jueves, 1 de diciembre de 2011

San Saturnino 2011 (2ª parte)

Las segundas partes suelen tener una primera...

Gracia navarra cantando "Glorioso San Saturnino"
En Sanfermines... son muchos días y uno se acostumbra al bullicio que acompaña a La Comparsa, pero unos meses después, con menos gente y en las estrechas calles del Casco Viejo, impresiona a los propios pamplonicas la, no diré estridencia, sino la generosidad del sonido de las gaitas. Cada gigante lleva su música y van separados por muy pocos metros. Así que imaginaos: no bien te llega un gigante con su acompañamiento musical, ya estás escuchando al siguiente con su melodía correspondiente. Para el tercer gigante ya no te das cuenta y te parece que todo está diseñado por... el propio Sarasate. Pero si ese gigante se para justo enfrente de ti y con unos pasos característicos te dice: ¡déjame sitio, que voy! Y empieza a dar más vueltas que el Tiovivo de Garci, clava la parada y se va en el más estricto estilo pamplonés: el anonimato... uno se queda con ganas de abrazarlo.

Pasa luego la Corporación, y algún concejal con "sordera selectiva".
Y, finalmente, lo mejor. Sí, la nuestra, nuestra Pamplonesa. ¿Y qué tocan? Casi a hurtadillas, nos asomamos a la partitura y, muy a tono con el día, lo descubrimos: "Todo son nubes" de Román de San José Redondo (gracias ostubaf, incansable investigador):




Para reponer fuerzas, fuimos a un local impresionante. Está en la calle Nueva, enfrente del Maisonnave, unos metros más hacia el Ayuntamiento. Un azulejo reza "Indiano Enea". La entrada es sorprendente, porque no está a pie de calle, sino que hay que bajar unas cuantas escaleras para encontrarte a .., voy a exagerar, unos siete metros por debajo de la Calle Nueva. Enseguida me di cuenta de que los caldos que allí se conservaban tenían que ser inmejorables. Y así fue: vinos acompañados por la música de un viejo y queridísimo amigo: Carlos Cano y su "María la portuguesa". ¡¡¡Carlos, un día dijiste: "yo me moriré vivo". Hoy yo te digo lo evidente: " ¡¡¡No has muerto, sigues más vivo que nunca"!!!:




No era cuestión de, en una cava tan impresionante, dejar de degustar esos vinos navarros, y la Cofradía nos obsequió con un pasodoble-jota que, desde ya, nos enganchó: No te vayas de la barra. Bueno, el original dice "de Navarra" y fue compuesto en 1967 por Ignacio Román y Rafael Jaén. A algunos de la "cáscara amarga" este pasodoble les saca de quicio, les suena a imposición y piensan que no forma parte de nuestra cultura. Con que se les diga que fue un encargo de los Hermanos Anoz y que estos lo popularizaron, creo que ya está dicho todo. También el "Vasconavarro soy, del valle roncalés..." es obra de un toledano (Ruiz de Luna) y a nadie se le ocurre decir que no es una canción navarra.
Pero dejémonos de tonterías y sigamos con el buen ambiente, las chicas del Ibita, las evoluciones de Etxenike (que aspira a dirigir a La Cofradía) y las lágrimas de un izabar de pro, consoladas con un beso. ¡Ay Ioseba!


Seguramente a través de Celia Cruz o, tal vez, de Luis Miguel muchos hemos escuchado la canción que, a las puertas del "7 de julio", en la Plaza del Consejo, nos regaló La Cofradía. Lo que no tanta gente sabe es por qué se llama La Bikina. No se trata de ningún modismo de México, sino de una ocurrencia del hijo de Rubén Fuentes, el credor de la canción. En una playa de Acapulco le llamó la atención el traje de baño de las chicas y su padre le dijo que eso era "el bikini". Alejandrito le contestó que, siendo chica, sería "la bikina":




El día estaba nublado. Una niebla alta, pero persistente, sumía a Pamplona en un ambiente atmosférico (porque el otro no) bastante tristón. Luciano le pidió permiso a San Pedro y, dejando muchos compromisos celestiales, hizo un último intento por que el astro rey luciera en todo su esplendor esa mañanica de San Saturnino. Y, pañuelo en ristre, aterrizó en la Plaza del Consejo para cantarnos (¡qué símpatico es ese jodido de Pavarotti!) el O sole mío:




6 comentarios:

Etxenique dijo...

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas.Pues esta vez se han equivocado porque la segunda,y no lo tenía fácil, supera la primera.Pero es que con la Comparsa, la Pamplonesa,la Cofradía y Desolvidar,que ha sabido estar ahí,que diría Indurain,todo es posible.Gracias por rememorar retazos de un día inolvidable.

Anónimo dijo...

Desolvidar es la antología del arte retrospectivo.Es una idea que tendría que estar patentada,y que representa esa capacidad de los navarros por lo inmediato,de convertir lo cotidiano en arte entrañable,cercano,casi familiar,y la hechura de lo más genuino...Santiago de Zaragoza.

Anónimo dijo...

Si Marcel Proust resucitase y viniese a España y conociese DESOLVIDAR,lo acogería como una nueva forma de "A la búsqueda del tiempo perdido"...Santiago el de Pégame.

desolvidar dijo...

Santiago, Echenique (o como escribas tu nombre)... han sido tantos años sin poder estar en San Saturnino!!! Ahora nos estamos sacando la espina. Es un día que va a más. Y la culpa la tienen los chicos de La Cofradía que, por donde van, desprenden pamplonesismo del bueno, el de la aldea global. El año que viene, además de a Pavarotti, le haremos bajar a Marcel Proust y le invitaremos... a magdalenas mojadas en vino de la tierra!!! Veréis cómo desolvida

Anónimo dijo...

Gracias a Desolvidar por dar la posibilidad de ver y escuchar todas y cada una de las muchas cosas que ocurren el día de San Saturnino. La Cofradia seguro que pasan una estupenda mañana, pero lo que hacen disfrutar a los pamploneses ¡¡¡No tiene precio!!!

desolvidar dijo...

Amigo del 4 de diciembre. has dado en el clavo. La Cofradía se lo pasa en grande. Quienes estamos cerca también. Pero los que no pueden estar en Pamplona... y pueden escucharlos, esos sí que sienten Pamplona.
Un abrazo