viernes, 21 de octubre de 2011

Agur, ETA, agur


Espero que ésta sea la última vez que hable de vosotros.
Por eso mismo, vuelvo a deciros a la cara lo que habéis sido y seguís siendo, por muy perdonavidas que, como ahora, os presentéis: unos asesinos y unos ignorantes.
Asesinos: no voy a perder el tiempo explicándoos lo que sabéis 858 veces mejor que quien ha asesinado una sola vez.
Sí, y unos ignorantes. Vuestro mayor error, obcecados por el ancestral odio sabiniano a todo lo que huela a España, fue ignorar y despreciar, a finales de los 70, nuestra naciente democracia.
Recuerdo muy bien, por aquellos años, un cartel de propaganda de EGI (rama juvenil del PNV) que decía así: "¿Hemos votado la Constitución inglesa? ¿Hemos votado la francesa? ¿Por qué vamos a votar la española?
Fue un error de cálculo de grueso calibre, porque mientras España pasaba sin violencia de la dictadura a la democracia y, a la vez, iba construyendo el andamiaje del Estado de las Autonomías, vosotros, justo en ese momento, empezasteis a matar a mansalva: años 78, 79, 80...

Pero no salisteis de la nada. Tuvisteis un origen: un nacionalismo antiespañol, hijo del primer Sabino Arana, que luego, en los años de plomo (y hasta hace cuatro días), ha querido rentabilizar vuestros atentados. ¿Os acordáis de aquello de "ellos agitan el árbol y nosotros recogemos las nueces"? ¿Recordáis cómo le echaban la mano al hombro a vuestro amigo y parlamentario, entonces, (y, para más inri, en la Comisión de Derechos Humanos) Iosu Ternera, que quizás está debajo de alguna de esas capuchas que salen en vuestros comunicados televisados?
Y, con la cobertura de ese nacionalismo y la de vuestros múltiples brazos "políticos", quisisteis poner al Estado español contra las cuerdas. Pero no lo conseguisteis.

Y no lo habéis conseguido gracias, en primer lugar, a la Guardia Civil y a la Policía Nacional. Sí, a esos a quienes siempre habéis llamado "txakurras" y a quienes matabais como a perros. A esos a los que, cuando entraban en un bar, les hacíais el desprecio saliendo precipitadamente del local (sin abonar, por supuesto, la consumición). Una pena que a la Ertzaintza, a los que sólamente llamabais "cipayos", no se le haya permitido llevar a cabo todas las detenciones que, con la información de la que disponía, podía lograr.

¡Gracias, Manuel!
En segundo lugar, gracias a esos héroes que aceptaron puestos de concejal en ciertas localidades del País Vasco y de Navarra en las que el ambiente resultaba irrespirable, que sacrificaron su vida personal y, en demasiados casos, su vida física por la libertad de todos. Con toda la rabia del mundo, quiero recordar a Manuel Zamarreño, concejal de Rentería, a quien incluso  acusasteis de violador para ponerlo en el centro de la diana. Su caso ( y a pesar de todo, él siguió en su puesto de concejal: "aquí he nacido y aquí me quedo") fue la crónica de una muerte (perdón, asesinato) anunciada; gracias, también, a esos ciudadanos que no se callaron ni en su trabajo ni en su diversión; a ese puñado de valientes que se concentraban con (y a veces sin) su pancarta para protestar ante cada asesinato o secuestro vuestro y que supieron dar la cara, con grave riesgo de que se la partierais. (En este momento se me saltan las lágrimas recordando al inolvidable Joaquín Pascal, portafolios en ristre, intentando parar los tornillos y monedas que en la Plaza del Ayuntamiento nos tiraban vuestros amigos, los de las Gestoras).

En tercer lugar, gracias a la unidad que, al menos hasta el Caso Bono, hubo entre los partidos democráticos en el tema del antiterrorismo; gracias también a algunos jueces (alguno de los cuales está pasando por situaciones esperpénticas) y a unos cuantos fiscales.


Y ahora, 33 años después de que llegó la democracia y 51 desde que achicharrarais a vuestra primera víctima, la niña Begoña Urroz (¡vaya héroes!), va y os rendís.
¿Y qué balance presentáis?
858 vidas rotas, miles de heridos y huídos, millones de amedrentados...
El odio que habéis sembrado en mucha gente que ha asociado con vosotros el euskera, el olentzero, los joaldunak y tantas cosas que tuvieron su origen en esta tierra de Navarra, que son patrimonio de todos los navarros y que vosotros habéis manipulado hasta pervertirlas.
Y casi 700 presos. Varias generaciones de vascos y navarros emponzoñadas por el veneno de vuestra serpiente.
Si yo fuera la madre de un etarra preso... ¿Os acordáis de aquella campaña vuestra de "socializar el sufrimiento"? Si yo fuera esa madre... os quitaba la capucha y os entregaba a la justicia española (sí, española) para que compartierais el sufrimiento de esa madre y el de su hijo.

Sin ánimo de venganza ni de revancha, pero sí con ánimo de JUSTICIA , os digo: no os iréis de rositas, como si no hubierais hecho nada.
Y espero que ésta sea la última vez que hable de vosotros.
Agur, ETA, agur.
Pero no os deseo "buenos augurios" (= agur) a vosotros, sino para nosotros. Bueno, también para vosotros os deseo lo mejor: que acabéis en manos de la justicia.

[Actualización de 23.10.11 en Diario de Navarra:
Años de silencio por la libertad
]

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien. Enhorabuena,
VM.

Anónimo dijo...

Suscribo todo lo que dices, Patxi.
Un abrazo.

Chon.

Anónimo dijo...

Buenos días Patxi. Me gustó tu entrada. ¡Un fuerte abrazo!

desolvidar dijo...

Gracias, VM, Chon, NIP (vaya nombrecito curioso!)Enhorabuena, fuertes abrazos... Muchas gracias a vosotros