sábado, 13 de septiembre de 2025

Ortega, Mayor 1. Historia de un comercio popular

Eugenia, 2ª por la dcha.
Investigando sobre el paraje de Yeguaceros, encima de Juan Pito, en Isaba, me topé con esta reseña de Diario de Navarra:
SF 1954 "Ortega, Mayor 1" Inge Morath
DN 24/08/1985
José Ortega (1910-97), pamplonés de 75 años, lleva 50 seguidos (desde 1925) veraneando en Isaba. Aficionado a la pintura ha trasladado al óleo todos los rincones isabarreses. ». O aquella ocasión en la que subió por primera y última vez hasta la piedra de San Martín para ver el Tributo de las Tres Vacas: «Entonces no había carretera y vinieron José M. Huarte de Jáuregui (1898-1969) e Ignacio Baleztena (1887-1972); había que subir a lomos de macho y algunos se quedaban a dormir en la borda de Yeguaceros».

Dos personajes consagrados en la Historia de Navarra y José, Pepe Ortega, el hijo de Boni que se quedó con el comercio de la calle Mayor. 
Ahora Ortega cierra, tras 125 años de atención esmerada al cliente y no quiero que el comercio en el que trabajó Eugenia Cayuela, compañera de curso en la UNAV, quede relegado al olvido.
Ortega nos dice adiós

Pedro Gómez DN 11/09/2025
A la calle Campana, ¿te suena?
Casa Ortega, Confecciones Ortega, Sucesores de Ortega o, simplemente, Ortega. Es una tienda que conserva el regusto de antaño. Sus dueños han recopilado retazos de historia. El edificio data de 1883. El pamplonés Marcos Aizpún había presentado un año antes el proyecto de demolición de los número 1 y 3 de la calle Mayor para hacer un único edificio. Hacia 1900, Bonifacio Ortega y Francisco del Valle compraron el bajo. Bonifacio era de Soria y había sido aprendiz de la casa Górriz, negocio textil que estaba en el bajo del palacio de Condestable. En una hoja de riqueza catastral de 1904 figura la razón social Ortega y Del Valle como “comercio al por menor de tejidos de hilo de lana y algodón”. “Las hojas de riqueza se actualizaban cada 5 años, por lo que es posible la actividad comenzara en 1899 o 1900”, apunta Sagrario Navarro, una de las socias.

En noviembre de 1904, Francisco del Valle abandona el negocio y se queda Bonifacio, que marca su propio estilo de ropa y tejidos . “A partir de entonces, entre la clientela de los pueblos, se le empieza a conocer como Casa Boni”, explica. Bonifacio Ortega falleció en 1935 en accidente de tráfico, así que sus tres hijos heredaron la tienda aunque dos de ellos se marcharon a Madrid y al frente del negocio se quedó José Ortega Ergueta, “que era aficionado a la pintura y un enamorado de Isaba”. Además estaba delicado de salud, así que en 1966 vendió la tienda a dos empleados. Falleció en 1997.

Esos dos empleados eran Daniel Cayuela Ortega, sobrino de José y que en 1936 ya estaba de maca, y José Manuel Navarro, que entró a trabajar en 1949. Así, en 1966 se formó la sociedad Sucesores de Ortega. Además, compraron la otra parte del local, en donde había una peluquería. Daniel Cayuela falleció en 1990. Su hija Eugenia trabajó varios años en la tienda. José Manuel Navarra se jubiló en 2001 y falleció en 2023. Su hija Esther, ya fallecida, también estuvo varios años en el negocio.

Durante décadas, Ortega ha sido una referencia en toda Navarra de ropa de trabajo, trajes regionales, batas del Pirineo, telas, sábanas, toallas... “Había de todo y si algo no tenían, lo conseguían. Esa era una de las claves del éxito. Además, preferían tener poco margen comercial y vender mucho. Así ganaban todos, proveedores y clientes. Había también una gran relación de confianza. ‘Ya me pagarás’, era una frase habitual con las familias que pasaban estrecheces”, señalan los socios al describir aquellos años de la segunda mitad del siglo XX.


Para completar, Casa Ortega 1

2 comentarios:

Tiburón del Arga dijo...

Mis amigos y yo quisimos bordar unos pañuelos para fiestas. Nos ofrecían varias calidades y precios. La tirada iba a ser de 50 pañuelos, y la lógica decía que antes de bordar habría que adelantar el importe. Pero no disponíamos del dinero para las 50 unidades. No pasa nada, nos dijeron. ¿Vendrán a retirar los 50 interesados? -Sí, claro, dijimos con absurda seguridad. -En ese caso, nosotros adelantamos el dinero. Y así fue. Creo que los 50 pañuelos fueron recogidos y pagados, pero lo que puedo asegurar es que se ganaron la fama de tienda de referencia para todos nosotros. El cierre de Droguería López, el de Ortega, el del Tropicana en Pza del Castillo, ...hacen que Pamplona sea distinta. Todo barrio y toda ciudad muta con los tiempos, y el comercio tradicional da paso a otra configuración urbana no sé si mejor o peor, pero tengo claro que de relaciones mucho menos personales, y en la que añoramos a grandísimos profesionales.

desolvidar dijo...

Gracias, Tiburón, por comentario tan pintiparado