viernes, 28 de noviembre de 2014

Qué bonita es mi niña: Carta al Director


Desde 1950, Flores El Gaditano viene reivindicando la paternidad de la canción "Qué bonita es mi niña", del aragonés Francisco de Val. Esta polémica terminó hace ahora cuatro años, cuando José Ramón Gaspar y yo encontramos el documento definitivo: el libro Ángelus, de Francisco de Val, en el que aparece el poema musicado "Qué bonita que es mi niña". Este libro fue publicado a comienzos del 48,  casi dos años antes de la fecha (finales del 49) en la que El Gaditano afirma haberla compuesto.
Hace una semana, Flores fue entrevistado por "La Opinión de Malaga" y, sin citar su nombre, acusó a Francisco de Val de ladrón, de no tener dignidad y otras lindezas de grueso calibre.
El entrevistador, Alfonso Vázquez, me dio la oportunidad de responder a las graves acusaciones de Flores El Gaditano.

Esta es la "carta al director" que el periódico "La Opinión de Malaga" ha tenido la amabilidad de publicarme:

A la atención del Sr. Director de La Opinión de Málaga.
Animado por Alfonso Vázquez, me dirijo, Sr. Director, a su periódico para manifestar mi discrepancia con un aspecto de la entrevista que el domingo, 23  del presente mes se le hizo a Flores El Gaditano, concretamente en lo que se refiere a la autoría de “Qué bonita es mi niña”.
Vaya por delante mi admiración hacia don Florencio Ruiz Lara por su dilatada trayectoria, a lo largo de la cual ha compuesto más de tres mil canciones (eso dicen), y mi sana envidia por su salud, simpatía y lucidez a sus 94 años.
Por todo ello me sorprende que, con tan inmensa producción, siga obsesionado con “Qué bonita es mi niña” (cara B),  del aragonés Francisco de Val, y que hace 4 años, ante la propuesta del Ayuntamiento de Algeciras de hacerle un monumento, en lugar de hacerle un homenaje por toda su obra,  haya exigido al escultor Nacho Falgueras que se centrara en  “Qué bonita…” atreviéndose a poner en la parte de atrás del monumento,  parte de la letra que compuso Francisco de Val.

En su día ya avisé al Ayuntamiento algecireño y a la familia de Flores del riesgo que corría centrando el monumento en una sola obra que, encima, no es suya. Podía convertirse, como así será, en el hazmerreír de toda España. No me hicieron ni caso.
Pues bien, en la entrevista de Alfonso Vázquez no sólo reivindica Flores el “Qué bonita…”, sino que dice esta perla:
[«Una vida entera de lucha que podía haber sido menos lucha si no me roban la niña», es decir, su canción, pues el cantaor cuenta que padeció una estafa, hasta que le reconocieron la propiedad intelectual. «Pero me da igual, con el dinero se compra la comodidad pero no la formalidad, la honra ni la dignidad; con eso hay que nacer», argumenta.]
Así pues centrémonos en la autoría de esta canción, para ver si tiene o no razón al lanzar tan graves acusaciones.
Francisco de Val la tiene registrada desde 1950 en la Biblioteca Nacional, y en la SGAE  desde el 19.12.49.
Pero  Flores El Gaditano, sin aportar ninguna prueba, ha dicho siempre que la compuso a finales del 49. Con este dato Flores podía ponerse por delante de Francisco. Mucho más tarde, en 1994, le permitieron registrarla en la SGAE, pero sólo como música.
Así han estado las cosas hasta hace 4 años cuando, quienes investigábamos la vida y obra de Francisco de Val, encontramos el libro Ángelus, que fue editado en el primer cuatrimestre de 1948. Y en las páginas 34-35, como “poesía musicada” “¡Qué bonita que es mi niña!” (sic) con su letra completa, con sus 5 estrofas y el estribillo, tal y como la cantará luego como bolero Carmen de Veracruz en mayo de 1950 (cambiando niña por niño).
Hasta aquí los hechos objetivos que cualquiera puede comprobar en mi blog Desolvidar.

Ángelus (1948), de Fco. de Val (pincha y leerás mejor)
Y ahora las interpretaciones: ¿que el aire de milonga fue la causa del éxito de la canción? Muy probablemente. ¿Qué Los Gaditanos la popularizaron? Sin duda. Pero eso no le da a Flores el derecho de atribuirse la paternidad de la canción (y mucho menos de la letra, de la que no ha escrito ni una coma), de la misma forma, salvando las distancias, que Waldo de los Rios y Miguel Ríos tampoco pueden atribuirse la paternidad de la Oda a la Alegría de Schiller, musicada por Beethoven.
Muchas gracias por su atención
Fdo.: Patxi Mendiburu Belzunegui
Pamplona (Navarra)
Comentarios de Facebook

6 comentarios:

Echenique dijo...

Creo que jamás pudo imaginarse Francisco de Val que llegaría a tener un defensor de su vida y de su obra tan concienzudo y perseverante como otro Francisco, " Patxi Desolvidar ", capaz de enfrentarse, con afinadas y atinadas artes dialécticas, a las floridas huestes gaditanas.

Anónimo dijo...

Jodé Patxi, me pones en un aprieto! No me va a quedar mas remedio, que escribir un guión de la canción "Que bonita es mi niña" y cantarla con mi grupo musical, Cantando en el Tiempo.
Por cierto, voy a cambiarme de ropa, que tengo concierto a las 17.30h, en la residencia de ancianos, Amma Oblatas.
Un abrazo
Jokin Idoate

desolvidar dijo...

Gracias, Jokin; que todos los aprietos sean como ése. Me encantaría que un grupo como el tuyo la cantara, sea en forma de bolero o de milonga- rumba, pero siempre reivindicando a su verdadero autor: el aragonés Francisco de Val

Anónimo dijo...

Cuenta con ello
Jokin Idoate

Anónimo dijo...

Hola, Patxi:
Como dice el viejo aforismo, y además es la esencia misma de la justicia, a cada cual lo suyo. Y más vale que ahí estabas tú con tus investigaciones concienzudas y desinteresadas para poner a cada uno en el lugar que le corresponde, que si no al pobre De Val le despojan de la autoría como a Cristo de su túnica. Hay alguna gente que tras repetir la misma falsedad a lo largo de muchos años, al final se la acaban creyendo ellos mismos, lo cual -a la vista está- tiene mucho peligro.
Un abrazo

J. J. Martinena

desolvidar dijo...

Gracias, Juan. Flores cometió el error de poner una fecha de composición (finales de 1949) anterior a los registros de Francisco de Val. Y por la boca muere el pez: Ángelus (1948), con el Qué bonita.., es anterior a la fecha de Flores. Flores ha quedado enredado en la paradoja de que para que tenga razón (en ser el padre de la niña), tiene que estar equivocado (en la fecha de composición)
Un abrazo