lunes, 4 de agosto de 2014

Patinaje navarro: hoy y ayer

del álbum de Juan Antonio Martínez Goñi
Hoy
Dos medallas de oro (200 metros contrarreloj y 500 m. sprint) y una de plata en 300 m. contrarreloj es el impresionante bagaje que, representando a España (por favor, Diario de Noticias, no guillotine a los muchachos), se trae Ioseba Fernández de los Campeonatos de Europa celebrados en la ciudad alemana de Geisingen.
Recordemos la entrada que le dediqué cuando hace dos años anunció su intento de batir en la Chantrea el record del mundo de 300 y el vídeo que hice para recordar ese evento. Pon suavecito el sonido, vale?:

Pero me gustaría señalar que, si hoy este gran deportista ha conseguido semejantes triunfos, ha sido porque, además de sus cualidades y total dedicación, está recogiendo, sin duda, los frutos de las semillas que aquellos primeros federativos y patinadores sembraron por los años 50 y 60 del pasado siglo. Por eso, como él bien dice, estas medallas son un poco de todos.
¡Enhorabuena, Ioseba! ¡Y gracias por compartirlas!
Ayer
Guardo un recuerdo entrañable de aquel circuito que se montaba en Carlos III y Plaza del Castillo, a comienzos de los '60, donde vivíamos apasionadamente la rivalidad entre los Asenjo (Primitivo y Miguel Ángel) y Jesús Mari Navarro (pincha, vete a buscar y escribe el nombre). Aquel Circuito San Antonio se llenaba de miles y miles de personas que tuvimos la suerte de contemplar a las Selecciones Nacionales de Bélgica, Italia, Francia, Alemania, Argentina... y, por supuesto, a la de España, con aquella mítica Pepita Cuevas.
En aquellos años conocí y admiré a los Martínez Goñi, Martínez de Lizarrondo, Alfredo Osés.., quienes, con los Asenjo, consiguieron para Navarra y España medallas en los Campeonatos del Mundo, de Europa... Toda Navarra estaba volcada con aquellas gestas.
No puedo olvidar (aunque hablamos ya de los 80) a Javier Romera, cuyo terrible accidente conmocionó a Italia y España.
No he conseguido ni siquiera una fotografía (¡por fin! Acabo de encontrar el álbum de Juan Antonio Martínez Goñi. Gracias) de aquellos primeros años, pero sí he encontrado en el No Do unas imágenes, inéditas en YouTube, que son preciosas. Se trata del Trofeo Zariquiegui, de 1965, que consistió en una prueba de 40 kilómetros desde Huarte a Agorreta, al pie del Puerto de Erro, y terminando de nuevo en Huarte:


Y os dedico estas imágenes a todos los que, tanto ayer como hoy, creciendo como personas, habéis hecho grande el patinaje de Navarra.
Actualización 12.06.18
Recientemente, Juan Antonio Martínez Goñi ha publicado su libro

Historia de las carreras sobre patines en España

Enhorabuena, campeón!

4 comentarios:

Anónimo dijo...


Muy bonito el reportaje que has elaborado sobre el hoy y el ayer del patinaje en Navarra.
Casualmente estoy haciendo ahora la historia del patinaje en Navarra desde su fundación en 1955. Tengo muchísimas fotos y hemeroteca.
Estaremos en contacto
Juan Antonio Martínez Goñi

desolvidar dijo...

Hola, Juan Antonio. Como digo, hasta no dar con tu álbum, no he encontrado una imagen adecuada. Esa historia que preparas será muy bien recibida. Ya me tendrás al corriente. Un abrazo

desolvidar dijo...

Je, je, por si los Reyes Magos no sabían que traerme, yo ya les he dado una pista, que consiste en una historia de ruedas de fibra y rodamientos, pistas y circuitos, y que atraía como la miel a las moscas, a los pamploneses de mi época para ver, jalear y aplaudir a sus campeones, que aquí en Pamplona los había muchos y muy buenos.
Gracias en mi nombre, a Juan Antonio Martínez Goñi, -a quien conozco haciendo podiums desde que era un crio-, por seguir en la brecha desde entonces hasta ahora y brindarnos el placer de poder revivir aquellos días de gloria para el patinaje navarro, por las calles más céntricas y emblemáticas de nuestra ciudad.
Seguiremos animando y motivando a nuestros niños, para que este atractivo deporte siga estando entre los más queridos por los pamploneses.
La incondicional seguidora del patinaje,
Anamary Olaverri

Echenique dijo...

Mis padres me regalaron unos patines cuando aprobé segundo de bachiller; no tuve necesidad de esperar a los reyes. Quedaron tan sorprendidos de mis buenas calificaciones que no tuvieron duda alguna en complacerme, quizás también debido a mi insistencia, pero es que el patinaje, en aquellos años de oro para el patinaje navarro y español, daba mucho de sí. Recuerdo la rivalidad, casi enfermiza, entre dos patinadores, que luego se transformó en una gran amistad y el idilio entre Gabriel Asenjo, hermano de Tivito, y la Tellería, que desembocó en el altar.