miércoles, 19 de julio de 2017

El origen vasco del toreo a pie

Andaba buscando algo breve que mostrara que el origen del ”toreo a pie” procede del Norte de España, sobre todo de Navarra -cuna de ganaderos y toreros-, Provincias Vascongadas y Aragón (allá por el siglo XIV). Y que su transformación en arte se debe a Andalucía, a principios del siglo XVIII. Pero sólo he encontrado este artículo que me convence muy poco. Miradlo muy críticamente, sobre todo las etimologías.
Actualización: me acaban de enviar este inmenso trabajo que confirma ampliamente lo que venimos diciendo: "Dice Cossío que «la cuna del toreo a pie fue Navarra (...) pero su trasformación en arte se debe a Andalucía"

El origen vasco del toreo a pie, por Kepa Oliden
José Letona sostenía que el toreo a pie nació en la zona pirenaica vasco-navarra.
pelotaris, 1904
A diferencia de la pelota, un juego que no es originario vasco, pero quedó arraigado aquí, el toreo, que sí es originario de estas tierras, se desarrolló en el sur y en el centro de la península ibérica. José Letona (1908-1987) argumentaba esta afirmación en una extensa tesis que vio la luz en 1983 y que sostenía que la lidia a pie se inició en el Pirineo vasco-navarro «porque el pastor vasco, pastor a pie, se enfrentó al toro de esas maneras». En cambio, el pastor del sur «conducía al ganado a caballo». Más tarde, el toro se hizo pastueño al trasladarse al sur. Allí los pastores se defendían del animal a caballo, cuarteando (10ª ac.). De lo que nació el toreo en redondo.
Letona subraya la antigüedad del toreo vasco profesional datando a los primeros toreros de estas tierras en el año 1400 «cuando toreaban en las plazas de Balmaseda, Azpeitia, Mondragón, Tolosa, San Sebastián y Pamplona. En cambio, a los primeros pelotaris los conocieron nuestros abuelos», asevera.

Afición por la 'fiesta brava' en el Norte
El cronista extrae un dato histórico ilustrativo: en las bodas del rey Felipe IV (1621-1665) se lidiaron toros en la Plaza Mayor de Madrid. «Los toreros a caballo era originarios de Andalucía, Castilla y Extremadura, mientras que los de a pie era de Navarra. Son afirmaciones -señala Letona- que constataron incluso Cossío, Ortega y Gasset y Gabairu».
De hecho, el famoso filósofo Ortega y Gasset mantenía que el nombre más antiguo que se conoce de torero, en el sentido de que se presentaba con una cuadrilla organizada y disciplinada, es nada menos de Zaracondegui, apellido indudablemente vasco.
Otro de los toreros 'prehistóricos' que menciona Letona es el que inmortalizó el pincel de Goya en su Tauromaquia: Martín Barcáiztegui 'Martintxo', natural de Oiartzun. [Nota: sobre el origen y verdadero nombre de Martincho, 'polémica habemus'. Como aperitivo, escuchad bien este vídeo:
]
Y es que la etimología y los apellidos vascos no faltan en el mundo taurino. Decía Letona que «tenemos una nueva prueba» del arraigo vasco de los toros «al constatar que varias de las primeras ganaderías que registra la historia y que alcanzaron muy notoria fama, son auténticamente norteñas, vasco-navarras para ser más concretos. A cualquier mediano aficionado le suenan nombres casi legendarios como Carriquiri, Guendulain, Espoz y Mina, Zalduendo... Posteriormente son otros muchos ganaderos de reses bravas los que inscriben sus apellidos vascos con caracteres triunfales en la historia de la 'fiesta': Urcola, Urquijo, Murube y Miura (Mihura, muérdago en euskera), como indiscutible póquer de ases.

Etimología vasca (leer nota al final)
José Letona realizó un pormenorizado análisis del léxico de origen vasco presente en el mundo taurino. Comienza aludiendo a uno de los documentos más antiguos que atestigua el enfrentamiento del hombre y el toro. Se trata de la Estela de Clunia, que muestra a un hombre empuñando un arma punzante y portando un escudo en actitud de acometer. En una inscripción en caracteres ibéricos, según estudiosos como Juan Bautista de Erro y Azpiroz, puede leerse 'ni beyarnari', que podría traducirse como 'toreador' o 'lidiador de toros'.
Pero el cronista arrasatearra también recoge las palabras de José Luis Domenge, quien en su obra 'La gran mancha ibérica' sostiene que diversos términos taurinos «no pueden proceder sino del euskera». Y plantea como ejemplo más paradigmático el caso de la tan castiza exclamación 'olé', al que algunos atribuyen ascendencia árabe. «'Olé' quiere decir en euskera gusto, complacencia; como 'oleki' quiere decir 'a placer' o 'a gusto'.
En la obra citada, su autor sostiene que el sustantivo 'morlaco' aplicada al toro viene de la denominación vascuence 'm(b)iur-lako', que se traduce por 'puntas torcidas'. Lo mismo que 'burel', con el que designamos al toro, viene de 'bur-ele' que en euskera significaría 'cabeza de ganado'.
La palabra 'berrendo', que utilizamos para designar a un toro que tiene color de capas sobre otro distinto, a forma de manchas más o menos extendidas, que harán que sean 'berrendo en negro' o 'berrendo en colorado', pone por caso, también provendrían del euskera, en que 'birrindu' quiere decir 'esparcido' o 'disperso'.
 Otra palabra más a la que este autor atribuye una procedencia vasca es 'garrocha', que derivaría de 'aga-erotza' que significaría 'palo largo para hacer caer', lo que en realidad viene a ser la garrocha. Una modalidad de salto sobre el toro que se perdería al igual que el toreo primitivo norteño, que Letona sostiene que era muy atlético con quiebros, cortes, ziz-zagueos... que se han perdido para dejar paso al toreo 'ballet' o danza que hoy impera en el toreo andaluz.

Nota: Sobre estas etimologías, Desolvidar no se hace responsable de las opiniones de José Letona. Más aún, siendo sólo un aficionado, me atrevo a decir que Letona no ha estado nada acertado a la hora de asignar el origen de estas palabras.

1 comentario:

desolvidar dijo...

Ya he avisado que a mí tampoco me convencen sus étimos y que había que leerlo críticamente