lunes, 13 de mayo de 2024

Bulos actualizados del chupinazo

1924 Chupinazo masivo en la Plaza del Castillo. Juanito Echepare (flecha), entre el público. AMP
Hay bulos del chupinazo fáciles de desmontar:
"Juan Etxepare tenía por mote "Txupín" (sic, con "tx" y tilde), de ahí viene txupinazo. Por cierto, fue represaliado en el 36. Después de la guerra cuando se empezó a tirar el txupinazo desde el ayuntamiento, se le cambió el nombre por el del cohete seguramente para tapar la memoria de Juan Etxepare". (Fernando Ibarra).
1926. Arriba, izda. 1. Ezcurra, 2. Echepare, 3. R. García (más conocido como Garcilaso, director -1912-62- de DN). Galle AMP
Para otros hay que investigar algo más:

EL PRIMER CHUPINAZO                                                                       Miguel Izu y Desolvidar
Dicen (decían) las crónicas oficiales, como la web del Ayuntamiento de Pamplona (ver actualización), que el chupinazo nació en 1941: 
“El comienzo de las fiestas de San Fermín tenía lugar, desde hace siglos, cuando las autoridades municipales, acompañadas de maceros, gigantes, músicos y público iban a la iglesia de San Lorenzo a las Vísperas en honor de San Fermín. En 1901 se empezó a tirar cohetes espontáneamente en la Plaza del Castillo. En 1940 el teniente de alcalde Joaquín Ilundáin y el periodista José Mª Pérez Salazar propusieron al alcalde que el Chupinazo se tirara oficialmente desde el balcón del Consistorio. Un año más tarde el alcalde prendía la mecha”. 

[Actualización 2024 Alcalde Asirón:
"Las noticias más antiguas sobre este evento son de 1931 y hablan de Juan Etxepare, estanquero de la calle Mayor, como la primera persona que pidió permiso al Ayuntamiento para tirar cohetes a pie de calle el 6 de julio a las 12:00 del mediodía."
Con la foto de portada de 1924, en la que Echepare figura entre el público, queda desmentido el bulo del Ayuntamiento de Asirón.]
1930 ca Foto familiar subida por Fermín Unzu Rey. Mejor, 1924
Aparte del lanzador, hay muchos detalles iguales. De 1924, me reafirmo
Esta versión contiene varios datos poco exactos.
Al entrar el siglo XX, cierto, se pensaba que la Marcha a Vísperas abría las fiestas. Se anunciaban a las doce con un repique de campanas que desde 1901 se acompaña con cohetes, no tan espontáneos sino de la pirotecnia contratada para los fuegos artificiales, y se pasó a considerar que las fiestas arrancaban a esa hora. 
1901 julio 7 El Eco de Navarra (30 años antes que Echepare)
El 7 de julio de 1901 El Eco de Navarra dice que “al mediodía quedaron inauguradas las fiestas” y que “al sonar la última campanada de las doce estalló en la Plaza del Castillo el primer chupinazo”. 
Según ABC de 6 de julio de 1911, “el principio de las fiestas de San Fermín ha sido anunciado con repique general de campanas y un chupinazo”. Desde 1912 a esa hora salían las bandas militares a recorrer las calles. 
El 7 de julio de 1914 Cándido Testaut escribe en La Vanguardia: “A mediodía comenzaron las fiestas, siendo mucha la animación y a millares los forasteros, recorriendo músicas las calles”. 
Según El Noticiero de Zaragoza de 22 de junio de 1927 “pocos días faltan para el primer chupinazo anunciador de las tradicionales y nunca bien ponderadas fiestas de San Fermín”. 
Echepare. Foto de Zaragüeta
En Fiesta (1926) Hemingway describe, desde la terraza del Iruña, el lanzamiento “del cohete que anunciaba la fiesta” y dice: “Al mediodía del domingo, 6 de julio (de 1924), la fiesta estalló. No hay otra manera de describirlo”.
El doctor Arazuri dice que en los años veinte ya se congregaba público y reproduce fotografías de 1924 y 1926 con los espectadores mirando a cámara, bien apiñados junto a los cohetes, entre ellos personajes conocidos como Echepare o Garcilaso. 
A partir de 1931 Juan Echepare Aramendía, estanquero de la calle Mayor, logra que le dejen prender la mecha del chupinazo y le da mayor ceremonia al acto. Aparece trajeado, encorbatado y con sombrero (como en 1924 y 26) en la foto de Galle publicada el 7 de julio en Diario de Navarra con el pie: “Momento de disparar el primer cohete de las Fiestas”. En otra parecida de 1934, publicada por el doctor Arazuri, Echepare casi queda oculto tras el humo. El 7 de julio de 1934 Diario de Navarra, además de lamentar que no hubo el repique general de campanas que sí se había producido los tres años anteriores (referencia inequívoca a la República), indicaba que los chupinazos se dispararon con retraso. “¡Pero hombre, un año esperando a las vísperas y a los encargados de anunciarlas les coge el carro o se les olvida!”, escribía el cronista.
Echepare dejó de disparar el chupinazo después de 1936; era un destacado dirigente de Izquierda Republicana y fue fusilado en los primeros compases de la guerra civil. 

1939 Plaza del Castillo, a cargo de Jokintxo Ilundáin y José Mª Pérez Salazar.

1943 Jokintxo
Vuelve a haber sanfermines en 1939 y los vencedores (ya escribió Fernán Gómez en Las bicicletas son para el verano que no había llegado la paz sino la victoria) se hacen con su papel. Joaquín Ilundáin, que sería teniente de alcalde unos meses después, dispara el chupinazo y aparece en la foto de Zubieta y Retegui con José Mª Pérez Salazar, como él colaborador del diario falangista Arriba España, y varios militares uniformados. Al año siguiente repite y ambos, Ilundáin y Pérez Salazar, proponen al alcalde dar más solemnidad al acto y disparar los cohetes desde la Casa Consistorial. En 1941 el chupinazo, el primero de la cuenta oficial, lo dispara también Joaquín Ilundáin, no el alcalde como dice la web municipal.
Así que tenemos hasta cuatro fechas distintas para el primer chupinazo: 
- está 1901 cuando lo empiezan a disparar los anónimos operarios de las empresas pirotécnicas. 
- hay quienes prefieren decir que el primero fue el de Echepare en 1931
- los que consideran que el primero es el de 1939 (la Peña Pregón sugirió hace unos años recordarlo con una placa en la plaza del Castillo) 
- y quienes optan por aceptar la versión oficial de 1941. Así que, ante tantas opiniones, sírvase usted mismo.

1 comentario:

J-A. Zubiaur II dijo...

Desde luego, la de "Chupín" me parece la versión más inverosímil e interesada.