viernes, 14 de abril de 2017

J.I. Palacios: La tricolor, una bandera superada

Plaza de Toros: Escudo republicano de Pamplona
Algunos están haciendo bueno a Franco en el respeto a los símbolos ajenos
Hoy, exactamente hoy, hace 40 años, la bandera dejó de ser monopolio de la derecha o de la monarquía, y volvió a ser la Bandera de España:
“En tanto que representativa del Estado que nos reconoce, hemos decidido colocar aquí hoy [14 de Abril, proclamación de la II República], en la sala de reuniones del Comité Central, al lado de la bandera de nuestro partido, que sigue y seguirá siendo roja, con la hoz y el martiIlo, la bandera del Estado español. En lo sucesivo, en los actos del partido, al lado de la bandera de éste, figurará la bandera con los colores oficiales del Estado. La bandera no puede ser monopolio de ninguna facción política ni mucho menos podríamos abandonarla a los que intentan hacer uso de ella para impedir el paso de la dictadura a la democracia (…..). ”
Santiago Carrillo, en rueda de prensa, 14 de abril de 1977
Hoy, exactamente hoy, 40 años después, quienes nos gobiernan en Navarra todavía no se dan por enterados.
Hay quien propone este diseño (sin referencias a la monarquía) para una hipotética III República

La tricolor, una bandera superada
por José Ignacio Palacios
Como parece ser que en nuestra sociedad no hay problemas que preocupen a los ciudadanos, el Parlamento de Navarra dedica su tiempo a quitar la bandera de Europa, a decidir sobre si San Miguel Arcángel puede realizar o no su tradicional visita, a derogar la ley de símbolos y, ahora, cuando se acerca el 14 de abril a poner ese día la bandera republicana en su fachada. Si nuestros parlamentarios tuvieran un mínimo de conocimientos históricos sabrían que Navarra es el lugar menos indicado para colocar esa bandera porque aquí, en todas las elecciones que se realizaron durante la II República, siempre ganó la derecha. Lo hizo en las municipales del 12 de abril de 1931,
Emilio Mola
las que trajeron la República, donde fueron elegidos 383 concejales monárquicos frente a 107 republicanos. Después, cuando el 31 de mayo de ese año se repitieron las municipales, la derecha logró 154 frente a 149 de izquierdas. En las elecciones a Cortes Constituyentes de 28 de junio de 1931, en las que en España la derecha fracasó estrepitosamente, aquí en Navarra venció con un 63% de los votos y logró 5 diputados lo cual dio pie al periódico El Socialista a que el 1 de julio escribiera: «Navarra ha dado la nota discordante en la magnífica jornada electoral del domingo … Navarra es el punto negro en este alegre resurgimiento de la vida nacional». Después, en las parlamentarias de noviembre de 1933, ese porcentaje de votos subió hasta el 71 % y, en las de febrero de 1936, las que dieron el triunfo al Frente Popular, alcanzó un 70 % de los sufragios. Por si todo esto fuera poco, los navarros le pusieron como condición al republicano Emilio Mola para unirse de forma masiva al Alzamiento militar que éste se hiciera con la bandera rojigualda. Por tanto, está visto que la bandera republicana tuvo muy poco predicamento en la Navarra de la II República.
Los partidos que han tomado esa decisión de colocar la enseña republicana en la fachada del Parlamento -IE, EH-Bildu, Podemos y el PSN-PSOE-, que ha sido suspendida por el TSJN, debieran recordar que el Partido Comunista (15.04.1977), por 169 votos a favor y ninguno en contra, acordó que la bandera nacional ondeara en sus actos de Partido. 
Y su secretario general, Santiago Carrillo, el referente del único operativo contra el franquismo en la época de Franco dijo (23.04.1977) que: «Con la bandera del color morado se efectuó la represión de octubre de 1934. La bandera rojigualda es la bandera de España y España no son los reaccionarios».
Vicente Rojo, en la Guerra Civil
Y otro referente republicano como era el general Vicente Rojo, Jefe de Estado Mayor del Ejército Popular de la República, defensor de Madrid en 1936, cuando las tropas franquistas iban a tomar la ciudad, que demostró su genio militar en Belchite, en Brunete y en la Batalla del Ebro, al que la República condecoró con la Placa Laureada de Madrid (máxima distinción militar otorgada únicamente en cuatro ocasiones), dejó escrito (1943): «El cambio de la bandera es uno de los motivos que estúpidamente dividen a los españoles y que tiene su origen en la conducta mezquinamente partidaria de nuestros políticos. El cambio de la Bandera hecho por la República constituyó un grave error: 
1.- porque no respondía a una aspiración nacional ni siquiera popular: la Bandera Republicana era desconocida para la inmensa mayoría de los españoles. 
2.- Porque se reemplazaba una bandera nacional por una bandera partidaria y con ello se dividía a España. 
3.- Porque no era necesario y consecuentemente solo podía producir complicaciones como ha sucedido. 
Bandera de la Primera República de España
La bandera (rojigualda) que teníamos los españoles no era monárquica sino nacional. La bandera de los Borbones fue blanca; la bandera real era un guión morado. En cambio, la bandera bicolor como enseña nacional fue creada por las Cortes españolas en plena efusión de liberalismo, constitucionalismo y democracia … El pueblo no anhelaba incorporar a la bandera el color morado de Castilla. No podía anhelarlo porque la masa del pueblo español ignoraba que el morado fuese el color de Castilla. Los republicanos de la 1ª República quisieron introducir su bandera partidaria y crearon la bandera llamada republicana. Esta no llegó a tener estado oficial y ni siquiera se popularizó. Nació, según Castelar (último Presidente de la 1ª República), en la Universidad de Barcelona, fundiendo tres colores de tres facultades. No pudo pues tener esa bandera un origen más arbitrario. Por eso no llegó a ser bandera oficial, ni nacional, ni popular. Los primeros republicanos, más sensatos que los segundos, no impusieron el cambio. Ni inconmovible, ni perdurable, ni eterna es la bandera tricolor porque no ha nacido del pueblo sino de una minoría sectorial … Hoy los españoles están divididos en torno a dos banderas: tal es el fruto de aquel error».
¿Qué tal gigantes republicanos?
A la vista de todo ello, yo les pediría a nuestros parlamentarios que estudien un poco de historia, que no vuelvan sobre temas que ya están superados y que, si les queda un poco de tiempo, en vez de mirar por el retrovisor lo hagan hacia adelante y traten de resolver los problemas de los navarros que, además, no lo olviden, son los que les pagan.

José Ignacio Palacios Zuasti es ex vicepresidente del Parlamento de Navarra 

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