguna pega. Yo también, y no pocas. Pero todo acuerdo entre partidos conlleva que cada uno de ellos deje pelos en la gatera. 
Y si no, que se lo digan a Barkos, que mientras que en el País Vasco el PNV rivaliza con Bildu, en Navarra han pactado con ellos, y alguno más, una candidatura única al Senado. El PNV, un partido demócrata-cristiano, pactando con un partido de extrema izquierda, Bildu, y un partido antisistema como Podemos. Para el Congreso no han conseguido ponerse de acuerdo, a pesar de las súplicas de Barkos. Pero ya sabemos que los nacionalistas se las pintan para ponerle un lazo a todo lo que ellos hacen. 
El argumento del cuatriparido para denostar a Navarra Suma es que uno de los partidos que lo integran, Ciudadanos, mostró en 2015 su deseo de suprimir nuestro Régimen Foral. Con la firma del acuerdo con UPN, Ciudadanos ha adquirido el compromiso de respetar el Régimen Foral y el Convenio Económico. Y eso es lo que a fecha de hoy vale mientras no cambien de criterio. 
Por el contrario, de poco nos servirá a los navarros nuestro Régimen Foral si el nacionalismo vasco se acaba imponiendo en Navarra, activan la Transitoria 4ª y promueven la incorporación de Navarra a Euskadi. 
Y no sólo lo anterior es importante. Estos últimos cuatro años de gobierno nacionalista han supuesto un retroceso para Navarra. Han bajado nuestros ratios en Sanidad, en Educación, en transparencia, en convivencia… Han sido incapaces de llevar a cabo un Plan de Empleo anunciado por Barkos en 2016 como “inminente”. Se han burlado de las madres navarras poniéndoles la excusa de que una ley les impide que les devuelvan el IRPF que les cobraron de más, mientras otras leyes no han tenido ningún miramiento en derogarlas… Nos han subido los impuestos, subida que, a pesar de haber llenado las arcas forales, no ha servido para mejorar infraestructuras, mantener patrimonio, promocionar empleo... 
Pincha: esta es la realidad
Lo que sí ha hecho el gobierno de Barkos es tejer una red clientelar a costa del euskera en todos los ámbitos de la sociedad, y para eso no han reparado en gastos: programas de inmersión en euskera, campañas a favor de la matriculación, ayudas de transporte y comedor para los alumnos que tengan que desplazarse, ayudas y subvenciones públicas condicionadas al conocimiento del euskera, identificación de los establecimientos que utilicen esa lengua, aumentar los puestos de trabajo bilingües en la administración pública..., y no hablemos de la Ley Foral de Contratos Públicos que establece que las empresas que quieran ser subcontratadas por las Administraciones Públicas en trabajos que requieran atención al público deberán tener un plan de euskera. 
Y la economía navarra estancada, tanto que ni la presidenta Barkos consigue hacerse con un patrimonio. 
Todo lo que ha pasado en estos últimos cuatro años de gobierno nacionalista nos debería obligar a poner el acento en lo que importa, que no es si nos gustan más o menos cualquiera de los partidos y candidatos que integran Navarra Suma. Lo que debemos valorar cuando vayamos a depositar nuestro voto es que, si la izquierda y derecha nacionalista y los antisistema de Podemos han sabido hacer de la necesidad virtud, los que nos movemos dentro de un espacio ideológico común debemos unir fuerzas para no dejar que nuestras instituciones las vuelvan a okupar los asirones, las barkos y las lauras pérez de turno. 
Navarra tiene que aspirar a mucho más que a enroscarse la txapela en la Eurorregión Nueva Aquitania-Euskadi-Navarra. 
Chon Latienda Comentarista política

domingo, 24 de marzo de 2019

Antonio Archanco, el alcalde que quiso ser mozo

Solía decir el buen corredor Miguel Ángel Eguíluz (minuto 4'48'') que, cuando haces un buen encierro, te sientes más importante que el Alcalde de Pamplona (lo dijo antes de que alguno desprestigiara el cargo).
Cuando el amigo José Castells Archanco me ha mandado estas fotos de su abuelo, Antonio Archanco Zubiri, trajeado como corresponde a un Alcalde (Octubre de 1942 - Diciembre de 1944), incluso vara en mano, intentando reconducir a un toro rezagado, me he preguntado cómo se habría sentido don Antonio tras su temeraria acción. 
Y tengo clara cuál habría sido su respuesta: "Me he sentido... como un mozo más".
Aparecen en la foto (las tres son de Galle) no menos de seis guardias, uno de los cuales parece decirle al Alcalde: "pero, don Antonio, ¿qué hace usted? ¡Ande, retírese, que nos tiene a todos en vilo!
Me dice Jose: "Más que hazaña me parece un locura lo que hizo y algún capón le habría arreado mi abuela al llegar a casa. A mí me lo contó hace años Manolo Aldave, pamplonés de 1915, castizo de la calleja de la merced, pero no le creí."
Don Antonio Archanco parece hacer caso a la autoridad y se retira a un segundo plano, dejando el protagonismo a otros mozos. Varios guardias ya se han retirado, buscando la protección de algún portal.
Estamos al final de Estafeta de un encierro de los Sanfermines de 1943. Detrás del toro se ha formado -para darle espacio al toro y facilitar que no se vuelva- una barrera de mozos a la altura de lo que desde 1956 es el Bar Fitero y entonces era el Bar Prados. 
El cornúpeta ha adelantado unos metros en la buena dirección y está a la altura de la calle Tejería, a nuestra derecha.
Echo en falta al gran Germiniano (¡vaya nombrecito!) Moncayola, con su boina, su vara y su blusa, que hizo de pastor desde el 29 al 45. Seguro que no andaría lejos.
Un mozo de ropa oscura cita de cerca al morlaco que, ahora sí, parece que avanza con un trote más decidido. El Alcalde, con toda tranquilidad, observa la jugada. Dos guardias (y medio) siguen en el recorrido. 
No vemos el desenlace, pero no debió de pasar nada ya que la hemeroteca de los Sanfermines de 1943 ni siquiera reseña la presencia de Antonio Archanco en el recorrido del Encierro. 
Lo que me resulta extrañísimo, ya que no creo que haya habido otro alcalde que haya corrido, trajeado como corresponde al cargo, delante del toro. Y sin trajear, yo creo que tampoco.

A. Archanco en los SF de 1944
Y al año siguiente -1944- lo vemos en los momentos previos al chupinazo en el balcón del Ayuntamiento. Es el que tiene la cara más adelantada y sonriente:

Y de este mismo año de 1944 ya saqué en su día este NO-DO  en el que con toda claridad se puede ver al Alcalde Sr. Antonio Archanco desfilando parsimoniosamente. 

Álbum de Antonio Archanco
Su nieto, José Castells Archanco, lo reconoció inmediatamente en las imágenes y me proporcionó este magnífico álbum Antonio Archanco, Alcalde de Pamplona, al que añado ahora estas tres fotos del alcalde-corredor

sábado, 23 de marzo de 2019

Origen de algunos elementos del Caballo Blanco

1. bóveda y elegante ventana; 2. escudo Pamplona 4. Cruz Mentidero
Por su aspecto de mesón medieval, el Caballo Blanco del Redín pamplonés puede dar el pego a algún despistado. Es, fundamentalmente, una construcción nueva, hecha entre 1959-61, pero que recicla elementos antiguos, y muy antiguos, de diversas procedencias

1. Casa del Orfeón,
También llamada Casa de Escudero, Palacio de Aguerre, Casa principal del mayorazgo de Eguía, Ansoleaga 33, futuro Maisonnave... Finales del XV.
De este primer origen tenemos
- la bóveda donde está la barra del bar, orientada de oeste (se ve desde la calle del Redín) a este
- la elegante ventana sobre la puerta de entradas
De ambos ya hemos hablado suficientemente en la entrada "De la Casa del Orfeón, al Caballo Blanco"

2. El escudo de armas de Pamplona
El Escudo Pamplona en el Matadero (puerta junto al puente) y no en Casa de los pastores
Situado también en la fachada principal, al este de la puerta de entrada y a la altura de la elegante ventana, hemos señalado que su origen está en el antiguo Matadero Municipal (ver imagen superior), ubicado junto al puente de la Rochapea, en la Plazuela de Arriasco.
Sin embargo, dice Arazuri en "Plazuela de Arriasco": "Casa de los pastores. El caserón que actualmente ocupa el lado noroeste de esta plazuela, y que en su modesta pero amplia fachada exhibe orgullosa el escudo de Pamplona...".
Y como se ve en la imagen de arriba, son ubicaciones cercanas pero distintas. Así que habrá que seguir investigando. A ver si consigo una foto del escudo en su ubicación original.
Actualización 15.04.1931 Encontrado:
Sobre la puerta del matadero, señalado con flecha  AMP (2 fotos)
3. Aportación de Julio Urdín

Dice Julio: "En conversación que mantuve con uno de los hermanos Lasa (constructores de Huarte) me comentaron que parte del material (vigas de madera) de derribo de la casa Patio el Fuerte fue a parar a la obra del edificio del Caballo Blanco.

Era una casa muy bonita y me interesaría saber si existe alguna pista sobre las figuras (ver foto superior, con un ave: ¿pavo?) con las que contaba".
Para mí, esto que cuenta Julio es absolutamente nuevo. Así que yo publico los datos y fotos que amablemente me da Julio y a ver si alguien puede aportar algo más.

4. La Cruz del Mentidero (J.J. Martinena)
Sin duda el elemento más antiguo, al menos en su versión original. Estuvo situada originalmente en la Calle Mercaderes (en el lugar conocido como el Mentidero) hasta que en 1842 se llevó al cementerio y después, a finales del 60 (07/12/1960 "Ha sido colocada la Cruz Mentidero"), fue colocada aquí.
Nos lo cuenta Martinena:
"El punto donde iniciamos nuestro recorrido como lo hace el Cortejo Real, es decir saliendo de la calle Navarrería y marchando en dirección a la Plaza Consistorial, fue siempre, como lo es hoy todavía, una encrucijada de calles, donde confluyen nada menos que cinco: Mañueta, Navarrería, Curia, Calderería y Mercaderes. 
Entre esta confluencia y la embocadura de la calle Estafeta existía una especie de plazoleta, que en la época medieval se conocía como el Cairefort o Calleforte de la Navarrería, y más tarde, ya en el siglo XVI, como el Mentidero, porque parece ser que constituía el punto de encuentro y de conversación de las gentes del barrio.
Por eso mismo, por ser un lugar tan frecuentado, se instaló allí la picota o piloric –lo que en Castilla llamaban 'rollo': una columna o pilar de piedra en la que se ejecutaban algunos castigos afrentosos, como era el de la exposición de los ladrones y malhechores a la vergüenza pública. 
Según un documento conservado en el archivo de la Catedral, parece que ya en 1275, antes de la destrucción de la Navarrería por las huestes de Eustaquio de Beaumarché, ya existía en este lugar el citado pelleric. No sabemos desde cuando, posiblemente a raíz de la reconstrucción de 1524, la antigua picota adquirió la forma de crucero, al añadirle en su remate una cruz.
En una carta de donación de Carlos III el Noble a su servidor Jaquemín Lois, del año 1390, se cita ya “la cruz de la Navarrería, cerca nuestro Chapitel”. Otro documento de 1460 se refiere a una casa de esta calle entonces rúa mayor, cuya delantera daba “al cairefort de la Navarrería, donde está la cruz”. Y aún hay otro de 1466 que habla de “una botiga que sale a la plaza delante de la cruz”.
El año 1500 aquella antigua cruz, que por su antigüedad debía de encontrarse muy deteriorada, fue sustituida por otra, actualmente emplazada en el Redín, junto al mesón del Caballo Blanco, en cuyo fuste lleva una cartela con la siguiente inscripción: 
A HONOR Y REVERENCIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y DE LA VIRGEN MARÍA FICIERON FAZER ESTA CRUZ GARCÍA DE LANZAROT, MERCADER VECINO DE PAMPLONA Y JOAQUINA MARTÍN DAOIZ, SU MUGER, LA QUOAL FUE PUESTA A CINCO DE NOVIEMBRE DE MIL QUINIENTOS.
Según contaba el que fuera Archivero Municipal Vicente Galbete, en abril de 1842, por motivos más jacobinos que jacobeos, el Ayuntamiento acordó trasladar la cruz al cementerio, donde permaneció más de un siglo casi olvidada, y donde en cierta ocasión y para colmo de males le cayó encima un árbol que mutiló su remate, del que desgraciadamente se perdieron varios fragmentos.
En 1961, mediante un nuevo acuerdo municipal, fue restituida a su antiguo barrio y colocada, como ya hemos dicho, junto al mesón del Caballo Blanco, donde todavía puede verse, aunque sin la cruz de su remate. Fue entonces cuando, según testimonio de Elías Martínez de Lecea, para recordar su primitiva función como picota, se añadieron unas viejas cadenas a la antigua abrazadera de hierro con argollas que todavía conservaba y conserva hoy en la parte superior del fuste de piedra, un poco más abajo del capitel.

jueves, 21 de marzo de 2019

El Ayto. de Bildu, de espaldas al Arga

Desde 2017, no se ha podido remar en el tramo del Arga que usa el Club de Remo
La no reparación de la presa de Santa Engracia significaría, de facto, el final del Club Náutico de Remo de nuestra ciudad.
Un documento, encargado por Bildu, apuesta por la eliminación de todas las presas (¿y los presos, qué?) e, incluso, por el traslado a medio plazo del Club Natación.
Si eres socio del Natación, Amaya, del Club de Remo... y votaste a estos impresentables, estás a tiempo: "Rectificar es de sabios".

UPN: "Asiron trata de regatear otra vez su compromiso de reparar el azud de Santa Engracia"
UPN ha exigido "a Asiron y a sus concejales de Bildu y de Geroa Bai que cumplan de una vez sus promesas y los acuerdos municipales"

El grupo municipal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona ha criticado este miércoles que el alcalde, Joseba Asiron, "trata de regatear otra vez su compromiso de reparar el azud de Santa Engracia que lleva más de un año semiderruido sin que el Ayuntamiento haya hecho absolutamente nada".
Los regionalistas se han referido así a la licitación de un 'Modelo de planificación fluvial' que se debate en la Gerencia de Urbanismo y que, "según el pliego del contrato, ha de tomar como referencia un documento encargado por Bildu y que apuesta por la eliminación de todas las presas e incluso por el traslado a medio plazo del Club Natación".
La licitación de este nuevo contrato llega, según ha informado UPN en un comunicado, "después de meses de promesas sobre la reparación del azud de Santa Engracia, vital para el disfrute deportivo del río al mantener un nivel mínimo de profundidad en ese tramo incluso durante los episodios de estiaje".
Deprimente tablón de anuncios del Club de Remo
"La no reparación de esa presa, que data del siglo XIII, significaría de facto el final del Club Náutico de nuestra ciudad, una institución que no sólo ha fomentado la práctica deportiva y ha logrado grandes éxitos a nivel nacional durante décadas, sino que ha jugado un activo papel social en el barrio, especialmente con los jóvenes", ha subrayado.
La 'Propuesta de Trabajo para el ámbito fluvial en Iruña-Pamplona (río Arga)', encargada por Bildu a Fluviales River Innovation S.L en 2018, apuesta, según han explicado los regionalistas, "no solo por la no reparación de este azud, sino por la eliminación de todos los elementos que califican de ajenos al río como presas, molinos o pasarelas aunque, como en este caso, lleven siglos en dicho lugar".
José Mari Gil Jurío lleva 40 años en el club, 24 entrenando,
“En estos años he enseñado a cientos de niños”.
Según han añadido, el informe rechaza incluso ejecutar medidas contra las inundaciones y recomienda a los afectados la contratación de seguros. "Ahora el pliego de condiciones del nuevo contrato también solicita que se aporten 'posibles actuaciones en los elementos construidos que afecten al espacio fluvial del río: puentes, presas...'", han expuesto.
Para UPN, "el nuevo proyecto significa dar portazo a las promesas de reparación del azud y la consolidación de un proyecto para los ríos de Pamplona radicalmente contrario al mantenido hasta ahora y que, a lo largo de distintas legislaturas y con corporaciones de distinto color político, ha logrado integrar el Arga, el Sadar y el Elorz, en el día a día de nuestra ciudad".
"Con esta estrategia Pamplona no habría construido jamás el paseo fluvial o ninguna de las pasarelas, ni hubiera rehabilitado espacios como el Molino de Caparroso, por lo que la ciudad seguiría viviendo de espaldas a su río, en cuya recuperación ambiental también se ha trabajado intensamente", ha manifestado.
Pincha para ver las sugerencias del Club de Remo
A su juicio, "en esta legislatura no se ha invertido ni un sólo euro en el río Arga que no fuera planificado o incluso licitado por UPN", por lo que ha acusado a Bildu de "postureo y ecologismo de cartón piedra". En este sentido, ha exigido "a Asiron y a sus concejales de Bildu y de Geroa Bai que cumplan de una vez sus promesas y los acuerdos municipales, reconstruyan el azud y dejen de tratar de engañar a los ciudadanos".
Por eso, ha reclamado que "se paralice esta licitación, porque se basa en un documento-propuesta que no genera el más mínimo consenso a nivel municipal ni ciudadano y sobre el que no han permitido debate alguno". "No puede aprobarse por la puerta de atrás, por la mínima y en el tiempo de descuento un documento que puede comprometer las políticas respecto al río de las próximas legislaturas sin antes, además, tratar de buscar una visión común de ciudad sobre el tema", ha concluido UPN.

miércoles, 20 de marzo de 2019

De la Casa del Orfeón, al Caballo Blanco

Derribo ‘Casa del Orfeón’ Galle 1958. La ventana gótica, sobre la puerta de acceso
Aquel año de 1958, cuando se derribaba la llamada "Casa del Orfeón", en Ansoleaga 33 (trasera del Maisonnave), hubo dos niños, de parecida edad (9-10 años), que -cada uno por su cuenta- exploraron el solar en busca de cámaras y pasadizos secretos. Uno se llamaba Isidro y el otro Juan José. Aunque entonces no se conocían, seguro que ahora, tras leer estas líneas, harán por conocerse e intercambiar emocionantes recuerdos.
Escuchemos lo que nos ha contado Isidro:
La bóveda, ayer 19.03.19, en el Caballo Blanco
Recuerdo haber jugado bajo dos bóvedas subterráneas que aparecieron en un solar, donde construyeron el actual Hotel Maisonnave. Con una de aquellas bóvedas hicieron el Caballo Blanco...
Yo nací en 1949, y calculo que sería a final de los 50. También recuerdo que en el centro de dicho solar había un pozo...
El hotel no estaba en las fechas que estoy hablando (se hizo entre el 63-65). No había más que un solar donde habían derruido la construcción anterior, entre las calles Ansoleaga y la calle Nueva. En ese solar, y bajo tierra estaban las dos bóvedas que comento.
1932 Chacolí de Culancho (Arazuri)
Corriendo fui a la hemeroteca y lo primero que encontré, me entusiasmó: 
...de Culancho. En los años cincuenta era conocida como Casa Escudero, por el apellido de sus últimos propietarios, y también como la Casa del Orfeón. Cuando se derribó, quedaron a descubierto unos lóbregos sótanos medievales, con galerías abovedadas de piedra y unas angostas escaleras. Aquellas galerías, junto con los elementos ornamentales que parecieron más dignos de conservación -en realidad, todo el edificio lo era- fueron reaprovechados en la construcción del Mesón del Caballo Blanco, en el Redín"  
Pero lo que encontré en 2º lugar me llevó al éxtasis: el otro niño, Juan José, 28 años después, estaba escribiendo un artículo en Diario de Navarra -18 de Enero de 1986-, contando todo lo que había descubierto desde aquella primera exploración:
Recuerdo bien que cuando mi padre leyó en el periódico la noticia de los hallazgos, me empeñé en que me llevase a verlos. Conseguí colarme en el recinto de la obra por la parte de la Calle Nueva y allí se podían ver dos puertas que se abrían en el muro: una más grande, de arco apuntado, que daba acceso a una galería con bóveda de piedra, y otra más pequeña y angosta, por la que me metí a curiosear, y llegué a entrar en una oscura sala, donde no había más que escombros y zaborra, en lugar de las cámaras y pasadizos secretos que yo esperaba encontrar. 
Ansoleaga 33. En fin, sin comentarios
Nota: aunque el artículo de Juan José lleva la fecha del 18.01.86, he encontrado algún otro de 11 años antes (25.01.75) con este título: 'Nuestro Casco Viejo, en peligro' y estas frases: "Era casi como el acto de desagravio, tras el lamentable derribo del palacio de Aguerre -la casa del Orfeón- en las antiguas Tecenderías. Parece que el Ayto, al fin, ha reaccionado de su habitual letargo en este aspecto..."

Pero eso no es más que el aperitivo del artículo completo, en el que Juan José denuncia lo que fue un derribo totalmente injusto:

En junio de 1958 se derribó en la calle Ansoleaga la llamada Casa del Orfeón, con elementos de finales del XV 
Algunos de los materiales más notables se reutilizaron para edificar el Mesón del Caballo Blanco en El Redín 

Un derribo del que surgió el Mesón del Caballo Blanco             por Juan José Martinena
En el mes de junio del año 1958 se cometió en Pamplona uno de los atentados más lamentables que se recuerdan, contra el patrimonio histórico de su casco antiguo. Me refiero al derribo de la noble casa principal del mayorazgo de Eguía, en la calle Ansoleaga, la rúa de Tecenderías del burgo medieval de San Cernin. Su fachada trasera daba a la Calle Nueva y era más conocida como Casa Escudero y también como la ‘Casa del Orfeón’. Nadie hizo nada para evitarlo; tampoco la Institución “Príncipe de Viana”, tal vez habituada a intervenir en monumentos de mayor importancia. Así que se valló el solar, la piqueta empezó a hacer su trabajo y en poco tiempo la histórica construcción había desaparecido para siempre.Y con ello, la memoria colectiva de esta ciudad perdió uno de sus edificios más dignos de conservación. 

Una casa de finales del siglo XV 
Comparar con la Casa del Orfeón
Los antecedentes de la casa palaciana se remontaban nada menos que a los últimos años del siglo XV, cuando reinaban en Navarra don Juan de Labrit y doña Catalina de Foix. Fue allá por el año 1492 –el mismo en que Colón descubrió y ganó para Castilla el Nuevo Mundo- cuando nuestros últimos reyes privativos donaron a su fiel y bien amado secretario Antón de Aguerre ciertas casas derruídas, sitas en la rúa de las Tecenderías, detrás de la iglesia de San Cernin, que afrontaban con la casa del prior de Arróniz. Nada más recibir la merced, Aguerre hizo edificar en aquel sitio la que había de ser su nueva casa. Sobre un recio basamento de piedra en el que se abrían dos puertas de arco apuntado, se alzaba una sobria fachada de ladrillo, con amplios balconajes en su planta principal y una galería o solana de arquillos ojivales, similar a la de la recuperada casa del Condestable, bajo el vuelo señorial del amplio alero. 
Andando el tiempo, la casa quedaría vinculada al ilustre mayorazgo de los Eguía, uno de los linajes de abolengo que tenían su vecindad en el antiguo burgo de San Cernin, el más poblado, próspero y principal de la ciudad. 

Sede de la Diputación del Reino 
Un hecho que nos puede dar una idea de la consideración y prestigio de que gozaba la casa es que, en los salones de su planta principal, tuvo su sede y celebró sus sesiones la antigua Diputación del Reino desde diciembre de 1818 hasta marzo de 1824. También se reunió aquí la efímera Diputación Provincial que establecieron en su lugar las nuevas autoridades liberales durante el Trienio Constitucional, tras la sublevación de Riego en 1820. Fue para mí una sorpresa encontrar esta noticia en los libros de actas y cuentas del Vínculo de esos años, mientras redactaba el libro El Palacio de Navarra en 1984. Tras la restitución de Fernando VII a la plenitud de su soberanía, en la sesión del 6 de febrero de 1824, la Diputación del Reino, que había sido repuesta en sus funciones por el monarca, acordó iniciar gestiones para trasladarse a otra casa más amplia, la del barón de Armendáriz en la calle de San Francisco. En aquella gran mansión barroca, que estuvo situada en el solar del hoy clausurado convento de las Salesas, había de permanecer la corporación hasta 1846; aunque diez años antes, a consecuencia de los cambios políticos ocurridos en España, ocupó de nuevo su lugar una Diputación Provincial que sustituyó definitivamente a la del Reino. 

El chacolí de ‘Culancho’ 
1932 Casa del Orfeón J.J.Arazuri
Posteriormente, la otrora noble casona de la calle Tecenderías, ya un poco venida a menos, albergó la imprenta y fábrica de naipes de Donato Cumia, así como la redacción y talleres de ‘La Lealtad Navarra’, periódico carlista que se publicó entre los años 1888 y 1897, fecha esta última en la que reapareció bajo la nueva cabecera de ‘El Pensamiento Navarro’. Su lema era Dios-Patria-Rey y el precio del ejemplar, 5 céntimos. Y entrado ya el siglo XX tuvieron aquí su sede la Federación Obrera y el Orfeón Pamplonés. También se elaboraba en sus bodegas, según J. Joaquín Arazuri, el famoso chacolí llamado de ‘Culancho’. Hacia 1950 era conocida como Casa Escudero, denominación que hacía referencia al apellido de sus últimos propietarios. No obstante, para muchos pamploneses, entre los que se contaba el ilustre periodista Baldomero Barón Rada -’Romedobal’-, seguía siendo la Casa del Orfeón. 

Se derribó en 1958 
Lamentablemente, el histórico caserón –uno de los más antiguos e interesantes que existían en la ciudad- fue demolido en 1958 para levantar en su solar el actual Hotel Maisonnave (1963-65). En el curso de los trabajos de derribo salieron a la luz abundantes restos de origen medieval, con muros de piedra, galerías abovedadas de cañón apuntado y unas elegantes ventanas góticas.
Bueno, Juanjo no era tan precoz;
fue unos años después...
Recuerdo bien que cuando mi padre leyó en el periódico la noticia de los hallazgos, me empeñé en que me llevase a verlos. Conseguí colarme en el recinto de la obra por la parte de la Calle Nueva y allí se podían ver dos puertas que se abrían en el muro: una más grande, de arco apuntado, que daba acceso a una galería con bóveda de piedra, y otra más pequeña y angosta, por la que me metí a curiosear, y llegué a entrar en una oscura sala, donde no había más que escombros y zaborra, en lugar de las cámaras y pasadizos secretos que yo esperaba encontrar. 
Aquellas galerías, junto con los elementos ornamentales que se consideraron dignos de conservación –en realidad hay que decir que todo el edificio lo era- fueron reutilizados en las obras del actual Mesón del Caballo Blanco, que por esas fechas se iba a empezar a construir en el Redín; peculiar edificio de inspiración gótica, que en tiempos del alcalde Miguel Javier Urmeneta llenó de orgullo a los habitantes de la que entonces era todavía una provinciana capital de tercer orden, como decía el título de un poemario poco conocido de Ángel María Pascual. 
Mientras tanto, en el solar del edificio medieval, del que nunca debieron haber salido aquellas piedras góticas, se iban levantando las paredes anodinas del futuro hotel, sin relación alguna con el entorno que las enmarcaba. Claro está que por entonces estas cosas no le preocupaban a la gente, al menos en Pamplona. Aquí nadie soñaba todavía con las acertadas rehabilitaciones de nuestros días, a veces complicadas y siempre costosas, pero que sin duda agradecerán las generaciones futuras. 
Casa del Orfeón Galle 1958
Todavía hoy, cuando ha pasado ya más de medio siglo, produce verdadera pena ver las fotografías del derribo, que se conservan en la fototeca del Archivo Municipal. Alguna de ellas la incluí en mi libro La Pamplona de los burgos, publicado en 1974. Son unas elocuentes imágenes en blanco y negro, que muestran aquellos viejos muros de piedra, convertidos ya en una lastimosa ruina. A mí me llama la atención sobre todo una de ellas, que muestra una hermosa ventana lobulada, con su fino parteluz del siglo XV, que parece estar aguardando al trovador que viniera a rondar a la hija del señor de la mansión, y que en lugar de eso, en medio de las obras que la rodean amenazadoras, lo que en realidad contempla impasible es su triste e inminente final. 
En el libro que acabo de citar publiqué también un bonito dibujo en color de la fachada principal de la casa, la que daba a la calle Ansoleaga, que allá por los años 20 del siglo pasado, hizo el conocido y polifacético abogado J. Joaquín Montoro Sagasti, fallecido en 1976, para un curioso manuscrito de Ignacio Baleztena y Jesús Etayo, titulado 'Iruñako inda zarrak' –las viejas calles de Pamplona- que se guarda en el Archivo Municipal.