sábado, 17 de diciembre de 2016

Socialistas: no montéis el belén

Fabricio Potestad y Maite Esporrín: de la mano de Bildu, ¿no al fascismo?
Miramos -quizás, demasiado de lejos- lo que ocurre en el PSOE y en el PSN. Sumidos en una profunda crisis -en Navarra desde hace muuuuchos años-, se ven actitudes y comportamientos en los que uno no acaba de reconocer al Partido Socialista.
Cuando uno ve a dirigentes del PSN, luchadores de raza, llevando con Bildu la misma pancarta contra el fascismo...
Cuando la dirección del PSN se ve obligada a desautorizar a su concejal de Alsasua en temas que para un demócrata son sagrados...
Cuando algunos de sus militantes airados son capaces de calificar de “fachas” a los miembros de la Gestora elegida por el Comité Federal...
Cuando en muy poco tiempo se ven bandazos desconcertantes...
A ver si estas navidades se abre un tiempo de reflexión, de tranquilidad, y dejan de montar el belén.
Porque Navarra y España no se entienden sin un Partido Socialista fuerte y claro, sobre todo claro.

Nos gustáis así

Inma Jurío, Diciembre 2016

Y en absoluto así
Mari Carmen Ochoa, Septiembre 2014

Y nos gustaría que hicierais caso, especialmente en Navarra, de este artículo que hoy  escribe Julia Navarro en DN:

Un daño irreparable provocado desde dentro                           (por Julia Navarro)
Hay amplios sectores de la familia socialista que se han podemizado hasta el punto de hacer que su partido sea irreconocible.
Los dioses ciegan a los hombres a los que quieren perder. Y eso es lo que pienso cuando desde la lejanía observo cuanto viene sucediendo en el PSOE.
En realidad no reconozco al PSOE. O mejor dicho no reconozco a este PSOE al que el paso de Pedro Sánchez por la secretaria general ha dejado como un solar.
No reconozco a un PSOE en que algunos de sus militantes, airados, son capaces de calificar de “fachas” a los miembros de la Gestora elegida por el Comité Federal.
No reconozco a este PSOE indisciplinado que quiere parecerse a Podemos olvidándose de su propia historia.
Por eso me parece acertado que en estos días los dirigentes y militantes más templados estén dándole vueltas a que en el próximo congreso se debe decidir un modelo de partido que responda a la realidad del siglo XXI. Un modelo, al decir de algunos, que no sea ni presidencialista ni asambleario. Un modelo en que el secretario general tenga contrapesos bien definidos.
No es tarea fácil conseguirlo sobre todo, porque como digo, hay amplios sectores de la familia socialista que se han podemizado y que parecen encantados en eso de estar en asamblea permanente para decidir, (entiendan la “boutade”) hasta qué marca de bolígrafos deben utilizar.
En fin, para estos sectores eso de la democracia representativa es una antigualla, habida cuenta de que las nuevas tecnologías han cambiado casi todos los paradigmas de nuestra sociedad y cualquiera se puede permiten opinar cada minuto del día sobre todas las cosas.
Yo no sé si estos grupos airados que claman por que se celebre el congreso del partido ¡ya!, que insultan a la Gestora y le niegan legitimidad, son conscientes del daño irreparable que están haciendo a su partido. Más bien parece que están empeñados en su “voladura”, y lo peor es que no les importa, porque se consideran los únicos guardianes de la democracia interna, denostando el comportamiento del resto de la organización que acepta las reglas del juego que siempre han imperado en el PSOE.
Realmente me parece admirable la paciencia y mano izquierda de Javier Fernández que tiene que llevar las riendas de este PSOE en medio de tantas turbulencias.
Y hace bien la Gestora en negarse a convocar el congreso para pasado mañana, como piden esos grupos enfurecidos que destilan tanto odio en sus manifestaciones y que parecen niños pequeños, inmersos en una pataleta permanente.
La fecha prevista por la Gestora para la celebración del congreso es allá para junio, tiempo prudencial para ir trabajando en nuevas propuestas programáticas y de modelo de partido.
Ya sé que es mucho esperar que los “sanchistas” actúen con responsabilidad, pero deberían pararse a reflexionar un segundo, sólo uno, para darse cuenta de que están haciendo un daño irreparable al partido al que dicen querer defender. 
En realidad al PSOE habría que defenderle de ellos.


Julia Navarro es comentarista política 

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