jueves, 6 de octubre de 2022

Breve historia de los curriños (marionetas)


Breve historia de los curriños (marionetas)
Como otras muchas manifestaciones artísticas, el teatro de curriños y guiñol hizo su aparición en Navarra alrededor de las fiestas de San Fermín, pero las atracciones importantes no llegaron hasta bien entrado el siglo XIX. En 1888 llegó a Pamplona la compañía “Fantoches" de Alfredo Narbón, a la que tomó el relevo Ignacio Baleztena. En los 50, la plazuela San José fue el escenario de Maese Villarejo -Juan Antonio Díaz-, que continúa junto a Los Caídos. Sin olvidar a Martínez Erro -el de la Bajada Javier-, Retablo de figurillas -del portugués Juan Faro-, La Buena estrella -de Iosu Iragui- y el alemán Kurt Rahier, con sus marionetas extraterrestres.

Las palabras: curriños, títeres, guiñol, marionetas... y ahora fantoches
He encontrado este bonito artículo en la GEN que me ha permitido entender por qué el Vocabulario navarro de Iribarren recoge esta voz de "fantoche" como sinónimo de "curriños" y similares.
El Ferial Años 30 Zaragüeta
En su origen etimológico nos ayuda -¡cómo no!- Etimologías de Chile: el francés importó en el siglo XIX la palabra italiana 'fantoccio' ('marioneta') y le dio la forma 'fantoche' que el español integró tal cual. La palabra italiana procede de 'fante' (niño), presente en palabras como 'infancia', 'infante', todas basadas en el verbo latino 'for,fatum, fari' (hablar).

Comienzos del teatro de curriños
Como otras muchas manifestaciones artísticas, el teatro de curriños y guiñol hizo su aparición en Navarra alrededor de las fiestas de San Fermín. Por estas fechas las barracas se llenaban de atracciones curriñescas y los vestíbulos de los puestos se adornaban con payasos que se arreaban bofetadas y que invitaban entre bromas a pasar al interior. En algunas barracas los curriños se exhibían en las taquillas para diversión del público:
1896 julio 1 La Lealtad navarra : diario carlista
Ya han comenzado á funcionar en el ensanche los organillos. También se han abierto algunas tiendas en la feria, En las casetas de exhibiciones puede admirar el público a un hombre que come periódicos, traga espadas, bolas de billar y otras cosas. Teatro Guignol, curriños, fieras.... y un organillo tan chillón y tan desafinado que es capaz de producir calentura al oso blanco. 
Fantoches españoles (Autómatas Narbón)
Alfredo Narbón fue el director de Fantoches
Pero las atracciones importantes no llegaron hasta bien entrado el siglo XIX. En 1888 llegó a Pamplona la compañía de “Fantoches Españoles”, que actuó durante una semana sin interrupción en el Teatro Principal, con llenos totales. En aquellos tiempos la afición a los espectáculos teatrales, fuera cual fuese su naturaleza, era indiscriminada.
La compañía "Fantoches españoles" aparece en la Prensa Histórica desde 1883 hasta 1903, con 125 referencias de sus 20 años de actuaciones por diferentes capitales españolas. Como Autómatas Narbón, continuó algunas décadas más.
Una muestra de cómo se las gastaba esta compañía pionera:
Diario de Córdoba, 1884
Lejos de pomposos ofrecimientos, nos limitaremos á decir que es el primero y único de su clase en España, tanto por sus magnificas decoraciones, ejecutadas por los más distinguidos artistas escenógrafos, como por los movimientos naturales de las figuras, no habiendo perdonado gasto ni sacrificio alguno para que el vestuario, atrezzo y maquinaria puedan competir con los principales espectáculos de esta clase en el extranjero, por la belleza y propiedad con que se ponen en escena las diferentes obras de magia, canto y baile que se representan. 
Ignacio Baleztena, Premín de Iruña o Tiburcio de Okabio
"Pamplona - Areso - Leiza". hermanos de Ignacio:
Joaquín y Lola. Detrás Silvia, Luisa y Ángeles
Hasta la aparición de los curriños de guiñol de Ignacio Baleztena (1887-1972), no hay en Navarra quien trabaje esta actividad teatral. Gran aficionado en su infancia a los espectáculos de guiñol, sobre los que tiene escrito algún artículo histórico, Premín de Iruña escribió varias obras como De cómo Kilikizarra murió y estiró la garra. Disparate curriñesco en un acto y una porción de cuadros, publicada por la Acción Social Navarra, o El pucherero
Con su retablo de guiñol, Ignacio Baleztena recorrió numerosos pueblos de Navarra en los años de la República, dando mítines con sus muñecos para la causa carlista. Sus curriños hicieron por esos pueblos más propaganda que muchos oradores, con obras muchas veces improvisadas, llenas de ironía e intencionalidad política contra los gobernantes, entre cabriolas, garrotazos y gritos. También representó a menudo obras en el teatro privado que su familia tenía en su casa de Leiza, teatro llamado Chopical.
Además de los enlaces al blog de su hijo Javier sobre la afición a los curriños de Premín de Iruña, entresaco este párrafo de la Historia del Muthiko:
En el último piso de su casa del Paseo de Sarasate construye un escenario para teatro de guiñol -de curriños como decimos los de Pamplona-donde las noches de invierno representa a sus hijos y sobrinos fantásticas aventuras de princesas, dragones y duendes. Como los espectadores aumentan y el pequeño teatro no da más de si, decide formar una pequeña compañía, secundado por un puñado de jóvenes carlistas a la que pone el nombre de ZALDIKO-MALDIKO, grito provocador de los mocés en las confrontaciones callejeras con kilikis y zaldikos...
Alejandro Martínez Erro, “el santero de la Bajada Javier”
La tienda, en la Bajada Javier
Otro gran aficionado a los títeres fue Alejandro Martínez Erro, también conocido como “el santero de la Bajada Javier”. En 1955 organizó el “Día de sobrino”, que se celebraba el día de los Santos Inocentes en los locales de la Caja de Ahorros Municipal, en la calle García Castañón. Se celebraron hasta 1978, con fiestas para niños, con villancicos y cuentos escenificados en guiñol. Las obras eran todas del propio Alejandro Martínez como Pelokoski en Pamplona, Los brujos Pirulí y Pirulá, El tripahombres en Pamplona.

Maese Villarejo
Los hermanos Juan y Mónica Díaz Quintero,
al frente de Maese Villarejo
Sin duda, el personaje más importante dentro del mundo de los curriños en Pamplona ha sido Maese Villarejo, que con sus títeres llegaba todos los años desde Madrid para actuar los días posteriores a San Fermín en los años cincuenta y sesenta. Su teatrillo de títeres se colocó en la plazuela de San José, en donde bien podrían poner una placa de recuerdo.
22/05/1951 LOS GASTOS DE SANFERMINES Seguidamente la Comisión de Fomento... y además la instalación del Teatro de Marionetas del Retiro de Madrid en la Plazuela de San José, lugar retirado, con sombra y suficientemente silencioso y apartado de la circulación
Gorgorito y la Bruja Ciriaca fueron y son dos populares títeres de guante -curriños en Navarra-, creados en los años cincuenta del siglo pasado por Juan Antonio Díaz Gómez de la Serna, más conocido como Maese Villarejo. Con su teatro de marionetas recorrió, al igual que sus hijos lo siguen haciendo hoy, todo el país con las aventuras del niño Gorgorito frente a su eterna antagonista, la malvada Bruja Ciriaca. En Pamplona han sido, y son, una cita anual imprescindible en su temporada de las fiestas de San Fermín. Recientemente, la compañía conmemoró sus bodas de oro, cincuenta años actuando en Pamplona ante generaciones de niños, niñas y adultos que siguen cantando la canción Té, chocolate y café, té, té, té.
Gorgorito en Corella (Navarra). Gentileza de Olga
Retablo de figurillas
En la década de 1980 surgieron en Pamplona varios grupos de teatro de títeres. El primero “Retablo de figurillas”, compañía de títeres fundada por Juan Faro (Lisboa, 16 de febrero de 1932 – Pamplona, 26 de septiembre de 2011) y Ana Bueno (Pamplona, 1930).
Juan Faro se formó en la Academia de los Amateurs de Música. En 1952 hizo las primeras representaciones de marionetas en su barrio, en el Centro Social da Bempostinha y más tarde colaboró con el dramaturgo Fernando Passos. 
Ana Bueno, por su parte, recibió clases de piano en la Academia de Música de Pamplona y desde los 12 años comenzó a hacer teatro con el grupo del colegio María Inmaculada. 
Juan Faro y Ana Bueno se conocieron en Roncesvalles en 1954 y contrajeron matrimonio en 1960. 
Se trasladaron a Portugal, donde Juan Faro era profesor de Iniciación Musical, y ambos trabajaron conjuntamente en representaciones didácticas con títeres. 
En 1970 regresaron a Pamplona y en 1981 constituyeron, junto con sus hijos Pilar y Juanjo, la compañía Retablo de Figurillas con la que realizaron numerosos montajes. Juan Faro fue su director, autor de las obras representadas, creador de los muñecos e intérprete, mientras que Ana Bueno se ocupó de la escenografía e interpretación además de ejercer de relaciones públicas de la compañía. 
Durante su trayectoria artística representaron obras en distintos puntos de Portugal, España o Francia y en festivales internacionales. Fueron impulsores del Festival Internacional de Títeres y Marionetas de Barañáin y en 2001 recibieron por ello un homenaje.
El fondo ingresó por donación en el Archivo Real y General de Navarra en el año 2019.

Iosu Iragui
El segundo grupo de los años 80, “La Buena Estrella”, de efímera vida (1982-1983), fue fundado por Iosu Iragui, que trabaja desde 1980 en la artesanía de los muñecos. Este grupo llegó a hacer solamente un montaje titulado Llegan los titiriteros.
23/08/1984 DN En San Martín de Unx, a las 11 de la mañana, misa y ofrendas. A las 11,30, juegos infantiles. A la 1, gigantes y cabezudos. A las 6 de la tarde, actuación del grupo de títeres «La buena estrella».
Kurt Rahier
Kurt Rahier, alemán afincado en Pamplona, ha realizado también dos espectáculos de marionetas en 1981 y 1984. Él mismo es el constructor de sus muñecos, todos realizados con hilos. Con ellos realizó una exposición en 1979 que incluía unos 100. En 2013 hizo otra en Tafalla (pincha). Ha participado en varios festivales infantiles.
Kurt Rahier, vive en Tafalla desde 1988
07/07/1984 DN
...y es raro que asista a los actos organizados por el Ayuntamiento, como verbenas o fiestas populares; él prefiere recorrer la Jarauta, «en Nueva Zelanda si quieres ir de un bar a otro tienes que recorrer diez kilómetros, pero aquí es distinto». Kurt Rahier es natural de Monchengladbach (Alemania). Tiene 33 años y es ya una persona conocida en Pamplona, sobre todo por los espectáculos de marionetas que presenta cada año y por el montaje de los escaparates de una conocida juguetería. Kurt llegó hace cuatro años a Ibiza adentrándose en el ambiente bohemio de la isla. Antes había sido bailarín y jefe de decoración de unos grandes almacenes en Alemania. Un buen día lo vendió todo y se presentó en Ibiza con 1.000 metros de telas, hilos y una máquina de coser. Allí conoció a un amigo que se lo trajo hasta Pamplona. 

He encontrado este interesante artículo de Eduardo Laporte sobre Kurt.

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