sábado, 16 de abril de 2016

Dámelo malo, no me lo des tonto

Además se bautizó como "La Mano de Dios" ¡toma ya!
El autor, Javier Otazu, dice que es una quimera tratar de educar a los jóvenes en valores en una sociedad donde, a diferencia de otras, no está mal vista la trampa

Valores                                                                                           por Javier Otazu Ojer
Todos los seres humanos tenemos unos valores comunes: salvo casos excepcionales, deseamos un mundo más justo, donde no haya hambre, guerras o esas desgracias que tan a menudo aparecen en los medios.
Estos valores, ¿nacen o se hacen? En otras palabras, ¿dependen de nuestros genes o de la sociedad que tenemos a nuestro alrededor? ¿Por qué existen personas como estos terroristas del IS a los que no les importa matar a los demás o, más aún, morir en el intento?
Un estudio reciente publicado por la revista Nature valora cuándo los niños comienzan a adquirir sentido de la justicia. El análisis estudia dos escenarios.
El primero es el denominado “sentido de la justicia en desventaja”
En el mismo, a cada niño se le ofrecen dos opciones para repartir manzanas con otro compañero. La primera consiste en aceptar una manzana para él y cuatro para su compañero. La segunda, ninguna manzana para los dos. Sin duda, es mejor tener una manzana a no tener ninguna, pero en vista de que esa situación es percibida como injusta prefieren quedarse a cero. Está demostrado que este sentimiento aparece a partir de los cuatro años y que además es independiente del tipo de sociedad en el que nos hayamos criado. Por lo tanto, es innato.
El segundo escenario se denomina “sentido de la justicia en ventaja”. En el mismo, a cada niño se le vuelven a ofrecer dos opciones. La primera, cuatro manzanas para él y una para su compañero. La segunda, ninguna manzana para los dos. Aquí comienzan las sorpresas. Los niños de las sociedades occidentales (y curiosamente de Uganda) prefieren no quedarse ninguna manzana ya que el reparto les parece injusto. Los niños de otras sociedades eligen quedarse sus cuatro manzanas y dar a su compañero la manzana restante. Además, parece que el sentido de la justicia en ventaja se desarrolla a partir de los ocho años.
Desde luego, no se trata de juzgar las razones de los resultados obtenidos. Son los que son. Lo importante es comprender que unos valores son innatos al ser humano y otros se educan. La cuestión es distinguirlos.
Así pues, lo más razonable es educar a los niños en valores que les ayuden a desarrollarse a sí mismos como personas y que contribuyan, a su vez, al desarrollo de la comunidad en la que viven. Sin embargo, hay un problema.
¿Cuál es el deporte rey por excelencia? El fútbol. Tiene lógica: incertidumbre, a veces el débil puede ganar el fuerte, emoción, grandes movimientos de masas que generan en la victoria una explosión de júbilo sin igual (basta recordar el mundial de fútbol del 2.010 o algún ascenso del Osasuna). Tiene valores positivos: trabajo en equipo, sacrificio de unos jugadores para que destaquen otros, nobleza o deportividad. Pero por desgracia, tiene dos valores muy negativos: se permite la trampa y la injusticia.
Un jugador que meta un gol con la mano es un héroe si eso sirve para ganar el partido. Provocar al rival si eso supone que tenga un arrebato para lograr su expulsión no está mal visto. Hacer teatro después de recibir una entrada para lograr una tarjeta en el rival o provocar un penalti a favor también es común. Incluso se pueden ganar torneos de forma injusta: con un gol fantasma o en claro fuera de juego.
Y eso es lo primero que ven los niños. Verdaderamente, es desolador. Y lo peor: muy negativo para nuestra sociedad. Javier Aguirre, antiguo entrenador de Osasuna, no entendía cómo en Japón los jugadores lanzaban la falta desde donde lo ordenaba el árbitro en lugar de empujar el balón hacia adelante. Sin duda, cuestión cultural. En unas sociedades está mal vista la trampa, en otras no. Y luego nos quejamos.
Otros valores son adquiridos por nuestro entorno más cercano: la familia. Un niño educado en una familia de terroristas tendrá unos valores claramente delimitados de por vida a no ser que posteriormente reciba una educación que le haga replantearse incluso su propia identidad. ¿Por qué? Los valores adquiridos en lo más profundo de nosotros son parte de nuestro yo. Por esa razón las terapias para recuperar a los niños soldados de Sierra Leona o de otros países africanos son durísimas.
Por otro lado, un valor es percibido como tal si no se puede comprar con dinero. Un ejemplo claro: un país tan purista como Suecia ha sido acusado de retirar el apoyo a la independencia del Sahara para que Ikea pueda abrir tiendas en Marruecos. Sí, es difícil buscar cosas que no tengan precio. Poderoso caballero es don dinero.
Cuando vemos personas influyentes o ricas que han logrado su poder a partir de valores dudosos y además son admiradas, me viene a la cabeza una duda que me plantearon recientemente: “no sé cómo educar a mis hijos. Si les doy buenos valores, el mundo se los comerá. En caso contrario, será más fácil que triunfen. Pero mi conciencia no estará tranquila”.
Javier Otazu Ojer es profesor de
Economía de la UNED de Tudela
www.asociacionkratos.com

1 comentario:

Ispán dijo...

Don Javier Otazu respecto a su último párrafo de su interesante artículo , no me cabe duda , darle buenos valores , como se ha hecho casi siempre. Y eso del “ mundo se los comerá” ,pues no necesariamente . Creo que es aplicable como valor que forma parte de nuestra cultura , las palabras evangélicas de Ntro .Señor Jesucristo “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. San Mateo 10:16,no nos dice que seamos serpientes sino prudentes , que llevará a obrar cuidadosa y sagazmente , puesto que ya se advirtió sobre la astucia de los hijos de las tinieblas haciendo trampas. Si se logra esa educación eso si que será ya un triunfo para los niños y se podrá alcanzar le educación en los valores que Vd. propugna como razonable .
¿ Que hay problemas? Más los habría si no se educara en los valores de la libertad, justicia, la solidaridad, el respeto etc , puesto que peor les iría en un mundo donde vence el más apto , el dominio del fuerte sobre el débil, que de forma repugnante tanto siguieron autores racistas , personajes seguidores de teorías político económicas muy al uso en los años treinta del pasado siglo e incluso alguna que todavía pervive blanqueada.