lunes, 5 de octubre de 2020

Mis tíos Moisés y Benjamín Mendiburu, jesuitas

Mis tíos Moisés y Benjamín Mendiburu, a punto de partir para China
Me ha dado un vuelco el corazón cuando he encontrado en La Avalancha (del 24 de agosto de 1936, Núm. 993, pág 249), esta foto de mis dos tíos, Moisés y Benjamín, a punto de partir como misioneros para China. Una excusa perfecta para hilvanar unos recuerdos, especialmente de Benjamín, ya que Moisés murió nueve años antes de nacer yo.
Dice así el pie de foto, con el lenguaje de la época (y algunos errores que corrijo):
Los religiosos con los padres
"Los jóvenes (nacidos en 1912, tienen 24 años) jesuitas navarros, hermanos gemelos, Moisés y Benjamín Mendiburu Itoiz, de Cemboráin (Navarra), que voluntariamente van a las misiones de China, llenos de entusiasmo y voluntad, a conquistar infieles. Son hijos de don Vicente (Venancio) y doña Felipa, dándose la circunstancia de contar en su familia seis hijos religiosos (ocho). Marchan estos simpáticos paisanos nuestros con el celoso misionero del Japón e ilustre pamplonés R. P. Moisés Domenzáin".
Moisés murió allí muy pronto, en 1940, sin cumplir 28 años. Benjamín, tras 13 años en China, tuvo que salir, en el 49, a Manila. En 1954, resentida su salud, volvió a España, al colegio de Tudela, en el que permaneció hasta que necesitó los cuidados paliativos del geriátrico que los jesuitas tienen en Loyola, donde murió en 2002.
A bolazos en el Seminario de Tudela 
El curso 61-62, a los que éramos de Pamplona nos separaron -con 11 añicos- de nuestras familias y nos llevaron a Tudela, a hacer el primer año de Seminario. Mi tío Benjamín fue mi apoyo durante aquel curso. Cuando íbamos al cine, al salón de actos del Colegio, solía pasar un momento por el despacho del tío y me enseñaba cantidad de recuerdos que tenía de China.
Por su carácter dulce y amable, Benjamín fue muy querido en el colegio. Me contaron una broma que le hicieron los alumnos. 
Paco, Prisci, Benjamín, Severino, Narciso y Pepito
Todo el mundo le llamaba «Schenfu» ("padre espiritual", en chino) y a él le encantaba hablar en chino y lo hacía exagerando la pronunciación, de tal modo que -de vez en cuando- se le escapaba alguna salivilla de la boca. Un día, cuando -invitado por los alumnos- empezó a hablar en chino, los chavales de las primeras filas abrieron los paraguas, entre el regocijo general.
A Benjamín siempre lo vi con sotana. Le gustaba jugar a pala, pero siempre con sotana. Al final de sus días, fuimos a verle algunas veces a Loyola. Y cuando murió, allí estaba, con su eterna sotana.

Encontré esta entrevista en la revista del Colegio de Tudela. Es del año 1989, cuando Benjamín tenía ya 77 años.

PERSONAJE P. Benjamín Mendiburu, S.J.

A la Galería de Personajes se asoma hoy el P. Mendiburu «Schenfu». A excepción del P. Lasa es el jesuita que lleva más años en el Colegio. Acumula mucha historia y su testimonio puede resultar enriquecedor. A él acudimos con una batería de preguntas.

Tengo entendido que usted pertenece a una familia numerosa, de hermanos y de religiosos.

Pues sí. Hemos sido quince hermanos: cuatro murieron de pequeñitos; once llegamos a mayores, y de estos, ocho abrazamos la vida religiosa (cinco jesuitas). Tres de los jesuitas hemos sido misioneros en China (Paco, Moisés y Benjamín), uno en la India (Narciso) y, la más pequeña (Mª Jesús) en el Zaire. Considero una gracia extraordinaria de Dios el que ninguno de esos religiosos hayan abandonado su vocación.

¿Qué le movió a entrar en la Compañía de Jesús?

El ejemplo y las palabras del párroco de mi pueblo, Cemborain (Navarra), nos facilitó la entrada en Javier a los dos gemelos. Durante los cuatro años que estuvimos allí conocimos a excelentes jesuitas y nos familiarizamos con la vida de S. F. Javier al que soñábamos con imitar un día. Nuestros padres no pusieron ninguna dificultad, sino todo lo contrario.

Iz. a Dch: Simón Barrios, Benjamín, Isidra,
Emilia, Pepito, Felipa (m), Narciso y Mª Jesús


El haber estudiado en Javier, ¿influyó en su vocación misionera? ¿Por qué en China?

Sin duda porque a nuestra provincia jesuitica nos correspondía entonces la misión de Wuhu, cuyo primer obispo fue Mons. Huarte, de Leiza (Navarra). En Javier y aún más en Loyola tuvimos contacto con misioneros de Wuhu, y su ejemplo fue una invitación apremiante a seguirlos. 

¿Cuántos años pasó en China?

Sólo trece años. Pero fueron muy agitados. Ya al final del primer año de chino en 1937 estalló la guerra chino-japonesa que nos tocó vivir muy de cerca. Y cuando ésta terminó en 1945 me tocó vivir la experiencia del régimen comunista. Había estado enseñando filosofía dos cursos cerca de Pekín, y allí conocí muy de cerca el sistema comunista en toda su dureza. En la Navidad del 45 fui a Pekín como profesor de chino y allí gozamos de una paz relativa. Pero ya en noviembre del 48 la mayoría de los estudiantes abandonamos Pekín en busca de un sitio un poco más seguro. Tras varios cambios de residencia, en mayo del 49 fui a Manila. Pasé en Filipinas cinco años. El continuado y excesivo calor repercutió gravemente en mi estado de salud. Y a eso se debió mi vuelta a España en abril de 1954.

Tudela 1957 Gentileza A. Igartua

¿Cuál fue su actividad apostólica?

En China, mi principal ocupación fue enseñar la lengua a los noveles misioneros procedentes de diversas naciones. Con este fin, mi primer trabajo fue componer un nuevo texto con la ayuda de un profesor chino. Compuse también una breve gramática para principiantes. Simultaneé la enseñanza con el ejercicio de los ministerios sacerdotales de predicación, etc.

¿Guarda un buen recuerdo de aquel gran país?

Mi recuerdo de China tiene mucho de agridulce. Tuve momentos de gran alegría, pero también de mucha ansiedad y preocupación por mi propia vida. No es nada grato presenciar de cerca bombardeos, ver pasar encima de uno doscientos y pico aviones, sin saber dónde van a descargar sus bombas. Dos veces estuve en manos de bandidos. Tuve la experiencia de la ocupación de nuestra casa por los comunistas, etc. Pero pienso también que muchos compañeros jesuitas sufrieron bastante más que yo, pues yo nunca estuve encarcelado, ni sufrí un juicio popular, ni fui expulsado por ellos, como lo fue mi hermano mayor.

¿Qué sentimientos le provoca la actual situación de China?

Severino, Paco, Isidra, Narciso, Mª Jesús, 
Emilia, Benjamín, Prisci (mi padre) y Pepito

Siento una enorme pena, porque a raíz de la terrible matanza de Tienanmen, los aires de libertad ya no soplan en el país. La represión es ahora la nota dominante. Los días anteriores al cuatro de junio fueron para mí de una alegría indescriptible. Yo soñaba entonces en un cambio radical como últimamente está ocurriendo en el este de Europa. Por desgracia no fue así, sino que el telón de bambú, se convirtió en telón de hierro. Confío en el Señor en que también para China vendrán tiempos mejores.

Y de retorno a España recaló en Tudela, ¿cuáles han sido sus ocupaciones aquí?

Comedor hacia 1900-30

En 1954 llegué a Tudela como Espiritual de pequeños del Colegio. Mi labor se extendía a cinco cursos, hasta 3°. Comencé encantado mi trabajo. Pero muy pronto me añadieron clases de francés con Preu y algunas cosas más. Fuí Espiritual 12 años seguidos. Después de una interrupción de varios años volví a serlo de nuevo. He trabajado bastante en nuestra Iglesia, dando ejercicios, etc. Pero sobre todo, he tenido muchas y numerosas clases de francés, religión, latín, griego, inglés. He colaborado durante años en el culto y en las clases de religión en la Compañía de María y también en la ETI. El curso 85-86 (con 74 años) fue mi último de docencia.

¿Hay algo que recuerda particularmente de su pasado de Espiritual o profesor?

Campeones del Colegio en 1914

Sí. Recuerdo la impresión que tuve cuando me dijeron que un alumno mío de la ETI, al que yo había confirmado en la clase de religión un día antes (para explicar la ceremonia) y que me asistió a misa ese día y confesó y comulgó, tuvo un derrame cerebral en la mañana del día siguiente y en cosa de un par de horas murió. Tenía sólo 12 años.

¿Aprecia diferencias entre la juventud con la que usted trabajó y la de hoy?

Sí y muchas. Cuando yo llegué se exigía un disciplina mucho más estricta y el ambiente de estudio era bastante mejor. Ahora, con tanta televisión, radio, etc. la atención en clase se hace mucho más difícil y el rendimiento escolar y religioso sufre necesariamente. Creo que la capacidad de sacrificio y de trabajo era entonces mayor que ahora y que los jóvenes salían mejor preparados para afrontar la vida real. La formación religiosa era más profunda y la atención individual mucho mayor al ser el número de alumnos en el colegio inferior al actual y el personal jesuitico bastante más numeroso que ahora.

¿Ha cambiado el colegio mucho de entonces a ahora?

La Avalancha 1916 el Colegio, al Bocal

Mucho. El sistema de coeducación implantado hace varios años ha sido una de las causas. La asistencia a los actos religiosos, por obligación, ha quedado muy mermada. Los alumnos vienen de familias que con frecuencia no favorecen una formación sólida en el aspecto humano y sobre todo en el religioso. Y esta falta de base repercute negativamente en el colegio.

Son muchas ya las promociones de alumnos que usted ha conocido, ¿qué le gustaría que esos alumnos recordaran de su paso por este colegio, y de su contacto con usted?

Me gustaría que me recordaran como un hombre que se ha esforzado por darles, ante todo, una sólida formación religiosa, intelectual y humana; y que a pesar de mis muchas limitaciones siempre he querido dejar una estela de bondad a mi paso, con el fin de acercarlos más a Dios. Desearía también que mi ilusión por las misiones, sobre todo a China, dejara un recuerdo imborrable en ellos. No en vano muchos me llamaban y siguen llamándome con el cariñoso apodo de Shenfu, palabra china que significa "Padre Espiritual".

Gentileza A. Igartua
¿Cómo se ve la vida desde la altura de los 77 años?

Yo la veo como un regalo de Dios y como una oportunidad maravillosa para hacer el bien a los demás y para santificarme, santificando a otros. Me explicaré. Estuve a punto de morir en el Noviciado por una neumonía. Durante toda mi vida he sido débil de salud...Y aquí estoy yo, el débil, con 77 de edad y 61 de jesuita, y todavía en la brecha. ¿No es esto un gran motivo de agradecimiento por el don de la vida? Los que leáis esto, pedid al Señor me ayude a aprovechar bien el tiempo que Él quiera aún concederme en su Providencia. 

A todos ¡muchas gracias!... en chino, ¡shienshie!

Para que os sirva de guía y sepáis quién es quien...

2 comentarios:

desolvidar dijo...

De Face:
José Miguel García García
Amigo Patxi, tu tío Benjamín fue, en jesuitas de Tudela, mi padre espiritual un par de años ( también lo fue su compañero P. mariezkurrena ). Jamás lo vi enfadado; era la eterna sonrisa. Yo estuve interno todo el bachillerato y Preu ( 1952-1959) y cuando él llegó a Tudela fue la gran novedad al enterarnos de su historia. Te puedo asegurar que tu tío fue una institución y muy querido en Tudela. Somos muchos los que acudiamos a su despacho a contarle muestras penas y problemas.

desolvidar dijo...

Wasap:
Mi madre me habló muchas veces de todos tus tíos. Yo recordaba perfectamente sus nombres, aunque sin orden. Me hablaba especialmente de Moisés y Benjamin, pues estuvo en una ceremonia que les hicieron en la Catedral antes de marcharse a China. También me habló mucho de Narciso. Y también de las monjas, pero sobre todo de los gemelos.