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Chivite y Araiz ¿Ha visto alguien mayor ternura? ¿Para cuándo la boda? |
Mientras Asirón le quita la calle a Eusa por pertenecer en 1936 a la Junta Central Carlista de Guerra (una de sus primeras decisiones fue establecer el Hospital Alfonso Carlos en el Seminario), Chivite se abraza con ternura a Araiz, ideólogo de la ponencia Oldartzen (socialización del sufrimiento), de 1994, cuya primera víctima fue Gregorio Ordóñez, y que sigue sin condenar a ETA.
Con la diferencia de que Eusa fue ante todo un gran arquitecto y Araiz sigue siendo un gran proetarra.
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1934. Seminario en construcción andamios. (J. Cía) |
La retirada de crucifijos por la II República consiguió que Eusa proyectara el Seminario con una inmensa cruz en el eje central del edificio. ¿No queréis taza? Pues tomad taza y media. Por lo visto, se la han guardado y se ha quedado sin calle.
De vanguardias, calles y retaguardias
Por Natalia Villar Ahora 21.05.2025
Al hablar de la retaguardia que se vivió en Navarra durante la Guerra Civil se trata de atribuir de forma redundante entre 3000 y 3700 asesinatos, depende de quién dé la cifra, al carlismo. La sempiterna Junta Central Carlista de Guerra de Navarra se reflota siempre que sea necesario para atribuirle, con razón o sin ella, esas muertes omitiendo la existencia de “la otra”, la Junta de Falange Española. La participación del carlismo en estos hechos, como partido y bases, mucho más cuando se acusa directamente a personas concretas de asesinatos, hay que demostrarla. No hace bien a nadie lanzar acusaciones al vuelo en páginas que, como éstas, van destinadas a la hemeroteca o, como recuerdo de nuestra más negra historia, intentar cobrar ahora las deudas que se creen pendientes levantándose los dedos acusadores para juzgar y sentenciar a los que ya hace años que fallecieron y no pueden defenderse ni exculparse de tan graves imputaciones.
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Víctor Eusa |
En ese número de ejecuciones de la retaguardia, vanguardia, guerra en general, entre los que siempre se intenta deslizar taimadamente al carlismo o a la Junta, también se encuentran los fusilados de la Bandera de la Legión General Sanjurjo. Entre esos legionarios pasados por las armas en Zaragoza que, al parecer, planeaban una deserción masiva a las filas republicanas había algo más de doscientos navarros, de nacimiento o residencia, que engrosan la mencionada lista.
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14 06 31Joaquín Beunza, alto, bastón. Galle |
Entre julio de 1936 y 1937, en las cárceles vascas se fusiló a cientos de detenidos por su condición política, a los que siempre cabe añadir los desaparecidos no computados. A estos tampoco los fusiló el carlismo, más bien se les dio caza con el conocimiento del burgués y derechista Gobierno Provisional de Euskadi. Entre esos fusilados había muchos navarros de nacimiento y adopción. Uno de los primeros en ser asesinado fue Joaquín Beunza, político carlista y defensor acérrimo del Estatuto Vasco-Navarro. Tiene una calle. Víctor Pradera corrió una suerte parecida, no quiso dejar sola en San Sebastián a su hija embarazada y, por su condición de político tradicionalista, fue detenido y fusilado en septiembre de 1936. Dio nombre a un colegio.
El colofón llegó a comienzos de 1937, sintiéndose cercana la caída de Bilbao. Se murió matando. Cuando la noticia de los más de 200 fusilados en las cárceles de Bilbao, insisto, muchos de ellos navarros, llegó a Pamplona, el gobernador militar pidió a la Junta la confección de una lista incluyendo nombres de detenidos en el Fuerte de San Cristóbal y en la cárcel de Pamplona con el objetivo de fusilarlos. El militar se adelantaba a lo que creía inevitable: que la población se desbocase cobrando su particular tributo de sangre a pie de calle. Así quedó documentado. ¿Colaboradora? Sí. ¿Fascistas? Por favor, hable con propiedad. Acusar, como se ha hecho, directamente a Víctor Eusa de 3500 asesinatos, por muy efectista que pretenda ser, no tiene precedente.
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Zaragüeta entierro Jaurrieta y Baleztena 1936 familiares y miembros de la Junta |
Exactamente igual, el 4 de agosto de 1936, el gobernador militar y, el 20 del mismo mes, el general de la 6.ª División, general Emilio Mola, ordenaban a los distintos jefes de milicia: Falange, Requeté, J.A.P. y otras, la prohibición expresa de realizar detenciones sin autorización militar. Llegados a este punto es necesario recordar que el golpe de Estado lo daban militares, quienes declararon el estado de guerra fueron militares y que todo, absolutamente todo, quedó militarizado y bajo autoridad militar aquel 19 de julio de 1936.
El general Mola fue minucioso al organizar el entramado civil sobre el que se iban a alzar los militares sublevados. No dejó cabos sueltos. Conocía a los carlistas, había negociado con la Comunión Tradicionalista, sabía las exigencias que le podían imponer, los dolores de cabeza y distracciones que le podían causar, pero por encima de todo el general tenía claro que no iba a subordinar el alzamiento militar a ningún ideario político. La Junta Central Carlista de Guerra de Navarra fue creada en Pamplona el mismo día del golpe por iniciativa, como no, de un militar, el coronel Beorlegui, que llegó a un acuerdo con un grupo de civiles que por mucho se creyesen, o nos creamos, estaban plegados a la autoridad. A la autoridad militar.
Entre los miembros de la Junta, se encontraba Víctor Eusa. Arquitecto, persona de relevancia en el panorama social en aquella Pamplona de 1936, fue uno de los colaboradores iniciales que el general Mola tuvo en la ciudad. Para Eusa, no había antecedentes familiares que le asociasen al carlismo, era un “recién llegado” pero, ante todo, era persona de confianza para el general.
Ahora dicen que le quitan su nombre a una calle. Bien. ¿Cuál es el problema? El mayor orgullo para un autor es que su trabajo se reconozca y se admire. La obra de Eusa brilla, con calle o sin ella.
Natalia Villar es historiadora.
Doctoranda Historia del Arte por la UNED,
tesis Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada
1 comentario:
Por la misma regla de tres, y con mayor motivo causa efecto, podríamos deducir que Araiz, que sigue vivito, coleando y muy activo (socio preferente del PSN de Chivite, Cerdán, Alzorriz y Koldo) es responsable directo de los asesinatos de la banda terrorista ETA sucedidos desde la ponencia Oldartzen. Pero no, es más fácil meterse con los muertos, aunque sepamos que actuaron para librar a personas de la implacable e inmisericorde justicia militar (véase Juez Elío), que de los vivos que nunca han condenado la violencia terrorista a la señalaban los objetivos. Claro, que si son necesarios para llegar al poder, todo se perdona. Hay que pasar página por la concordia de la violencia reciente, pero buscar culpables de una guerra fraticida de hace 80 años. Ojo, sólo en un bando.
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