El día 20 salió en el DN una Carta firmada por unas educadoras que decían
saber euskera, y me extrañó que no
apareciera al día siguiente otra -de quien corresponde- rebatiéndola. Pero por
fin la ha traído el Diario del día 23, y os presento ambas para que podáis
valorar las razones de unas y de otras.
Pero yo voy a tomar partido. Y no puedo menos que hacer una crítica a las
primeras educadoras, ya que han sido incapaces de solidarizarse con sus
compañeras de las escuelas Donibane y Fuerte Príncipe. Ni siquiera han
tenido el detalle de mentarlas. Más aún, consideran "cambios que llegan,
más tarde de lo deseado", "equilibrar una situación que en
los últimos años se estaba tornando insostenible"... el atropello que han
sufrido sus compañeras. Da la impresión de que creen que esas compañeras que
han educado "sólo en castellano" han estado aprovechándose de una
situación injusta de privilegio.
Es increíble a qué grados de inhumanidad puede
llevar una malentendida defensa del euskera.
Antes de empezar con las cartas, os ruego que miréis con detalle la imagen
de portada. No se trata de una "visión" particular. sino de datos
reales que retratan la problemática de las Escuelas Infantiles, extraído de la
2ª de las Cartas. Así nos podemos hacer una idea de lo que se está
haciendo en Pamplona con estas Escuelas.
Otra visión sobre las escuelas infantiles
Se avecinan cambios en las escuelas infantiles gestionadas por
el Ayuntamiento de Pamplona. Con estos cambios que llegan, más
tarde de lo deseado para mucha gente, parece que se va a empezar
a equilibrar una situación que en los últimos años se estaba
tornando insostenible y sobre todo “anormal”. Nosotras, como
trabajadoras de las escuelas infantiles, somos parte implicada y
afectada en estos cambios. Pero en este caso, algo inusual para
nosotras, estaremos afectadas en positivo. “Todas” habíamos
asumido, sin querer, una situación que se ha alargado durante los
últimos 30 años y parece que nos habíamos acomodado. Pero tenemos
que ser conscientes de que no por habernos acomodado la situación
deja de ser injusta.
Algunas de nosotras llevamos más de 10 años trabajando de una
manera eventual y por eso entendemos las reacciones que están
teniendo, ahora, algunas compañeras nuestras. Llevamos años
teniéndonos que presentar a pruebas para estar en listas
sabiendo que las opciones de poder trabajar eran mínimas porque
sólo existían 2 escuelas en euskera. Nosotras siempre hemos
sido conscientes de que somos eventuales y que hoy podemos
tener trabajo y mañana no. Exigimos, como todas, tener nuestros
derechos laborales pero sin olvidarnos que eso no nos da derecho a
tener un puesto vitalicio. Para eso tendremos que opositar y
conseguir nuestros puestos de trabajo. Contamos, como la mayoría de
nuestras compañeras, con mucha experiencia y formación y,
además, sabemos euskera. Estamos capacitadas para trabajar de igual
manera en dos idiomas y, por suerte, en estas escuelas funciona la
tan controvertida lista única. Esto, entendemos, favorece tanto a
las castellanoparlantes monolingües como a las castellanoparlantes
bilingües. Con los cambios propuestos las educadoras que antes
íbamos indistintamente a hacer sustituciones a escuelas de
castellano o de euskera, ahora mayoritariamente iremos a las de
euskera y la lista de castellano correrá más ágil para las
compañeras que sólo lo pueden hacer en castellano. No nos gustaría
que esto se convirtiera en un objeto de lucha entre nosotras porque
creemos que debemos ser lo suficientemente profesionales para saber
que -lejos de intereses personales- trabajamos dando un servicio
público. Un servicio público que se tenía que reordenar y acomodar
sí o sí. Porque las familias y niños que querían recibir este
servicio en euskera lo llevan demandando muchos años. Estas
familias tenían que hacer largos trayectos y malabares para poder
educar a sus hijos en euskera. Con los cambios propuestos estas
familias van a tener esta opción un poquito más cerca. Nosotras,
por nuestra parte, seguiremos trabajando como lo hemos hecho hasta
ahora, con toda nuestra dedicación y amor a la infancia y a todas
las familias que han elegido y elegirán formar parte del proyecto
de las escuelas infantiles.
Elisa Baquero, Leire López, Uxue Alondo, Saioa Tapiz, Maite Huerto,
Saioa Alzueta, Eider Ostiz, Izaskun Roncal, Nerea Urdiain, Inma
Gurbindo, Naroa Zuñiga, Edurne Berastegi, Izar Aguilar, Ana Tirapu,
Maite Mina, Maria Ibero y Silvia López.
La realidad y los datos en torno a las Escuelas Infantiles

Por supuesto, parece que se avecinan cambios en las Escuelas Infantiles,
promovidos por el nuevo equipo del Ayuntamiento de Pamplona. Pero estos cambios
tendrían que ir en la dirección de lograr una mejora del servicio. En primer
lugar, nos encontramos con una demanda de plazas que no se cubre con la oferta
actual, ese es un hecho innegable. Pero hay que puntualizar que esa demanda no
satisfecha existe tanto en las escuelas de euskera como en las escuelas de
castellano, y de castellano con actividades en inglés. Los datos de
matriculación del año 2015 no dejan lugar a dudas, 95 niños en lista de espera
para entrar en las escuelas en euskera Izartegi y antigua Rotxapea; 240 niños
en las escuelas en castellano (Haurtzaro, Mendillorri, Donibane, Printzearen/Fuerte Príncipe y Mendebaldea), 172 niños en las escuelas en castellano con actividades
en inglés (las Hellos y Josemaría Huarte), si añadimos los niños que esperan
plaza en las escuelas en castellano dependientes del Gobierno de Navarra,
tenemos que incluir otros 154 niños. Hagan la suma: frente a los 95 niños que
esperan plaza en euskera hay 394 niños esperando su plaza en castellano y 172
niños esperando su plaza en castellano con actividades en inglés. Así que la
decisión adoptada por el Ayuntamiento de eliminar 214 plazas en castellano y 41
plazas de castellano en inglés y, en contrapartida, crear 255 plazas en
euskera nos parece una tomadura gorda de pelo, y más cuando es con el dinero de
todos los ciudadanos de Pamplona. Que no se extrañen de la indignación que han
despertado. Los problemas de falta de plazas no se abordan de esta manera: que
creen nuevas escuelas de castellano y euskera y lo hagan con seriedad,
basándose en la demanda y necesidad real de los ciudadanos lo demás es
imposición ideológica y partidista.

En segundo lugar, hay que puntualizar algunos datos publicados el sábado 20
de febrero por un grupo de educadoras de las Escuelas Infantiles del
Ayuntamiento de Pamplona en los que referían sus pocas posibilidades laborales.
Ciertamente en las Escuelas Infantiles hay un gran porcentaje de interinidad en
el personal. Esa eventualidad la sufrimos el conjunto de las trabajadoras no
funcionarias. En 34 años una sola OPE para las 8 escuelas dependientes del
Ayuntamiento de Pamplona ( 6 castellano y 2 euskera), 20 plazas ofertadas (13
en castellano y 7 en euskera, es decir, el 65% en castellano y el 35% en
euskera). Tras esta OPE en 2004 ha habido si mal no recuerdo dos exámenes en
2007 y el último en mayo de 2013. Si echamos un vistazo a la lista única y
vigente, y en concreto a las 50 primeras personas de la lista actual, y analizamos
los perfiles de los candidatos nos encontramos que los candidatos que ocupan
las posiciones 10,12, 19, 30, 31, 39, 42, y 53 cuentan con perfil de castellano
y euskera. Todos ellos han podido trabajar en las escuelas tanto de castellano
como de euskera, sus opciones laborales sólo venían condicionadas por su
puntuación. Una puntuación resultado de la suma de la puntuación del examen y
de los años de experiencia profesional con un máximo de 10 puntos. Lógicamente
la mejor posicionada en la lista tiene mayores oportunidades de lograr un
contrato mejor.
Dicho lo cual animamos al Ayuntamiento de Pamplona a que reconsidere su
posición mirando por el conjunto de la ciudadanía de Pamplona, por la totalidad
de las familias afectadas y por el colectivo de todas las trabajadoras.
Amaya Lipúzcoa López, Cristina Figuerido, Silvia Serra, Camino Rodríguez,
Beatriz Ruiz, Beatriz López, Graciela Unzu, Graciela Mijangos, Raquel
Rodríguez, Mari Mar Ventura, Tamara San Miguel, Alicia Larrayoz, Alicia Sola y
Mariví Vera.