Mareki Homnma, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, exhibe la primera imagen de un agujero negro, durante una rueda de prensa celebrada en Tokio. EFE |
Gracias al trabajo en equipo, han conseguido que radiotelescopios de diversos puntos del Planeta funcionen como un único radiotelescopio. Se han ahorrado construir uno inmenso, ya que han logrado que los 8 telescopios funcionen como uno solo, pero del tamaño de la Tierra. Con esta técnica de la interferometría, este Desolvidar, abierto en Pamplona, podría leerse desde Nueva York. Impresionante.
Así es un agujero negro (DN) por LUIS ALFONSO GÁMEZ Bilbao
Así es un agujero negro (DN) por LUIS ALFONSO GÁMEZ Bilbao
“Es un día extraordinario para la astronomía”. “Es un día histórico”. Con frases de este estilo empezaron a las 15 horas de ayer las cinco ruedas de prensa simultáneas -en Bruselas, Washington, Santiago de Chile, Tokio y Taipei- en las que los científicos del Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT por sus siglas en inglés) presentaron al mundo la primera foto de un agujero negro. Un gigante de 6.500 millones de masas solares que está en el centro de la galaxia elíptica M87, a unos 55 millones de años luz de nosotros. El logro, en el que han participado investigadores españoles, se da a conocer en seis artículos en la revista Astrophysicial Journal Letters.
“Por definición, un agujero negro es invisible; de él no puede escapar ni la luz”, explicó ayer Xabier Barçons, director del Observatorio Europeo Austral (ESO). Así que lo que se ve en la foto es un anillo brillante de materia que rodea el agujero negro, que se está precipitando hacia él. “Pero lo que vemos, sobre todo -destaca el astrofísico español-, es el horizonte de sucesos, la superficie negra que una vez que la cruzas no hay nada que salga de ella”.
Predicción que se cumple
La existencia de un cuerpo así fue propuesta por el geólogo y clérigo inglés John Michell en un artículo en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society of London en noviembre de 1784. Bautizó como ‘estrella oscura’ algo que Einstein predijo en 1915 que tenía que existir y que los astrofísicos llaman agujero negro desde los años 60 del siglo pasado. Estos objetos se forman al final de la vida de algunas estrellas que, tras quemar todo su combustible, explotan como supernovas, colapsan y empiezan a succionar el material y la energía que las rodea como si fueran gigantescos sumideros. Y cuanto más come, más engorda.
A pesar de su nombre, un agujero negro no es un espacio vacío, sino todo lo contrario: se trata de una gran cantidad de materia comprimida en un espacio muy pequeño. Eso genera campos gravitatorios gigantescos, con una atracción en los más pequeños billones de veces superior a la que sentimos en la Tierra. Hay dos tipos de agujeros negros, los estelares -de hasta decenas de masas solares- y los supermasivos como Sagitario A*, que está en el centro de nuestra galaxia y tiene 4 millones de masas solares, y el de M87, con sus 6.500 millones de masas solares. El ‘monstruo’ fotografiado es una esfera de unos 9.000 millones de kilómetros de diámetro; es decir, “entraría en él el Sistema Solar hasta Neptuno”, ilustra Barçons, que añade que “se trata, además, de un agujero negro muy activo. Está tragando un montón de materia cada segundo”.
Neptuno está a 30,1 UA (Unidad Astronómica: Distancia Tierra-Sol) del Sol |
Aunque hay muchos agujeros negros estelares más cerca de nosotros que estos dos gigantes, el proyecto EHT se ha centrado en los supermasivos como Sagitario A* y el de M87 porque su inmenso tamaño hace que sean más fáciles de estudiar. Y así se ha conseguido la primera foto de uno de ellos. “Se trata de un hito histórico en la astronomía, logrado por un equipo de más de 200 investigadores”, dijo ayer Sheperd Doeleman, del Centro de Astrofísica HarvardSmithsonian (CfA y director del EHT. “Es un enorme logro para la Humanidad, una fotografía que imaginó un hombre solo hace un siglo, en 1915: Albert Einstein”, recordó el comisario europeo de Investigación, Ciencia e Innovación, Carlos Moedas. Para Barçons, “marca un antes y un después”.
La red de telescopios que forman el EHT (Telescopio Horizonte de Sucesos) |
Un telescopio en red
“Hace años pensábamos que tendríamos que construir un telescopio espacial muy grande para ver un agujero negro. Al conseguir que radiotelescopios de todo el mundo funcionen como un solo instrumento, el equipo de EHT lo ha logrado esto décadas antes”, se congratuló Paul Hertz, director de la División de Astrofísica de la NASA. El EHT es un gran observatorio virtual formado por ocho telescopios repartidos por todo el mundo: Chile (dos), EE UU (tres; dos de ellos en Hawái), México, la Antártida y España (con el Observatorio IRAM Pico Veleta, una colaboración franco-germano-española).
La red emplea para sus observaciones una técnica, la interferometría de muy larga base, que permite sincronizar esos telescopios y que funcionen como uno del tamaño del planeta con una resolución tal que permitiría leer desde París un periódico abierto en Nueva York. El próximo objetivo del EHT será Sagitario A*, “mucho más pequeño, pero mucho más cercano, a 26.000 años luz”, apunta el director general del ESO.
La imagen hecha pública ayer es fruto de observaciones realizadas con esos ocho telescopios en red en abril de 2017. “Confirma claramente los modelos de agujeros negros en rotación. Observamos exactamente lo que habíamos previsto”, aseguró Fredéric Gueth, director adjunto del Instituto de Radioastronomía Milimétrica de Europa, del que depende el radiotelescopio de Pico Veleta (Sierra Nevada). El astrofísico Luciano Rezolla, de la Universidad Goethe de Fráncfort, mostró su satisfacción porque se ha transformado “un concepto matemático, algo que se explica con fórmulas en una pizarra, en un objeto físico que se puede observar”.
Un viaje al corazón de M-87
Y ahora, abróchense los cinturones.... Y, por favor, a toda pantalla!!!
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