viernes, 16 de octubre de 2020

Adiós a Ricardo Visus, "Caíto". Biografía

Caíto toma café con Dorota. Gentileza de Ángel Inda

La voz del tenor navarro Ricardo Visus se apaga a los 89 años
El cantante nacido en Carcastillo desarrolló una larga carrera docente en la Universidad de Minnesota
DN Pamplona
¡Así cantaba Ricardo!
La voz del tenor navarro Ricardo Visus, que desarrolló una carrera lírica en los años sesenta y dedicó la mayor parte de su vida a la docencia, primero en Estados Unidos y después en Pamplona, se apagó ayer en la capital navarra, donde residía.
Ricardo Visus Antoñanzas nació en Carcastillo el 11 de agosto de 1931. Su gusto por la música comenzó a través del canto gregoriano en la abadía de la Oliva, con la que mantuvo una vinculación toda su vida. De hecho, el pasado día 7 asistió a la bendición del nuevo abad, Javier Urós.
Visus estuvo interno en los Salesianos, en cuyos coro y banda participó, así como en la escolanía del Seminario, y, en 1958, comenzó sus estudios en el conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona y en el Orfeón Pamplonés con Juan Eraso, que le dio su primer solo el 29 de noviembre de 1959. Poco después pone rumbo a Madrid, donde recibe lecciones de Ángeles Ottein. “Para vivir de la música no puedes quedarte esperando. Hay que salir a triunfar”, decía en una entrevista.
En 1960, becado por la Fundación Juan March, se traslada a Milán, estancia que se prolonga gracias a una beca de la Diputación de Navarra obtenida por concurso y que le fue prorrogada un segundo año. En 1962 obtiene en Vercelli su primer gran reconocimiento al conseguir la medalla de oro del XIII Concurso Internacional G. B. Viotti. De regreso a Madrid, actúa como primer tenor en la compañía Mendoza Lasalle y más tarde en el Teatro de la Zarzuela, así como en los festivales de España. Su inquietud como intérprete le lleva a cantar, a lo largo de su trayectoria profesional, en multitud de escenarios repartidos por Italia, Estados Unidos, Brasil, Argentina y España.
En 1967 tiene la primera oportunidad de dar clases en la Universidad de Minnesota, donde es artista en residencia durante dos años. Después, entre 1969 y 1972 actuó en España y Argentina. Pero ese año, ya casado con María Victoria Eguizábal y con una hija, Mª Carmen (después llegó otro hijo, Juanjo), volvió a la Universidad de Minnesota como full professor (equivalente a Catedrático de Universidad) de canto y director de ópera. En Estados Unidos desarrolló su carrera docente hasta su regreso a España en 1996.
Visus tenía una pequeña academia en Pamplona y formó parte como vocal de la junta directiva de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera. Recomendaba a los padres de hijos con vocación musical que les dejaran “estudiar solo música, no como un aprendizaje secundario junto a una carrera de la universidad”.
Ricardo Visus actuó como solista de ópera, oratorio y música de cámara, además de concierto con orquesta, ámbito en el que ha interpretado con formaciones de prestigio entre las que figuran la RAI en Italia o la Orquesta Nacional de España, la ORTVE, la Santa Cecilia de Pamplona o la Sinfónica de Bilbao, en España.
A lo largo de su dilatada actividad como tenor, Ricardo Visus cantó bajo la batuta de directores de la talla de Igor Markevitch, Antoni Ros Marbá, Jesús López Cobos, Carlos Chávez, Odón Alonso, o Theo Alcántara.


Sola: “Un padre musical y un maestro de vida”
José Luis Sola recuerda que Ricardo Visus fue quien le animó e impulsó a la hora de desarrollar una carrera en el mundo del bel canto
NEREA ALEJOS Pamplona
Ricardo Visus, con José Luis Sola en la
Casa Museo de Gayarre. CEDIDA
“Ricardo hizo todo lo posible para que yo saliera adelante y pudiera dedicarme al canto. Conmigo se involucró al máximo”, recuerda el tenor pamplonés José Luis Sola, que hoy es una de las voces navarras más destacadas de su generación, junto a Sabina Puértolas y Maite Beaumont. “Siempre le estaré agradecido a Ricardo de que me apoyara de esa manera en mis comienzos”.
Su primer encuentro con Visus se produjo hace más de veinte años gracias a una sorpresa que le prepararon su mujer, Pilar Arellano, y una amiga. “Era mi cumpleaños y el regalo fue audicionar para Ricardo”, recuerda.
“Yo todavía no me dedicaba al canto, pero él fue quien me animó e impulsó. Me dedicó todo el tiempo que tenía para darme clases”. Maestro y discípulo pasaban juntos prácticamente todo el día. “Para mí fue mi padre musical, y además teníamos una relación muy familiar, de ir a su casa a comer, a cenar...”.
Dos años después de comenzar sus clases con Visus, Sola debutó en Italia, concretamente en el Teatro Alessandro Bonci de la ciudad de Cesena, en mayo de 2002. Lo hizo interpretando el papel de Ernesto en Don Pasquale de Donizetti, uno de los títulos que Visus le recomendó, junto a Rigoletto de Verdi. “Son dos óperas que he cantado mucho”, señala.
Para él, Visus fue mucho más que un profesor de canto: “Te enseñaba todo lo que sabía y se dedicaba a pulirte para sacar el máximo de ti. Te enseñaba a vivir la música y a entenderla. No solo te daba consejos musicales, también era un referente como persona, porque era realmente noble. Para mí también fue un maestro de vida”, asegura.
Todas estas enseñanzas que recibió son un bagaje que Sola sigue transmitiendo cuando imparte clases de canto: “Ahora yo también intento enseñar todos aquellos trucos que él me inculcó, como los ejercicios de vocalización que hacíamos. Además, él convivió con todos los grandes, era íntimo amigo de Alfredo Kraus. Simplemente el hecho de escuchar sus vivencias ya te servía de mucho”.

TESTIMONIO Dorota Grzeskowiak
ENSEÑAR A CANTAR Y A VIVIR
Ricardo Visus, ante un piano del antiguo Conser-
vatorio de la calle Aoiz de Pamplona. (DN)
Ricardo Visus, además de un entusiasta de su profesión, ejercida cerca de 60 años, sobre todo era un entusiasta de la vida. Siempre rodeado de gente, contando anécdotas y chistes, con toda su persona enviaba al mundo un mensaje claro de optimismo, de fortaleza y de sincera y generosa bondad.
Y con esto no digo que no tenía genio, pues tenía y mucho, como ribero que era, de Carcastillo.
Se enfadaba cuando a su entender no se trataba dignamente a la música o a los músicos.
Fue un extraordinario cantante que destacó por su bella voz y su manera cálida y sincera de interpretar. Entabló una entrañable amistad y contaba con la admiración de Jesús Guridi, Alfredo y Paco Kraus o Alicia de Larrocha.
Sus conocimientos adquiridos durante años sobre los escenarios los supo trasmitir a sus alumnos, entre los que me incluyo. Más que un maestro fue un padre para muchos de nosotros, y creo que no me equivoco si digo que hoy nos quedamos huérfanos de algún modo. Pues además de todos los misterios de la voz y de la interpretación, además de las pautas para saber estar sobre un escenario, Ricardo nos enseñaba cómo vivir. Cómo vivir la profesión de cantante con humild,ad y un fuerte sentido de compañerismo. Nos enseñaba con su propio ejemplo de una larga carrera hecha a base de trabajo, plagada de éxitos y abundante en amistades.
Era asombrosa su vitalidad, con la que afrontaba nuevos proyectos siempre con el fin de darle visibilidad a la lírica y hacer que se oigan las voces de sus alumnos en los que creía y a los que apoyaba incondicionalmente.
Y también su forma de enseñar era como él mismo, espontanea y directa, sin la pomposidad de los tecnicismos ni la gradilocuencia de los italianismos. Él decía que cantando hay que hablar, comunicar, trasmitir y emocionarse y si eso sucede la técnica va a ser la mejor de todas pues la naturaleza misma se ocupara de una emisión correcta. Durante sus clases nos hacía cantar a pata coja, levantando los brazos, pelando habas, haciendo café, y... funcionaba. La voz salía libre, el agudo dejaba de costar esfuerzo, la frase cobraba sentido, la música habla como por arte de magia,.
Él sabía obrar esa magia....
Por la magia de la voz, por la magia de tu amistad que nos brindaste y tu entusiasmo, te queremos y te damos las gracias infinitas Ricardo

Biografía de Ricardo Visus
Ricardo, a la derecha, en una fiesta familiar
Nota: esta biografía ha sido corregida y completada por el propio Ricardo Visus, quien ha tenido la amabilidad de aceptar el borrador que yo le envié. Este gesto muestra  que don Ricardo, además de un gran tenor y un buen profesor, es una persona amable y cercana, como me han corroborado quienes lo conocen.

Ricardo Visus Antoñanzas nació en Carcastillo (más exactamente en una finca de Figarol), Navarra, el 11 de agosto de 1931. En este pueblo se le conoce cariñosamente por el apelativo de Caíto (de Ricardito, para distinguirlo de su padre, que también se llamaba Ricardo).
Ingresó en el Seminario de Pamplona a los 10 años, donde dio sus primeros pasos musicales con don Domingo Galarregui (director de la Schola y organista de la parroquia pamplonesa de San Saturnino), cantando de tiple en la Schola Cantorum y como solista con un grupo de cámara. 
A los dos años, con doce, dejó el seminario e ingresó en el internado del Colegio de los Salesianos, donde pasó tres años, siguiendo sus aficiones musicales, cantando y tocando el clarinete en la banda del colegio con “don Ale”.
En 1958, con 27 años, le escuchó Juan Eraso, entonces director del Orfeón. Le invitó a ingresar en el Orfeón y tomar clases privadas, animándole a seguir la carrera de canto.
Estudió en los conservatorios de Pamplona y Madrid. En esta capital estudió con Ángeles Ottein, comenzando a cantar en Colegios mayores, embajadas...
Visus con Kraus (izda)
En 1960 fue a Milán con una Beca de la Fundación Juan March y pudo continuar sus estudios en Italia, bajo la dirección de Mercedes Llopart y Zita FumagalliFranco Patané y Arnoldo Fornassari, (siguiendo un consejo de Alfredo Kraus, con quien tuvo una gran amistad, así como con su hermano Francisco, con quien todavía la conserva) y con Marcello Cortis en arte dramático.
Siguió estudiando en Italia tres años más, al ganar el Concurso especial de la entonces Diputación de Navarra para la ampliación de estudios de Bellas Artes en el extranjero para jóvenes navarros.
Fue galardonado con la Medalla de Oro en el Concurso internacional de canto Gian Battista Viotti, en Vercelli (Italia), en 1962, compitiendo con más de un centenar de artistas de veintidós países. 
Ricardo Visus ha cantado las principales óperas del repertorio italiano y español en las más renombradas ciudades de Italia, España, Brasil, EEUU, Argentina… 
Como miembro de la Compañía Lírica del Maestro Mendoza Lasalle y, más tarde, con el Teatro de la Zarzuela de Madrid, fue primer tenor con notable éxito, con artistas como Mirna LacambraTrinidad PaniaguaMonserrat CaballéÁngeles Chamorro y Corinne Petit, bajo directores como Odón AlonsoIgor MarkevitchAntoni Ros-Marbà y Carlos Chávez.  
Caíto, de pie a la derecha
En septiembre de 1967 Ricardo Visus fue a los Estados Unidos y durante 24 años ejerció de 
profesor de canto y director del taller de ópera en la universidad estatal de Moorhead, Minnesota.
En 1969 viajó a Argentina contratado para cantar varias funciones de Rigoletto y un concierto con la prestigiosa Asociación Wagneriana de Buenos Aires
Durante 1970 y 1971, actuó con la Orquesta Nacional y la Orquesta de TVE en España, cantando la Novena Sinfonía de Beethoven, la Misa en Do Mayor del mismo compositor, Misa en Do de Mozart, el oratorio “Elías” de Mendelssohn y las “Vísperas de la Virgen” de Monteverdi, además de muchos recitales con piano y guitarra.
Fue cinco veces jurado en la Metropolitan Opera. Tiene varias grabaciones discográficas y ha dado clases magistrales en España, EE.UU. y Argentina. 
Regresó a USA, Universidad de Minnesota,  en 1970, donde se quedó hasta 1995.
En la actualidad el Maestro Visus sigue cincelando las voces de los jóvenes cantantes y colabora con  AGAO, a cuya junta directiva pertenece:

Ahí lo tenéis (4º x la dcha), el 26.09.13, diseñando el futuro de la AGAO
Ricardo Visus, Caíto, falleció en Pamplona el 15 de Octubre de 2020, a los 89 años.
Un año antes de su muerte, el Archivo Real y General de Navarra, Música y Artes Escénicas, le hizo a Caíto esta entrañable entrevista. Vais a ver aquí a Ricardo en su estado más natural, sin prisas, contando su biografía con esa gracia con la que  solo personas como él sabían llegar al corazón de la gente.
En cuanto empecéis a escucharle, os atrapará

1 comentario:

Carmelo dijo...

Muy buena despedida, Pachi. Allá en el cielo le abran recibido con los brazos abiertos, seguro que monta algún coro.
Muy bueno Pachi, nabrazon.