domingo, 7 de septiembre de 2025

Cuando el Irati retrocedía en la cuesta de Beloso

1941 Hasta los topes - Tranvía Cuatro Caminos-Puerta de Toledo. Año 1941.
"El que no se consuela es porque no quiere, porque en 1925 el gobernador civil impuso una multa de cien pesetas a la Sociedad El Irati por admitir en los tranvías a Burlada doble y hasta triple de viajeros de los autorizados"
1914-15 Construcción Redentoristas. El Irati pasa por Mayor 61, Burlada. Berasáin
Lucía Baquedano DN 03/09/2025
1913 c. Santa Engracia, hasta los topes.
El que no se consuela es porque no quiere, ya que en ocasiones basta con compararnos con nuestros antecesores. Es el caso de los vecinos que han viajado en el tan criticado tren a Zaragoza, que no dejan de quejarse de las condiciones en que lo han hecho, sin asiento y apretujados en pasillos hasta llegar a su destino. Pero, como decía, el que no se consuela es porque no quiere, porque en 1925 el gobernador civil impuso una multa de cien pesetas a la Sociedad El Irati por admitir en los tranvías a Burlada doble y hasta triple de viajeros de los autorizados. Y como resulta que la señora Barkos todavía no había nacido, nadie se animó a decir, y con toda razón, a la entidad que no vendiera tantos billetes para que los pasajeros lo hicieran de forma más holgada, sobre todo los domingos, días en que Burlada ofrecía un no sé qué tan atractivo que montones de pamploneses se desplazaban al lugar.
En Las Eras de Burlada. Atención al kiosco de la música
Y, claro, como El Irati no tenía reparo en acoger en su tranvía hasta el triple de personal para que nadie se quedara sin pasarlo bien, ocurrió lo que tenía que ocurrir aunque no estuviera previsto, ya que en dos ocasiones uno de los tranvías retrocedió en la Cuesta de Beloso al no poder subirla, poniendo en peligro a todos los viajeros; lo que sin duda hará pensar a quienes se empeñan en que cualquier tiempo pasado fue mejor, ya que por bien que lo pasaran en Burlada los pamploneses de aquellos tiempos, no creo que les llenara de gozo la vuelta a casa en un tranvía incapaz de superar la citada cuesta.

Y, ¿no es esto infinitamente peor que viajar de pie o sentado en el suelo los kilómetros de Pamplona a Zaragoza? Supongo que tras leer el Diario del Recuerdo del pasado lunes, estos ya no lamentarán el que la compañía venda demasiados billetes. Al menos no los reculan al lugar de origen, como a los del Irati. Y es que el paso de los años ha mejorado cantidad el transporte de viajeros, ¿a que sí?

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