lunes, 13 de junio de 2016

Enrique Maya: "Osasuna y las huertas de Tajonar"


Su eslogan, peligrosísimo por elemental: "Cuanto peor para Navarra, mejor para Euskal Herria". Demostraron que no eran osasunistas. Ni siquiera navarros. Y había que decirlo. Alguien tenía que decir lo evidente. Gracias, Enrique

Osasuna y las huertas de Tajonar                                                                       por Enrique Maya
Ahora todos somos Osasuna, pero hace año y medio no tanto, cuando algunos negaban el apoyo oficial del que disfrutan San Mamés o Anoeta
Es una frase que a algunos nos cuesta quitarnos de la cabeza. La dijo Juan Carlos Longás, parlamentario de Na-Bai en la anterior legislatura, a finales de 2014 en el debate sobre la Ley Foral de reestructuración de la deuda de Osasuna con Hacienda. "El problema de Osasuna lo va a resolver el equipo en unos meses. Y ya haremos huertas ecológicas en Tajonar, ahora que es del común".
Fue después de una merecida victoria del Mirandés, bajo la lluvia, un lejano 6 de diciembre de 2014. Una derrota dolorosa para Osasuna, que coincidió en el tiempo precisamente con la aprobación de citada ley foral.
Unos momentos muy difíciles para el osasunismo y a todo un señor parlamentario sólo se le ocurre hacer leña del árbol caído. Huertas ecológicas en lo que ahora es el motor de la cantera rojilla. En Tajonar. Tomates, escarolas, pimientos o lechugas en lugar de Merinos, Berengueres, Olavides, Oteguis o Garcías.
Todos sabemos cómo acabó la pasada temporada. Se salvaron los muebles y se evitó el descenso en el último minuto del último partido con aquel gol milagroso de Javier Flaño.
Afortunadamente, las cosas han cambiado. En un año, Osasuna ha pasado de luchar por no desaparecer a luchar por ascender a primera. Y con ello, además del aspecto deportivo, poder acelerar el pago de la deuda si subimos a primera. Y si no, a tener la tranquilidad de que se va a seguir pagando de acuerdo con un plan diseñado, afortunadamente, para permanecer en Segunda División.
Ascender a primera o quedarse en segunda. Bendita inquietud la que tenemos ahora. En un año Osasuna ha pasado de ser un club con una plantilla que decían no valía nada a una plantilla renovada, con varios jugadores de una gran proyección. De tener que vender -sí o sí- a poder elegir si se vende a alguien más que a Mikel Merino. De no tener, a tener patrimonio deportivo.
Y en todo esto ha tenido un papel imprescindible la citada Ley Foral, que aunque muchos la ven como una ley hecha sólo para salvar a Osasuna es sobre todo una ley aprobada para poder cobrar la deuda que el club tenía y tiene con Hacienda Foral.


Ahora todos somos Osasuna pero hace año y medio no tanto. Cuando se tramitó la ley el apoyo a Osasuna no estaba tan claro, porque la ley sólo tuvo el voto favorable de UPN, PSN y PP. Los demás no lo hicieron.
A los osasunistas nos costaba creer que, a la vez que algunos partidos apoyaban a poca distancia de Pamplona -en Euskadi- unas operaciones de gran implicación de las administraciones públicas, en San Mamés y Anoeta, para apoyar al Athletic y a la Real Sociedad, aquí -en Navarra- todo era imposible. Y gracias al tesón de la directiva de Osasuna y de una mayoría parlamentaria suficiente, las aguas han vuelto a su cauce.
Ahora volvemos a hablar de fútbol. Lo económico, así lo ha dicho la Comisión de Control, órgano externo a la directiva, va en el buen camino. Lo extradeportivo está en sede judicial a la espera de conocer y pedir las responsabilidades que procedan. Ahora todos disfrutamos de ese gusanillo sano, de saber qué pasará en esta promoción de ascenso que tanto nos ilusiona.
En una ciudad también a muy poca distancia de Pamplona, Zaragoza, están en una situación parecida a la que sufrimos aquí hace un año. El presidente del club reclama el apoyo de todos y, especialmente, de las instituciones públicas, Gobierno de Aragón, Diputación de Zaragoza y Ayuntamiento.
El alcalde de Zaragoza, de Podemos, aboga por remar juntos para salvar al club, aunque, añade, la situación económica del ayuntamiento es difícil y sólo puede centrarse en rescatar a la emergencia social. Es decir, que quiere pero no puede.



No deja de ser curioso que allá incluso Podemos esté dispuesto a echar una mano a un club de fútbol cuando aquí, aunque en su versión Aranzadi, todo son pegas para apoyar ninguna iniciativa que se refiera a entidades privadas. Es más, es probable que el concejal Cuenca, amante de los huertos urbanos, hubiera preferido que el sueño del señor Longás se hubiese cumplido. Huertas ecológicas en Tajonar.
Que nadie dude de que, si fuese por los partidos que ahora gobiernan Navarra y Pamplona, Osasuna habría descendido por no poder asumir la deuda y Hacienda no habría podido cobrar.
Dice Enrique Martín Monreal: “Tenemos en vilo a toda Navarra”. Afortunadamente las razones son bien distintas a las de hace un año.
Enrique Maya Miranda es portavoz UPN Ayuntamiento de Pamplona 

3 comentarios:

Echenique dijo...

No solo son más osasunistas que nadie ahora sino que se permiten wathsapps con el estribillo de " Con Barcina Osasuna en la ruina; con Maya Osasuna falla y con Asirón a primera división " o " Éramos tres, éramos tres; cinco con Eibar y Alavés ". Se apuntan a caballo ganador, pero no movieron un dedo para que el caballo corriera. Todo fueron vayas. Tenemos memoria.

Anónimo dijo...

Un botón de muestrica: http://www.noticiasdenavarra.com/2014/11/29/deportes/otros-deportes/el-rugby-navarro-pide-uno-de-los-ocho-campos-de-tajonar

¿Casualidad que los afines a ese rotativo, "directores de orquesta" de los intereses bizkaitarras, jueguen en ese club de rugby? ¿Fueron a sacar petróleo y/o ha sangrar al herido?

Joker13 dijo...

Pues permitame discrepar. Yo dudo mucho que Osasuna hubiera descendido y no habría podido pagar la deuda en caso de no aprobar dicha ley. Creo que se hubiera creado otra más justa y sobre todo que no hubiera sido un borron y cuenta nueva de toda la nefasta gestión anterior de los dirigentes de Osasuna, que junto con el mirar para otro lado del Gobierno de Navarra durante la gestion de Izco, hizo de un club modélico, una humillación a sus aficionados y una ruina a los navarros.