sábado, 20 de junio de 2020

Asesinato de Ezequiel Seminario. Consideraciones

Ezequiel padre, con sus hijos, Ezequiel y  Lola en el monte  Archueta Junio 1925
En torno al asesinato de Ezequiel Seminario
Ya pusimos el relato de la prensa en la entrada "Asesinato en el Palacio Episcopal (19.02.1932)", así que me limitaré a hacer unas consideraciones en torno a este conmocionante crimen.
1907 Galbete con su coche en Chapitela
Álvaro Galbete entró al Palacio como "Pedro por su casa", sin que nadie se lo impidiera. 
Pilló a Ezequiel desprevenido (quedó sentado en su sillón). Ezequiel tenía 36 años, unos 15 ó 20 menos que Galbete. Y el balazo fue en el parietal izquierdo. Todo indica que fue a traición, aprovechándose de que Ezequiel no desconfió.
En cuanto a las motivaciones, corrieron rumores de que Ezequiel, en sus sermones, comparaba a Galbete con el Demonio... pero no creo que -de ser cierto- le afectara mucho a Álvaro, ya que llevaba su anticlericalismo como un timbre de honor y no perjudicaba a sus negocios: el "Cine Proyecciones", había sido recientemente (diciembre de 1931) inaugurado en un solar de su propiedad de la calle San Agustín, en Pamplona.
He llegado incluso a oír que Ezequiel se entendía con Olegaria, cosa harto improbable en una ciudad tan pequeña como Pamplona, donde todo se sabe, especialmente ese tipo de noticias. Además, la diferencia de edad entre ambos era de 17 años. Ezequiel nació en 1896 y Olegaria en 1879. Mucha diferencia, y más en aquella época.
Estos rumores (además sin pruebas) parecen más bien interesados en minimizar o incluso disculpar la fechoría de Galbete.
De lo que sí hay pruebas es de la demanda presentada por doña Olegaria Guerendiain y San Martín, contra su esposo don Alvaro Galbete Etulain, de las acusaciones de maltrato y de adulterio y de que esa sentencia del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Pamplona viene firmada por "Dr. Ezequiel Seminario.—Provisor".
Y ese asunto sí que preocupaba a Galbete. Hasta el punto de que lo tenía obsesionado. La anulación del matrimonio estaba en marcha de forma muy perjudicial para Galbete, quien publicó un folleto criticando cómo se había llevado a cabo el juicio eclesiástico, presidido precisamente por Seminario. Ezequiel, por su parte, en su respuesta, le recriminó duramente por poner en cuestión su autoridad.y le amenazó con comunicar su conducta al juez del tribunal al que había apelado.

Contexto político
Mariano Ansó
Aunque en la agresión no aparece ninguna motivación política, la muerte de Ezequiel sí que tuvo un contexto y unas consecuencias políticas.
Ezequiel Seminario, que era también el consiliario diocesano de la Acción Católica, a pesar de su juventud, se había significado como mediador entre las derechas navarras y había sido acusado por Mariano Ansó de liderar la propaganda derechista del clero (recordemos que Ansó fue el primer alcalde de Pamplona tras la proclamación de la II República Española en 1931 y ministro de Justicia en el primer gobierno de Juan Negrín).
Por aquellos días de Agosto del 31, el republicano Mariano Ansó, de claras convicciones autonomistas, criticaba en el Parlamento que las enmiendas de Estella, promovidas por tradicionalistas y nacionalistas que aparecían unidos en su defensa de «Dios y Fueros» frente a la izquierda laicista, pretendían convertir el Estatuto en un estatuto «vascorromano» un «entuerto clerical» que buscaba «convertir a Navarra en colonia de Roma». Y Ansó denunciaba el «concubinato» existente entre la derecha y el clero (que consideraba liderado por el vicario Ezequiel Seminario).
Así pues, Ezequiel no era un cura más sino un referente de la unión política de la derecha navarra.

Obituario del Obispado
Recojo aquí integramente lo que publicó el Obispado de Pamplona unos días después del atentado contra Ezequiel:
Velatorio del cadáver de Ezequiel Seminario
"BOLETIN OFICIAL ECLESIASTICO DEL OBISPADO DE PAMPLONA
SUMARIO. —Sección oficial: Fallecimiento del Iltmo. Sr. Dr. Don Ezequiel Seminario Martínez, Provisor y Vicario General de la Diócesis.
Fallecimiento del Iltmo. Sr. Dr. D. Ezequiel Seminario Martínez, Provisor y Vicario General de la Diócesis
19 de Febrero, a las tres y media de la tarde, entregó plácidamente su alma a Dios, en el mismo despacho del Provisor D. Ezequiel Seminario Martínez, Provisor y Vicario General de la Diócesis de Pamplona, víctima del atentado del que toda la Diócesis tiene conocimiento por las noticias detalladas publicadas en la prensa local.
Cortejo fúnebre. Atrio de la Catedral
El fallecimiento, inesperado y violento, del infortunado Provisor, produjo en todos, sin excepción, hondisima pena, no tanto por las circunstancias en que acaeció, cuanto por las especiales virtudes y cualidades que le adornaban. Todos cuantos le conocieron, especialmente los que fuimos sus amigos, testigos inmediatos de su vida, lo recordaremos siempre con inestinguible afecto y admiración. No podremos olvidar su alma infantil, que se transparentaba en la perpetua sonrisa que iluminaba su rostro, expresión de una bondad limpia; ni su cultura extraordinaria y maciza, especialmente en las disciplinas eclesiásticas, fruto de un trabajo constante y de un estudio secreto y continuado; ni su trato siempre agradable, abierto a toda clase de personas, afable con todos los que llegaban hasta él, dispuesto en todo momento a oir cualquier observación que se le hiciera, viniese de donde viniese; ni sobre todo sus destacadas virtudes de sacerdote ejemplar, celoso de la salvación de las almas, defensor inflexible de los derechos de la Iglesia, cuya más mínima conculcación llegaba muy adentro en su alma, humilde en sumo grado, fervoroso en el cumplimiento de sus deberes particulares, y entusiasta impulsador de todas las organizaciones y actividades, que tuviesen por objeto la defensa de la Iglesia. ¡Qué lástima que aquélla vida, totalmente entregada a las cosas de Dios y de las almas, haya sido truncada bruscamente, cuando mayores y más sazonados frutos podían esperarse, a los 36 años de edad, llenos de méritos por sus trabajos espirituales! ¡Dios sobre todo!
Cortejo fúnebre. Calle Blanca de Navarra (hoy Mercaderes)
El Dr. Seminario había nacidó en Mañeru, en la distinguida casa solariega de los Seminario. En el próximo mes de Abril hubiera cumplido los 37 años.
Casa Seminario (familia de Ezequiel), en Mañeru
Cursó la carrera eclesiástica en Pamplona, obteniendo en todas las asignaturas la nota de "Meritissimus" y los primeros premios en casi todos los cursos. Sus compañeros y condiscípulos recordarán sin duda que en todas las veladas literarias era el número más brillante el que corría a cargo del joven Seminario, por la admirable declamación y notable originalidad de los trabajos que en las mismas presentaba. Al mismo tiempo cursó el Bachillerato en el Instituto de Pamplona, y la carrera de Abogado en la Universidad de Zaragoza.
Fué ordenado de sacerdote el año 1918. Era Doctor en Derecho Canónico y Licenciado en Derecho civil. Había ejercido los cargos de Coadjutor de Villafranca y Mañeru, Catedrático de Metafísica y Derecho Canónico en el Seminario, Consiliario de la Asociación de Estudiantes católicos, Confesor de las Agustinas Recoletas y Juez ProSinodal.
Al ser promovido al Episcopado el Ilmo. Sr. D. Manuel Arce, y quedar vacante la canongia Doctoral, que aquél desempeñaba, el Sr. Seminario, tras brillantes oposiciones, fué elegido Doctoral de nuestra Catedral. Fué nombrado inmediatamente por el Sr. Obispo Provisor y Vicario General de la Diócesis, cargo en el cual ponía toda la competencia, celo y entusiasmó de su corazón. En la actualidad era también Consiliario diocesano de la Acción Católica, en cuyo cargo desarrollaba constantemente grandes actividades.
Tomás Múñiz, Obispo de Pamplona
La impresión que su malogrado fallecimiento causó en todos se puso de manifiesto singularmente en la conducción del cadaver al cementerio y en los suntuosos funerales celebrados en la Catedral el lunes, día 22.
A la conducción del cadáver, a pesar de la inclemencia del tiempo, concurrió toda Pamplona, principiando por las autoridades civiles y militares, las asociaciones piadosas y los Cabildos parroquiales. A las cinco de la tarde principió la fúnebre ceremonia y a las seis no habia llegado todavía a la puerta de la Taconera el cadáver, cuyo paso por las calles fue presenciado por una enorme muchedumbre que se apiñaba a ambos lados y acompañado por una imponente manifestación de toda clase de personas, que seguían al coche fúnebre.
En los funerales celebrados en la Catedral la concurrencia fué tan extraordinaria, que realmente impresionaba; no menor que la que acude al templo catedralicio en las grandes solemnidades religiosas. Ofició de Pontifical el Iltmo Sr. Obispo D. Tomás Muniz, y la parle musical estuvo a cargo de la capilla la Catedral y de la Schola Cantorum.
Pero no solamente Pamplona se sumó al duelo general. De toda la Diócesis y de muchas ciudades del resto de España se recibieron en el Palacio Episcopal innumerables telegramas expresando la condolencia y pesar que el fallecimiento del señor Provisor había producido.
En la imposibilidad de corresponder a todas estas muestras de pésame, la familia del finado y el Iltmo. Sr. Obispo agradecen vivamente a todos, desde el BOLETIN OFICIAL ECLESIÁSTICO, la parte que han tomado en esta honda pena; y especialmente agradecen a los Rvdos. Arciprestes, Cabildos Parroquiales , Religiosos, Asociaciones piadosas y feligreses de Estella, Vera, Roncal, Villafranca, Arguedas, Marcilla, Azagra, Alsasua, Lumbier, Leiza, Saldías, Eraso, Mélida, Ochagavía, Caparroso, Lodosa, Lesaca, Olite, Carcastillo, Sesma, Falces, Sangüesa, EcharriAranaz, Elizondo, Oteiza, Erice (Iza), Irache, Monreal, Santacara, Mendigorría, Mañeru, Peralta, Donamaria, Espinal, Tafalla, Piedramillera, Ustarroz, Villava, Lerín, Abaurrea, OlazSubiza, Mendavia, Tabar, Villatuerta, Eslava, Larraga, Errea, Eraul, Eparoz y Puente la Reina.
No es posible poner fin a esta nota necrológica, en la que hubiéramos querido poner más expresivamente todavía el dolor y pesar de la Diócesis, sin hacernos eco de un cristianísimo detalle, que es preciso destacar, y que ha de ser como el aroma sobrenatural que ha de suavizar en todas las almas la pena por este fallecimiento.
Cuando a la madre del señor Seminario se le comunicó la infausta noticia, repuesta de la dura impresión que, al escucharla, sintió, dijo a todos los familiares que la rodeaban con acento verdaderamente cristiano: "Nada de venganzas. Pedid todos a Dios que perdone al agresor, como yo le perdono»; y en prueba de que estas palabras reflejaban un sentimiento real y verdadero, ordenó al día siguiente a uno de sus hijos que en su nombre visitase a la esposa e hijos del mismo.
Realmente este rasgo producirá en todos confortante impresión. Es preciso recordar qué significa un hijo sacerdote para una madre cristiana y sólo entonces se puede comprender la medida del heroismo que ese acto significa.
Elevemos todos nuestras oraciones a Dios Nuestro Señor, pidiendo que conceda su descanso eterno al Iltmo. Sr. Dr. Don Ezequiel Seminario Martínez.  
PAMPLONA 1 Marzo 1932"

Cárcel y defensa
Alvaro Galbete, tras matar a Ezequiel el 19.02.1932, se presentó ante el juez y quedó detenido pasando unos 14-15 meses en la cárcel de Pamplona hasta el juicio.
Galbete consiguió para su defensa al que sin duda era el abogado de mayor prestigio: Luis Jiménez de Asúa, jurista y político del Partido Socialista, que desempeñó la vicepresidencia del Congreso de los Diputados, presidiendo la comisión parlamentaria encargada de elaborar la nueva Constitución republicana.
Mi pregunta -malintencionada, dirá alguien- es la siguiente: Jimenez de Asúa era socialista y Mariano Ansó, poco después de la proclamación de la República,  ingresó en el partido de Acción Republicana, fundado por Manuel Azaña, en aquel momento, pues,  rivales políticos de Ezequiel Seminario. ¿No habría sido más prudente no aceptar la defensa del asesino de Ezequiel? Porque -especialmente si la sentencia resulta absolutoria, como así fue- alguien podría interpretarlo como el pago por la eliminación del rival político.
Curiosamente de esto -que por lo menos tiene cierta base- no he oído ningún rumor

Sentencia 
Recuerdo de la Primera Misa. Boletín portada
Una sentencia absolutoria muy comentada 
En la Audiencia se ha visto la causa seguida contra Alvaro Galbete, que en 19 de febrero del año pasado (1932) mató de un tiro, en su despacho, al provisor de la diócesis doctor Ezequiel Seminario, porque el Tribunal eclesiástico había fallado contra él pleito de divorcio.
A la vista ha acudió un gran gentío. El fiscal pedía para el procesado 26 años de prisión y 30.000 pesetas de indemnización, calificando el hecho de asesinato.
Jiménez Asúa ha defendido a Galbete, alegando que padecía de locura circunstancial en aquel momento. El jurado ha dictado veredicto de inculpabilidad por irresponsabilidad y la sala ha dictado sentencia absolutoria. El caso ha sido comentadísimo

Ya veis, la prensa prudente: por dos veces "muy comentada, comentadísimo". Os lo traduzco: fue un escándalo.

Rumores sobre la sentencia recurrida
El rumor de ayer sobre la sentencia por muerte del Provisor
Poesía de un amigo y discípulo
Durante el día de ayer circuló insistentemente el rumor de haber recaído fallo sobre recurso interpuesto contra la sentencia dictada en la causa seguida por muerte del Provisor de la Diócesis, el malogrado don Ezequiel Seminario (q. g. h.) diciéndose alteraba el recurso sustancialmente la sentencia y añadiéndose diversos detalles relacionados con el cumplimiento del fallo. El rumor llegó a todas partes y allí donde el repórter estuvo fué interrogado sobre el caso, por lo que encargamos a nuestro corresponsal en Madrid cuidara de ver qué habla de cierto en el asunto, y el amigo Mencheta nos dijo:

Madrid, 17, 23,30 En la secretaria de la sala segunda del Tribunal Supremo, a cargo del señor Echegaray, a ]a que corresponde la tramitación burocrática y el registro del recurso contra la sentencia de referencia, nos ha manifestado que tal recurso fué ya sustanciado en el mes de enero, y que, por lo tanto, desde esa fecha existe fallo del Tribunal Supremo, cuyo contenido es que ha lugar al recurso interpuesto por el fiscal y que se condena al autor de la muerte al pago de una indemnización equivalente a quince mil pesetas próximamente para los herederos del Provisor, ratificándose las restantes partes de la sentencia dictada por la Audiencia ante la que se vió la causa.

Escándalo y fusilamiento

El 17 de mayo de 1933 se dicta sentencia absolutoria alegando que Álvaro "padecía locura circunstancial".
San Sebastián 13-9-1936 
Tal sentencia indigna a la sociedad pamplonesa y escandaliza al pueblo de Mañeru (de donde era Ezequiel Seminario, cuya familia era muy apreciada en la localidad).
Pamplona y, muy especialmente, la prensa le hacen el vacío al homicida (en la hemeroteca ya no aparece más "Álvaro Galbete", que antes aparecía casi a diario). Éste se va a vivir a San Sebastián.
Estalla la guerra. En septiembre de 1936 Galbete está allí recibiendo y saludando a los requetés que han tomado la ciudad.
Es reconocido y es detenido. Comenta a su compañero de celda que "debe de ser un error".
El día 26, a las 20:30 es depositado en San Sebastián un telegrama con destino a Mañeru con el siguiente texto:
"Requetés Mañeru fusilaron Galvete" (sic)
Aquello que dijo la madre  cuatro años antes ("Nada de venganzas. Pedid todos a Dios que perdone al agresor, como yo le perdono»), en el fragor de la guerra, quedó en el olvido.

3 comentarios:

Carmelo dijo...

Grandiosa Pachi, la ampliacion del asesinato del Vicario de la Diocesis, Sr
Ezequiel. Esta entrada es historica y maravillosamente contada y documentada.
Eres un AS Pachi.
Gracias por lo mucho que nos aportas con estas historias.
Navrazon.

Unknown dijo...

Buenas noches,soy Maite Seminario, Ezequiel Seminario era hermano de mi abuelo Carlos Seminario, por lo tanto tío abuelo mío. Mi familia me habló de este triste suceso, pero te quiero dar las gracias Patxi, por toda la documentación, fotografías y la historia tan bien contada. Muchísimas gracias!!

desolvidar dijo...

Gracias a ti, Maite. Fue una historia que me apasionó