sábado, 20 de mayo de 2017

Yo no odio a nadie

Malloas. Autorretrato de Nicolás Ardanaz con el valle de Araiz a sus pies (1959) 
Una carta valiente, rebelde, con la que muchos nos sentimos identificados.
Resulta indignante que, ante las constantes imposiciones del nacionalismo, cuando uno por fin se harta y se dispone a hacer una crítica, te veas obligado primero a presentar tus credenciales (apellidos, aficiones...) para que no te tachen de antivasco.
A veces pienso que quizás sea más eficaz olvidarse de credenciales y dedicarles en nuestro día a día un saludable: "¡que os den, borregos!"
Nos lo cuenta Pedro:

No odio nada, tampoco lo vasco
En relación con las declaraciones efectuadas en días pasados por Koldo Martínez, portavoz de Geroa Bai en el Parlamento de Navarra, en las que citaba el término “antivasquismo”, me gustaría hacer algunas consideraciones:
Soy de Pamplona.
Mis padres, mis hermanos y mis abuelos también lo son.
Tengo familiares de Villava, Esáin (Valle de Anué), San Sebastián y Vitoria.
Entre mis apellidos están: Aguirre, Ansotegui y Balerdi.
Entre los de mi mujer: Azpilicueta, Gaztambide y Eugui.
Tengo en casa discos de Enrique Celaia, me gusta tocar el acordeón y me encanta la música de Kepa Junquera.
Me gusta el vascuence que hablan algunos amigos míos, vascuence mamado en casa.
He disfrutado de muchos veranos de vacaciones en San Sebastián y en Fuenterrabía, con mis padres, y de muchas tardes de paseos con mis hijos por los prados de Imbuluzketa y las laderas de Baratxueta.
He caminado con gran gozo por lugares como Las Malloas, las Peñas de Aya, San Juan de Gaztelugatxe, Zarautz, Guetaria, etc. La lista sería interminable. Sin olvidarme de la emoción que se siente en la pasarela de Holtzarte y la belleza de las gargantas de Kakueta.

Partiendo de la base de que odiar es malo, yo no odio a nadie.
Tampoco lo vasco. Más bien diría que amo lo vasco.
Lo que me sorprende es el euskera de los que dicen “dile agur a la tía” y el de los que van por la ladera del Ori gritando “kontuz!” cuando caen piedras (se ve que es la única palabra que saben). Con ese nivel no van a tener una plaza en la administración.
Y lo que no me gusta es la imposición por parte de los “Martínez”, “Ramírez”, “Pérez” y “Ruiz” (es decir, Koldo, Maiorga, Laura y Bakartxo) de una ideología trasnochada y anacrónica que lo único que hace es sembrar el odio y la división entre la gente, retroalimentándose constantemente de una nostalgia absurda, mal cimentada en una historia inexistente.
Solo pido que se me respete como yo respeto a los demás.
Espero, como navarro, poder seguir paseando por La Concha y merendar en el monte Ulía.
Pedro Gordejuela Hierro
Pedro, va para ti. Pantalla a lo bestia, ya sabes:

4 comentarios:

Elisa Urtasun dijo...

Olé, Olé y requeteolé!

Elisa Urtasun dijo...

Olé, Olé y requeteolé!

Mavi dijo...

Impresionante el vídeo y la música. Con la piel de gallina.

Anónimo dijo...

Teniendo solo apellidos navarros por parte de madre (mi padre era catalán), pero nacido en la calle Campana, bautizado y confirmado en la iglesia de S. Saturnino, me siento tan navarro como el que más y comparto al 100% la carta de Pedro. Que nos dejen en paz con nuestra tierra, nuestras ideas y nuestra bandera. Que vengan cuando quieran a disfrutar de esta Navarra que tanto nos gusta a todos, que nos dejamos abrazar y abrazamos con cariño, siempre que se nos respete, como nosotros respetamos a todos los que nos visitan. Con todo mi cariño